Cómo hacer la transición de la cuna a la cama
Cómo pasar de la cuna a la cama a la niña o el niño, con las pautas necesarias para que el cambio no resulte complicado e incluso traumático.
Pasar de la cuna a la cama a una niña o un niño es uno de los primeros retos importantes a los que se enfrentan padres (sobre todo primerizos) e hijos, y aunque podemos pensar que existe una edad exacta, pueda que la clave esté en comprender cada caso como algo único.
Cómo hacer la transición de la cuna a la cama
Dos factores son principales a la hora de hacer la transición de la cuna a la cama para una niña o niño: la edad y la altura. Por un lado, la edad de dos años es la mejor para pasar a nuestro bebé a su primera cama, ya que es el momento en el que ya pueden hablar y moverse con más autonomía. A esa edad además el bebé ya tendrá una altura considerable que puede ser un riesgo en el caso de que la cuna sea bajita o no tenga barrotes altos.
Teniendo en cuenta estos dos factores, hemos de pensar entonces que cada niño es un mundo. Seguro que habrán bebés que no lloran cuando los cambias de la cuna a la cama, pero otros en cambio se pasarán las primeras noches llorando sin parar. Para acertar con lo que debemos hacer, podemos seguir estos pasos.
Prepara a tu hijo
El primer paso es tener una buena conversación para explicar que ocurrirá un cambio, pero has de dejarle claro que va a ser para mejor. Si pasamos primero por un periodo de preparación, dejaremos que el niño pueda despedirse de su cuna y esperar un nuevo espacio. Esto le ayudará a llorar la pérdida de esta etapa de su vida, una situación que vivirá muchas más veces a lo largo de su vida.
Será bueno decirle a tu hijo que ya no es un bebé, que ya sabe hablar y comer con una cuchara. Valorar su crecimiento y ganancias desde una nueva etapa lo alentará a avanzar con su desarrollo. Piensa que la convicción de los padres de que es bueno crecer es lo que ayuda al niño a interesarse en el cambio.
Deja que el niño participe
A la hora de hacer el cambio de cuna a cama para la niña o niño es bueno no solo informar sobre la transición, sino hacerles participe de ella. Por ejemplo podemos ir con nuestra hija o hijo a comprar una nueva cama, o a comprar todos los accesorios que son necesarios. Mientras, podemos aprovechar para decirle que la cuna es una cama pequeña para bebés y que ellos merecen ahora una cama que sea más grande.
Haz del cambio una fiesta
La actitud positiva de los padres es crucial para que la transición de la cuna a la cama sea natural y suave. Y cuanto más feliz sea el momento, mejor será la aceptación de la nueva realidad. Recuerda, sin embargo, que la sorpresa no siempre es una buena idea. Algunos niños pueden estar inseguros debido a la falta de tiempo de preparación para acostumbrarse al cambio.
Procura que la cama nueva sea segura
Con el cambio a la cama, la niña o niño tendrán más autonomía y libertad y, por lo tanto, podrá acceder a lugares que no estaban disponibles al dormir en la cuna. Todo cuidado es poco en la adaptación de la habitación y la casa en su conjunto. Las ventanas deben estar protegidas, ya que pueden trepar fácilmente sobre los muebles. Los cables y electrodomésticos deben estar fuera del alcance. Los cajones bajos no pueden contener elementos peligrosos como cuchillos, medicamentos y artículos de vidrio. También es importante evitar camas muy altas, como las literas y comenzar con una cama que a poder ser tenga una barandilla como la de la cuna.
No regreses a la cuna
Un error muy común es mover al niño a la cama y, a la primera señal de dificultad para adaptarse, darse por vencido. No hay vuelta atrás en este tipo de conducta. El niño pronto se acostumbrará a su nueva habitación. Podemos hacerle compañía hasta que duerma en los primeros días. Pero, siempre en su habitación y en su cama, sin sacarla de allí.
Por lo tanto, colocar la cama al lado de la cuna y esperar que el niño se cambie en mitad de la noche no es la mejor opción. Da la imagen de que el niño no tiene que decidirse, que puede tener ambas cosas al mismo tiempo, lo que acaba por generar mayor incertidumbre.
Evita meterte en su cama
La cama de la niña o niño debe estar en su cuarto, y no podemos montarla primero en el cuarto de los padres hasta que se acostumbre. El niño debe tener su propio espacio y acostumbrarse a estar en él sin que los padres se metan en la cama hasta que el niño se quede dormido. Podemos sentarnos a los pies de su cama para leerles un cuento o estar a su lado un rato, pero si el niño se acostumbra a que siempre nos metamos con él en la cama para mostrarle que se duerme bien en ella, solo conseguiremos que quiera dormir con nosotros.
Hacer la transición de la cuna a la cama no es fácil, pero con paciencia y la confianza necesaria en que nuestro hijo es capaz de conseguirlo lo lograremos antes de que nos demos cuenta.
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