El ingenioso movimiento de los museos de Viena para evitar la censura en redes: mudarse a OnlyFans
Venus paleolítica, desnudos de Egon Schiele o lienzos de Modigliani, censurados en las redes sociales. Estas obras para mayores de 18 años de los museos vieneses encuentran ahora una segunda vida en la plataforma OnlyFans, conocida por su contenido sexualmente explícito. Se trata de un movimiento ingenioso por parte de la Oficina de Turismo de Viena, que coordinó la iniciativa, para «abrir el debate sobre el papel de los algoritmos y los gigantes tecnológicos en el arte», explica a la AFP el director del centro, Norbert Kettner.
Lanzada en septiembre, la cuenta ha atraído a varios cientos de suscriptores gracias al reciente revuelo mediático, aunque este atrevimiento «audaz» apunta sobre todo a defender la «libertad artística».
La idea, cuenta Kettner, surgió de las «dificultades» encontradas por los museos «en su labor de promoverse en las redes sociales», por sus políticas muy estrictas sobre la desnudez y la lucha contra la pornografía. Por ejemplo, la «Venus de Willendorf», una estatuilla de una mujer desnuda y con un gran pecho expuesta en el Museo de Historia Natural. «Se trata de una figura simbólica de fertilidad de casi 30.000 años de antigüedad» y considerada como una obra maestra del arte paleolítico. Sin embargo, «¡Facebook la ha clasificado como contenido pornográfico!», exclama Kettner. «Es extraño e, incluso, ridículo que hoy en día la desnudez» sea todavía objeto de controversia», «cuando debería ser natural», abunda Klaus Pokorny, portavoz del Museo Leopold.
Las representaciones eróticas de Schiele son censuradas de manera frecuente por las redes sociales, como si nada hubiera cambiado cien años después de la muerte de este gran pintor del modernismo vienés que causó un escándalo.
En otro lugar popular de Viena, el museo La Albertina, las pinturas del artista italiano Amedeo Modigliani se consideran demasiado explícitas. «Nos obliga y fuerza a abrir una cuenta en OnlyFans», insiste Pokorny, puesto que «las plataformas internacionales más famosas como TikTok, Facebook o Instagram no aceptan nuestras pinturas».
Thomas Schlesser, autor de un libro titulado «El arte frente a la censura», juzga «la iniciativa de bastante inteligente». “Al pasar a la red social de OnlyFans, las obras retoman el carácter provocador e, incluso, pornográfico que pudieron tener en su época”, comenta este historiador del arte, director de la Fundación Hartung-Bergman.
El tema va más allá del arte clásico, añade el responsable de la Oficina de Turismo, que observa una «autocensura inconsciente de muchos jóvenes creadores», que no pueden privarse de la visibilidad que ofrecen Facebook y otras plataformas.
Estos últimos, a menudo criticados por la eliminación automática de imágenes, aseguran que sus reglas han evolucionado y presentan más «matices» para hacer excepciones en cuanto a desnudez en el caso, por ejemplo, del arte.
«Dijeron que se habían esforzado», comenta Olivier Ertzscheid, profesor e investigador en Ciencias de la Información de la Universidad de Nantes. «Pero la realidad es que en lo que respecta a la representación de los cuerpos (especialmente el femenino), nada ha cambiado realmente, sea o no una forma artística», indica Ertzscheid, refiriéndose a una «forma de mojigatería o marketing mojigato».
Contactado por la AFP, Facebook prefirió no contestar.
Mientras tanto, Kettner espera que haya conversaciones al respecto para avanzar, pero no ha habido ningún acercamiento por ahora.
Además, asume sin complejos la asociación de la ciudad con el sitio OnlyFans, que se ha consolidado durante varios años como un destino importante para los creadores de contenido erótico o pornográfico de pago.
En busca de una imagen más respetable, la plataforma con 150 millones de usuarios ahora se enfoca en videos de recetas de cocina, fitness o consejos de salud. «No es una cuestión de nuestro éxito en las redes sociales, sino una cuestión de principios», resume Pokorny. «Es como una guerra con otros medios; luchamos por nuestros derechos, nuestra libertad, contra las personas que quieren regular nuestras vidas», concluye el portavoz del Museo Leopold.