Cultura
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Carlos Sobera: “Caigo bien a la gente ¡porque soy un buen tío!”

Actor y presentador. Carlos Sobera (Baracaldo, 1960) está en el Teatro Reina Victoria de Madrid con la obra ‘Asesinos todos’. Es productor de la misma, es decir, se juega –junto a más personas­– sus propios cuartos porque en la vida, miren, a veces hay que arriesgar para hacer los proyectos que uno quiere.

Pero, ojo, que no sólo está en el teatro haciendo de Pepe, un funcionario de Hacienda, también presenta ‘First Dates’ y está grabando nuevos programas de ‘El precio justo’ que, de momento, no tienen fecha de emisión. ¿Podemos decir que es el Antonio de la Torre de los programas de televisión? Ríe con mi ocurrencia, pero Sobera lo niega. Eso sí, dice un no teñido de ironía: “No es cierto que haga todo, aunque voy por el buen camino, eh”.

Estudió Derecho en Deusto, sacó notazas e iba para notario. “Hubiera tenido más dinero, pero también una alta dosis de aburrimiento”, comenta. Nada, que a Sobera le gusta vivir en el sinvivir, permítanme la redundancia, al elegir ser actor y del Athletic de Bilbao porque “decir que soy de otro equipo es un pecado mortal”.

Carlos, maldita sea, ¿por qué nos caes tan bien a todos? Dime.

¡Porque soy buen tío! (Reímos) Tal y como está el panorama, encontrarte con un buen tío o una buena tía ya tiene un valor… Antes decías eso de es un buen chico y era como insignificante, pero ahora hemos cambiado y pensamos que ser buena persona está muy bien, ¿no? Yo creo que es por eso.

¿En qué hemos cambiado tanto para que ahora nos importe mucho más eso?

Pues, hombre, de repente nos hemos vuelto un poco más huraños, contestones e insatisfechos, y vemos muchas cosas alrededor que no nos gustan nada y valoramos encontrarnos con gente normal, simpática y que es buena gente. Yo cada día lo valoro más, tanto en la vida como en el trabajo.

¿En el trabajo siempre te has encontrado con buen ambiente?

Sí, he tenido fortuna. En alguna ocasión, ha habido una disrupción en este sentido, la mala baba ha asomado en el trabajo y no ha acabado bien; pero han sido sólo un par de ocasiones de una carrera de 30 años. En mi caso ha sido algo anecdótico.

Tú que eres un celestino del S. XXI…

¡O del S. XXII a este paso!

Es que, vamos a ver, ¿podemos decir que eres el Antonio de la Torre de la televisión y que haces todos los programas de la parrilla?

(Reímos) ¡Noooo! No, no, eso no es verdad. Lo que pasa es que Mediaset tiene una forma de trabajar diferente a otras cadenas y bastantes comunicadores hacemos uno, dos o varios programas a la vez. Pienso en Joaquín Prat, Jorge Javier Vázquez, Jesús Vázquez, Santi Millán… Digamos que es otro modelo de trabajo más frecuente y abundante que otras cadenas, pero no es verdad que yo haga todo, ¡en absoluto! Aunque estoy en ello…

¿Cómo van las grabaciones de ‘El Precio Justo’?

Van bien. Hemos grabado un par de programas ya y las sensaciones son muy buenas. Es un programa muy dinámico, simpático y que engancha con esto de tener que acertar el precio de las cosas. Muchas de las partes podemos decir que son vintage, no se han cambiado en absoluto y esto creo que es muy bueno.

¿Te has inspirado algo en Joaquín Prat a la hora de presentarlo?

Bueno, no. Tengo muy buen recuerdo de Joaquín, esa es la verdad, me parecía un fenómeno como algunos otros de la época. Lo que sí he hecho, además lo comenté con dirección, es un homenaje a su persona manteniendo el clásico “¡A jugar!” en la presentación del programa.

¿Eres consciente de que viendo ‘First Dates’ España se une? ¡Se enamora, incluso!

(Reímos) ¡No me digas! ¿Tú crees? ¡Qué bien! Es cierto que es un programa que lleva ya cinco años y está siendo muy transversal. Pensándolo bien eso que dices es cierto porque es un programa que lo ven chavales, gente mayor, personas de diferente clase sociales, diversos ideales políticos o maneras de ver la vida. Así es que sí, es cierto, es posible que una a España porque, además, España necesita un poco de cohesión y estar de acuerdo en algo que no sea el futbol.

Si tienes la oportunidad y te piden opinión, por favor, propón que vuelva el programa de ‘Su media naranja’.

¡Pues mira que no me parece mala idea! También he admirado mucho a Jesús Puente, otro excelente comunicador, que además era un actor como la copa de un pino. Era un formato muy gracioso y divertido, lo que pasa es que necesitas a todo un Jesús Puente para ese programa. ¡Era extraordinario!

Yo creo que lo harías muy bien.

¡No lo sé! Lo que sí que te digo es que me divertiría mucho porque lo recuerdo como un formato de mi juventud y, además, como un programa incluso muy transgresor para la época. España en los años 90 aún estaba con una patita atrás y, de repente, ponerte en la televisión a hablar de parejas, sentimientos e incluso gustos sexuales era como muy avanzado.

Por favor, dime, ¿en ‘First Dates’ son actores? No acabes con mi ilusión, te lo ruego. ¿Los que van son una mentira?

Ya, la gente tiende a pensar que son actores y ¡no! En realidad, es un gran mérito de los guionistas que buscan gente con cualidades especiales para llamar la atención. Es necesario llevar invitados contundentes, pero son todos reales.

Ahora estás en el Teatro Reina Victoria con la obra ‘Asesinos todos’, ¿te sientes mejor presentando o haciendo teatro?

Me siento bien en todas partes, tengo la suerte de hacer lo que quiero y desde hace 15 años tengo la filosofía de combinar ambas cosas. Además, en el teatro también tengo la suerte de elegir la obra en todo momento, me hace sentir seguro y es una aventura que disfruto mucho.

Siempre has dicho que entre la gente te sientes mucho mejor.

Hombre, es que el contacto directo te permite tener un feedback que no lo tienes con la televisión, puedes comprobar la respuesta y la eficacia. Escuchar los aplausos o las risas del público no tiene parangón. Y, con respecto a la televisión, bueno, a veces tienes que esperar meses a ver si gusta el personaje o no.

Pero, ¿acaso hay meses de espera en la televisión? Ahora en cuanto algo no funciona se quita de inmediato.

En teatro, verás, si la función en cuatro o cinco semanas no funciona también se termina quitando. Si haces unas taquillas paupérrimas que te ponen al borde la quiebra, tienes que terminar. En la televisión pasa un poco lo mismo, a veces aciertas y a veces no, pero tienes que ver una cierta recepción positiva por parte del público.

En ‘Asesinos todos’, además, eres productor. Es decir, que te juegas tus propios cuartos.

Eso es, además somos productos de verdad, nada de productores ejecutivos. Esto lo vengo haciendo desde el 2010, lejos de aceptar ofertas para el teatro, lo que hago es hacer los proyectos que me gustan acompañados de otros productores. Asumimos riesgos en todos los sentidos.

En este mundo, ¿hasta qué punto son importantes los contactos?

En este mundo y en todos, los contactos son importantes. Nunca los he tenido, también te lo digo, reconozco que no he sido hombre de grandes contactos, pero sí de tener amigos que me han auxiliado en los momentos más importantes de mi vida.

¿Recuerdas los inicios muy duros?

No, pero sí que me dispersé porque estudiaba Derecho a la vez que hacía teatro y había que estudiar mucho porque los Jesuitas de Deusto eran muy duros. Luego, al acabar la carrera, me entró miedo de venir a Madrid a trabajar como actor y decidí convertirme en profesor de universidad y lo aproveché para desarrollar más mi carrera como guionista, creador y actor con las obras de teatro de la UPV. Siempre las cosas fueron llegando poco a poco, pero nunca ha sido especialmente duro.

¿Nunca has pensado que vivirías mejor como notario que como actor?

No, hubiera tenido quizá más dinero, pero mucha más dosis de aburrimiento en mi vida. Eso te lo digo con toda seguridad. Y, sobre todo, no habría cumplido mi sueño y habría sido un hombre frustrado.

¿Tus padres te vieron ya con el triunfo de tus programas?

Sí, sí. Mi madre aún vive y lo disfruta, tiene 94 años ¡y no se pierde un programa! Y mi padre murió en 2002, fue una despedida muy triste, pero disfrutaba también mucho con mis programas, sobre todo con ‘¿Quién quiere ser millonario?’, ese le encantaba.

Estoy deseosa de ver a tu padre, la verdad, que siempre dices que era un súper guapazo.

Pues algún día publicaré una foto, es que no tengo fotos aquí, las tiene mi madre en casa. Pero, venga, va, un día subiré una foto a Instagram para que lo veáis.

¿Cuál es tu favorita?

Las que sale con mi madre y conmigo, esas son las que llevo más pegadas al corazón. Pero, es que, además, era muy chulo posando, tenía una capacidad de pose de actor de Hollywood. Hay unas fotos suyas de cuando tenía 22 años haciendo la mili que, verás cuando las suba, tenía una planta impresionante y de cara era muy guapo, era una mezcla entre Clint Eastwood y Cary Grant, ¿sabes? ¡Era guapísimo! No me extraña que se llevara a mi madre de cabeza.

Ahora hay una corriente que defiende que la España de antes era más guapa y yo, la verdad, estoy de acuerdo.

(Risas) En España ha habido siempre guapos y feos. De todos modos, ahora tenemos un auxilio que nuestros padres y abuelos no tenían: la cirugía. Si tienes la nariz grande, te la quitas. Hay incluso quienes están bien y también se operan, pero eso antes era imposible.

¿A qué compañero de profesión te llevarías a una pelea?

Mira, yo no me metería nunca en una pelea y mis compañeros son muy educados. ¡Muy!

¿Ni siquiera harías de estratega para parar la pelea?

Yo sería el conciliador, el John Wayne irlandés que pretende que todo el mundo se relaje e impere el sentido común. Si la política me está llamando, ¡te lo digo yo!

Pues no te lo pienses, está de saldo. ¡Preséntate!

No, ni loco.

¿Eres del Athletic de Bilbao o de la Real Sociedad? Pregunto y el que pregunta, ya sabes, no ofende.

Vamos, vamos, vamos. Decir que yo soy de otro equipo que no sea el Athletic de Bilbao ¡es pecado mortal! ¡Fíjate lo que te digo!

Oye, oye, que estás hablando con una fan de Julen Guerrero.

¡Qué me dices! ¿En serio? Pero, vamos a ver, lo dices por belleza física, ¿no?

Hombre claro, yo de futbol no tengo ni idea.

(Reímos)

Me alegra que hayas tenido a Julen como ídolo porque, además de guapo y educadísimo, también era un pedazo de jugador. Luego, con el tiempo y con los años se pierde velocidad, ya sabes que ésta es muy importante, claro. ¡Pero era fantástico! ¿Sabes que lo llamaban ‘La Perla de Portugalete’?

Claro, yo lo sabía todo de él.

Algo que, además, en el Athletic tiene gran valor porque, como sabes, no nos salen tantas. Se sufre mucho, así que cuando jugamos finales ¡lo vivimos con el alma! Dos finales en un mismo año nos parecen un sueño. Yo viví la primera liga del Athletic, era socio, ¡hace 40 años ya! Madre mía… ¡Qué sufridores!

Pues nada, Carlos, que rujan los leones.

¡Eso es! Me cagüen la leche.

¡Aupa Athletic!

¡Aupa!

@MaríaVillardón