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La EMT de Palma tendrá un nuevo y moderno centro de operaciones de 30.000 m2 en Son Rossinyol

Se construirá en su solar de titularidad municipal al lado del Hipódromo, que albergará 108 plazas para autobuses eléctricos

EMT Palma
Jaime Martínez y Antonio Deudero, durante la presentación del proyecto.

La EMT de Palma tendrá un nuevo y moderno centro de operaciones de 30.000 m2 en Son Rossinyol. El Ayuntamiento invertirá 13,4 millones y se construirá en su solar de titularidad municipal al lado del Hipódromo, que albergará 108 plazas para autobuses eléctricos.

El alcalde, Jaime Martínez, y el teniente de alcalde de Movilidad y Polígonos Industriales, Antonio Deudero, han presentado ante los medios este proyecto «innovador y estratégicamente sostenible». En palabras del primer edil del PP, este centro EMT/ECO se pone en marcha «para dotar a la EMT de unas instalaciones modernas con capacidad para albergar la flota de buses eléctricos y que estos tengan capacidad de recarga y funcionamiento».

El alcalde ha recordado que las actuales cocheras, situadas en la carretera de Llucmajor, tienen capacidad para 150 autobuses, cuando la flota de la EMT asciende a 250 vehículos, y no están adaptadas para atender todo tipo de motorizaciones. De hecho, los buses eléctricos no se pueden arreglar en sus talleres.

Por ello, desde el consistorio han impulsado este centro de operaciones, que dispondrá de un ecoparque con una planta baja con capacidad para 108 puntos de recarga para autobuses eléctricos, a través de pantógrafos invertidos, lo que permitirá cargar autobuses sin necesidad de operarios ni tiempos de espera para el conductor, y de un área de servicio y mantenimiento de sistemas de energía. Mientras, en la planta superior y cubierta se instalarán placas solares.

La futura infraestructura contará, además, con un edificio anexo, de unos 4.800 m2, con cerca de 800 plazas de aparcamiento, 768 de ellas de nueva creación, y un espacio libre de unos 3.200 m2.

De los 13,4 millones de euros de inversión, la EMT aportará cinco millones anuales aunque no se descarta acudir a recursos externos, como las líneas de subvención del impuesto de Turismo Sostenible (ITS), fondos europeos e inversiones del Gobierno de España, al que el alcalde Martínez ha vuelto a exigir los 185 millones previstos para la construcción del tranvía de Palma para la electrificación total de la flota de la EMT.

Para que el nuevo centro de operaciones de Son Rossinyol sea posible se tramitará una modificación urbanística que permita incorporar la totalidad de usos de la parcela. Y, de manera paralela, se redactará y licitará el proyecto, que podría estar en septiembre.

De este modo, la previsión es que las obras puedan empezar en el primer trimestre de 2025. Estas tienen un plazo de ejecución previsto de 18 meses, de modo que el Ayuntamiento confía en que las obras finalicen entre finales de 2026 y principios de 2027, recoge la agencia Europa Press.

El alcalde ha explicado que al mismo tiempo se pondrá en marcha la renovación de la flota de autobuses. El objetivo, ha incidido, es acabar esta legislatura con 100 autobuses eléctricos -65 de 18 metros, dos de 15, 20 de 12, 11 de 10 y dos de ocho metros-, lo que supone un coste total 76 millones. Martínez ha confiado de este modo en que en el año 2027 el 50% de la flota de la EMT sea eléctrica y en 2030 lo sea el 100%.

Plan estratégico 2024-27 que apuesta por un transporte público sostenible

Todos estos proyectos forman parte de un plan estratégico 2024-2027 que apuesta por un transporte público sostenible, como eje esencial de la movilidad de Palma.

Este plan, ha detallado Martínez, tiene como objetivo que Palma disponga de una red de transporte público «eficiente, bien planificada y ejecutada, que dé respuesta a las necesidades de los ciudadanos y se sitúe a la altura de la octava ciudad en población de España».

Todo ello, ha precisado, después de que, según ha lamentado, «en los últimos ocho años, la flota de buses de la EMT de Palma se haya ido configurando con total falta de planificación, con un crecimiento irregular de los vehículos y una mezcla de distintas motorizaciones como gas, eléctricos, de gasoil e incluso de hidrógeno».

No en vano, el primer edil ha hecho un repaso de las deficiencias que se encontraron hace siete meses cuando entraron a gobernar: «Una media de 85 vehículos parados diariamente por problemas mecánicos, 12 autobuses eléctricos que no podían circular porque solo había habilitado un punto de recarga, cinco buses de hidrógeno, con un coste de más de cinco millones, que siguen parados porque la planta de hidrógeno de Lloseta no puede administrar el combustible necesario para su funcionamiento, y cuatro minibuses también parados en las cocheras».

Por este motivo, Martínez ha querido poner en valor que «desde el primer minuto, el nuevo equipo de gobierno municipal puso en marcha un plan de choque para revertir la situación crítica encontrada».

Además de este plan de choque, el alcalde ha recordado que han contratado a nueve técnicos y un nuevo jefe para reforzar el taller y adjudicado la contratación del refuerzo externo del servicio de reparación, mantenimiento y suministro de piezas para los próximos dos años.

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