La fructosa y el embarazo

La correcta alimentación de la mujer durante el embarazo es uno de los aspectos que más preocupa a esta y a los profesionales médicos que están como responsables al frente del mismo. Y es que es necesario que se controlen los productos que ingiere, ya que estos si no son los recomendados pueden dificultar de manera notable el periodo de gestación así como causar daños tanto a la salud de la madre como del bebé.

En concreto, los últimos estudios llevados a cabo en ese ámbito han venido a dejar patente que el consumo elevado de fructosa es realmente perjudicial.

¿Qué es la fructosa?

La fructosa es un tipo de azúcar que forma parte de la familia de los monosacáridos y que tiene la particularidad de compartir la misma fórmula con la glucosa, aunque posee diferente estructura.

Se considera que puede encontrarse tanto en la fruta como en la miel y se ha venido utilizando como edulcorante para los productos que iban destinados a las personas que tienen diabetes. Sin embargo, desde hace un tiempo para acá, se ha comenzado a emplear fundamentalmente para darle forma a ciertas bebidas azucaradas, es decir, a refrescos. Y esta circunstancia es la que ahora ha llevado a que surja un problema en su relación con el embarazo.

¿Qué consecuencias puede tener su consumo?

El inconveniente o dificultad que ahora nos ocupa es que numerosas son las gestantes que, ante la prohibición de tomar ciertas bebidas, se decantan por ingerir bebidas azucaradas que contienen fructosa en unas cantidades elevadas. Esa circunstancia ha hecho que saltaran las alarmas a raíz de ciertos estudios, acometidos por investigadores como Carlos Bocos (Profesor de la Universidad CEU San Pablo) o Carmen Naveda (Alumna del Grado de Farmacia de la misma universidad). Y es que sus análisis han venido a determinar que la ingesta alta de ese tipo de azúcar puede traer consigo serios problemas de salud para la mamá y para su bebé.

En concreto, las pruebas llevadas a cabo por uno y otro trabajo han venido a dejar patente que estas son las graves consecuencias de un exceso de ingesta de la mencionada sustancia:

• Las madres que toman numerosas bebidas con ese elemento que nos ocupa aumentan los riesgos de que sus hijos puedan tener problemas de obesidad.

• De la misma manera, se favorece que mujeres y bebés puedan ver alterado el estado de sus hígados, lo que supondría que, además, se incrementaran sus posibilidades de tener que hacer frente a enfermedades tales como la diabetes.

• Asimismo, hay que tener en cuenta que los mismos estudios, puestos en funcionamiento a partir de la comprobación de ese aumento de consumo de fructosa, han dejado patente que el exceso de ingesta de bebidas que la poseen están muy en relación con el incremento de las patologías de carácter cardiovascular en las mujeres. Pero no sólo en las futuras mamás sino que se considera que esas enfermedades podrían aparecer fácilmente en sus bebés una vez que ya se encuentren en la edad adulta.

  Recomendaciones para embarazadas

  Indiscutiblemente, teniendo en cuenta las conclusiones a las que han llegado los investigadores citados, es necesario que las féminas que están en estado opten por reducir de manera clara la cantidad que toman de bebidas con fructosa. No obstante, al mismo tiempo, es necesario que tengan en cuenta otra serie importante de recomendaciones en materia de alimentación, en pro de su salud y de la de sus bebés:

  • Nada de beber alcohol, sea del tipo que sea. Y es que ese puede provocar que el feto presente dificultades en su crecimiento e incluso alteraciones en la formación de sus órganos.

  • Totalmente prohibido que tome productos que se hayan elaborado con leche que no está pasteurizada, como es el caso de algunos quesos.

  • Es fundamental que, bajo ningún concepto, la embarazada haga régimen. Es cierto que no debe caer en el sobrepeso y que el aumento de sus kilos debe entrar dentro de lo que se considera normal en un periodo de gestación, pero nada de llevar a cabo dietas de ningún tipo. Y eso supone también que no opte por realizar ayuno, tiene que acometer sí o sí cinco comidas al día.

  • También está prohibido que las futuras mamás coman carne y pescado crudo, ya que ambos tipos de alimentos pueden provocar que se vean afectadas por infecciones peligrosas como la toxoplasmosis o el anisakis.

  • Nada de tomar bebidas que cuenten con altos índices de cafeína como sería el caso de los refrescos de cola, el café o incluso el té. Y es que esa sustancia se considera que puede provocar no sólo que el niño nazca con un peso más bajo de lo normal sino que incluso pueda nacer antes de lo previsto.

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