Cuándo llevar a los niños a urgencias

¿Cuándo tenemos que llevar (y cuándo no) a los niños a urgencias? Cuando se tienen niños, especialmente si son bebés, y además somos padres primerizos, es posible que dudemos en todo momento sobre el momento en el que es mejor acudir al hospital, y aunque en la mayoría de casos la decisión se toma por síntomas claros como por ejemplo un episodio de fuerte muy elevada o que el niño sufra de un accidente doméstico, no estará de más que repasemos todo tipo de situaciones y ver si es realmente necesario acudir a urgencias.

Cuándo llevar a los niños a urgencias

Un niño enfermo siempre es motivo de preocupación y ansiedad para los padres. En situaciones de urgencia o ante la imposibilidad de contactar con el pediatra, la primera solución que a todos nos viene a la mente es acudir a urgencias del hospital dado que es un servicio que se encuentra abierto las 24 horas del día y además es donde mejor nos van a poder atender.

Pero en los tiempos que corren (con una tercera ola de la pandemia afectando a toda España), quizás muchos padres duden si llevar o no a su bebé al hospital en caso de que se ponga malo. Por ello queremos repasar algunos de los episodios o situaciones que más pueden darse en los niños cuando se ponen malos (cómo fiebre, vómitos, diarrea, dolor abdominal, traumatismo craneoencefálico , dolor de cabeza o dificultades respiratorias) y cuándo es necesario llevarlos a urgencias:

En caso de fiebre :

• Los bebés menores de tres meses de edad si no fuera posible acudir al pediatra es urgente que sean visitados en el hospital.
• En niños mayores si la fiebre es alta, persistente, responde mal a la terapia antipirética y se asocia con un estado de sufrimiento y condiciones generales comprometidas, como que el niño vomite, se muestre cansado, somnoliento o tenga dificultad para respirar.
• Si el niño tiene convulsiones en presencia de fiebre, especialmente si es menor de un año.

En caso de vómitos :

• El niño necesita atención urgente si tiene vómitos repetidos y no puede beber líquidos, especialmente si es menor de 1 año.
• Si tiene otros síntomas que pueden provocar deshidratación, como fiebre y numerosos episodios de diarrea
• Si además de vómitos presenta: piel seca y mucosa oral, ojos encerrados, ausencia de lágrimas, disminución de la diuresis;
• Si ha estado vomitando y no ha defecado durante 24 horas, especialmente si tiene menos de 1 año
• Si en el vómito se encuentran restos de un color sanguinolento o verde oscuro o parecido al café.

En caso de diarrea :

• Si tiene diarrea repetida y no puede tomar líquidos (vómitos), especialmente si es menor de 1 año
• Si tiene diarrea durante más de 24 horas con más de 5 a 6 descargas al día y no bebe líquidos o tiene signos de deshidratación
• Si tiene diarrea sanguinolenta o sangre tipo «gelatina» solamente

En el caso de dolor abdominal o dolor de barriga:

• Si el niño no ha evacuado durante más de 24 horas, tiene vómitos, fiebre leve y si el dolor se localiza en la región inferior derecha del abdomen (región apendicular)
• Si tiene dolor abdominal en las horas posteriores a que se haya producido un traumatismo en la región afectada

En caso de lesión en la cabeza :

• Si el niño ha perdido el conocimiento en el momento del impacto (traumatismo craneoencefálico emocional), o presenta vómitos, pocas horas después de la lesión, con tendencia a quedarse dormido, con llanto inconsolable, entrecerrar los ojos, dificultad para caminar, dolor de cabeza

En caso de dolor de cabeza:

• Si se acompaña de fiebre y / o vómitos y no remite con la administración de antifebriles y / o analgésicos comunes.
• Si además presenta cuadro de fiebre aunque sea moderada.

En caso de dificultades respiratorias:

Los niños, especialmente si son menores de un año, con dificultades respiratorias, deben ser llevados urgentemente a la sala de urgencias del hospital si se desconoce la causa y no tiene prescripción médica (por ejemplo, que sufra de asma).

No debemos alarmarnos ante las situaciones enumeradas, pero sí que os debe quedar claro que son casos en los que se requerirá que nos desplacemos de inmediato al hospital. Una vez en urgencias el niño pasará su cribaje para poder ser atendido en la brevedad necesaria. Sin embargo, y ante la duda o si por ejemplo estamos de camino al hospital y se produce algún cambio en el estado de salud del niño, siempre es importante mantener además el contacto con el pediatra que tengamos asignado o al que hayamos acudido en caso de que nuestro bebé sea visitado por un pediatra de la sanidad de pago. Nunca debemos pasar por alto las situaciones enumeradas, ya que en algunos casos pueden suponer un auténtico riesgo para la salud de los pequeños que de ser atendidos a tiempo en urgencias es posible que no empeoren.