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Astronomía

Un asteroide de proporciones descomunales protagoniza algo que sólo ocurre una vez por década

El reciente paso cercano de un asteroide de gran tamaño marcó un evento astronómico que ocurre apenas una vez cada década. Este objeto, catalogado como un cuerpo cercano a la Tierra, alcanzó una distancia excepcionalmente corta. El hecho fue clave para el estudio y la observación del espacio.

Con características físicas y una órbita que lo convierten en un sujeto de gran interés para científicos, su proximidad también puso en foco los avances en las estrategias de defensa planetaria, un área clave en la exploración espacial.

¿Cuál fue el asteroide que pasó recientemente y sólo aparece una vez por década?

Descubierto el 3 de enero de 1918 por el astrónomo alemán Max Wolf, el protagonista de este artículo es el asteroide (887) Alinda, perteneciente a la familia de asteroides Amor.

Con un tamaño estimado de 4,2 kilómetros de ancho, este objeto de tipo S, rico en silicatos y metales, es clasificado como un objeto cercano a la Tierra (NEO, por sus siglas en inglés). Su órbita alargada lo lleva a cruzarse periódicamente con la trayectoria terrestre, aunque acercamientos como el reciente son extremadamente raros.

El pasado 8 de enero, Alinda se situó a tan sólo 12,9 millones de kilómetros de la Tierra, equivalentes a 0,086 unidades astronómicas (UA). Este evento lo convirtió en uno de los cinco asteroides más grandes que pasarán tan cerca de nuestro planeta hasta el año 2200.

¿Por qué el asteroide Alinda protagonizó un evento astronómico único?

La proximidad de Alinda permitió que el asteroide alcanzara un brillo máximo el 12 de enero, con una magnitud de 9,4. Aunque no fue visible a simple vista, los telescopios básicos y los prismáticos facilitaron su observación, lo que fue aprovechado por astrónomos aficionados y profesionales.

Según el astrónomo Gianluca Masi, responsable del Virtual Telescope Project, este tipo de fenómenos ocurre aproximadamente una vez por década.

Durante este acercamiento, Alinda se desplazó a través de la constelación de Géminis, visible en el hemisferio norte poco después del anochecer. Además, el Virtual Telescope Project ofreció una transmisión en directo, lo que permitió a miles de personas seguir el evento desde cualquier lugar del mundo.

¿Qué ocurrirá con la defensa planetaria?

Aunque Alinda no representó una amenaza directa, su tamaño y proximidad resaltaron la importancia de prepararse ante posibles impactos de asteroides. La NASA y otras agencias espaciales llevan a cabo estudios continuos para monitorear objetos que podrían acercarse peligrosamente a la Tierra.

En septiembre de 2022, la NASA probó con éxito la misión DART (Double Asteroid Redirection Test), cuyo objetivo fue desviar un asteroide mediante el impacto controlado de una nave espacial.

Este experimento demostró que es posible alterar la trayectoria de un cuerpo celeste con tiempo suficiente de planificación. No obstante, cualquier estrategia efectiva para proteger la Tierra requeriría la coordinación de múltiples lanzamientos y una preparación que podría extenderse durante décadas.

China, por su parte, tiene planes para desarrollar su propio programa de desviación de asteroides antes de 2030. Estos esfuerzos conjuntos son cruciales para minimizar los riesgos asociados con asteroides clasificados como potencialmente peligrosos, aunque, según los datos actuales de la NASA, no se espera ninguna colisión significativa en los próximos 100 años.

Más allá de Alinda: otros eventos astronómicos destacados

El paso de Alinda marcó el inicio de un mes lleno de fenómenos astronómicos notables. El 13 de enero, la Luna Llena del Lobo compartió protagonismo con Marte, creando un efecto visual donde el planeta rojo pareció desaparecer detrás del satélite terrestre durante cuatro horas.

Además, desde el 21 de enero, se inició una alineación planetaria que incluye a Venus, Marte, Júpiter y Saturno, visibles a simple vista, mientras que Urano y Neptuno pueden observarse con telescopios.

Este desfile de planetas continuará hasta febrero, con la incorporación de Mercurio en marzo.