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La Audiencia Provincial de Almería acoge desde este lunes el juicio contra D.C.S., el joven apodado El Sangre acusado de liderar un grupo de corte islamófobo en Antas (Almería) que contaba con «patrullas nocturnas de vigilancia» para identificar ciudadanos marroquíes en el municipio «asumiendo funciones pseudopoliciales de control e interrogatorio», según la Fiscalía.
La Sección Tercera ha arrancado la vista oral con el interrogatorio del principal encausado, para quien el Ministerio Fiscal solicita siete años de prisión. D.C.S. ha reconocido haber integrado en ocasiones un grupo de «patrullas ciudadanas» denominado Antas klan, aunque «para nada» habría sido él el cabecilla del mismo.
También ha desligado su actividad de presuntas prácticas neonazis, así como su participación en la difusión de pasquines con tintes xenófobos y racistas en los que se identificaba a la población árabe como la «causa de la inseguridad del pueblo» y se incluían reproches a quienes les alquilaban viviendas.
Tras la aparición en el municipio de carteles que expresaban el «rechazo hacia los inmigrantes», el acusado y otros jóvenes no identificados de Antas habrían iniciado «patrullas nocturnas de vigilancia» en las que habrían interrogado a ciudadanos marroquíes «pidiéndoles explicaciones de por qué se encontraban en la calle o a dónde se dirigían, acorralándoles e increpándoles con un tono intimidante».
El fiscal detalla en su escrito provisional las conductas detectadas desde el verano de 2019 en adelante por parte del acusado, quien ya cuenta con dos condenas anteriores -una de ellas suspendida de nueve meses de prisión- por amenazar a un ciudadano marroquí con prenderle fuego a él y a su casa y otra por la agresión a un varón musulmán.
La Fiscalía le acusa de dos delitos contra los derechos fundamentales y libertades públicas, uno de ellos en concurso con un delito leve de lesiones, y otro de tenencia ilícita de armas tras haberle intervenido durante un registro en su vivienda dos puños americanos y una navaja negra con una esvástica roja grabada, todas ellas armas prohibidas conforme al Reglamento de Armas de 1993.
«Sólo dábamos paseos»
El acusado ha señalado que los Antas klan «eran grupos de niños y de gente mayor, de distintas razas y nacionalidades» que se formaron «para que no hubiera robos en el pueblo», llegando a darse «en combinación con el alcalde socialista de Antas». «Lo único que hacíamos era dar paseos en verano, únicamente», ha insistido El Sangre, quien ha sostenido que «no hubo agresiones» y que en dichos grupos había «gente del PSOE, de Podemos, de Falange, marroquíes, ecuatorianos, rumanos… no había nadie vetado».
En este sentido, ha negado que el grupo estuviera destinado a controlar la actividad de personas de origen marroquí y extranjeras, sino que únicamente tenían como objetivo disuadir de posibles robos porque, según ha indicado, la Policía Local sólo permanecía operativa «hasta las diez y media» de la noche.
El acusado ha recalcado que la Guardia Civil y las autoridades locales sabían de su actividad. «Todo estaba perfectamente comunicado, no hacíamos ningún acto delictivo y la Guardia Civil nos dijo que si veíamos algo, que grabáramos. Yo les mandaba matrículas de coches, pero de ahí a agredir, un mundo», ha añadido.
El Sangre ha negado que en agosto de 2019 llegaran a acorralar a un hombre de origen marroquí o que le atemorizaran de algún modo durante tales patrullas de vigilancia, que se mantuvieron durante semanas después de que el 31 de julio de ese mismo año la localidad apareciera repleta de pasquines en los que se achacaba a la población árabe supuestos problemas de inseguridad, y en los que se incluían reproches a quienes les alquilaban viviendas.
El acusado no ha podido explicar el motivo por el cual se hallaron en sus dispositivos, intervenidos durante un registro policial, copias del diseño de dichos folletos con fecha anterior a que fueran difundidos públicamente por el pueblo, sentido en el que únicamente ha negado que participara en su elaboración y difusión. Asimismo, ha rechazado su vinculación con relación a unas pintadas que aparecieron meses después en Antas con mensajes como Moros de mierda. Stop invasión.
Objetos de «coleccionista»
El Sangre ha achacado a su faceta de «coleccionista» el hecho de que en el registro de su vivienda se hallaran objetos y carteles con simbología fascista o vinculada a la imagen de Adolf Hitler. «Tengo pegatinas de todo, me ha gustado todo. No veo que sea delito guardarlo siempre y cuando sea para mí», ha justificado.
De la misma forma, ha explicado que los dos puños americanos y una navaja negra con una esvástica roja grabada encontradas en la vivienda no eran de su pertenencia sino de otra persona que también vivía en la casa y que no se encuentra procesada en esta causa. «No sé por qué me lo achacan a mí», se ha defendido.
El acusado ha rechazado que participara o administrara grupos de carácter fascista en Almería y se ha mostrado distante al ser preguntado por su cuenta de redes sociales, de la que no recuerda que, como frase de perfil, incluyera el lema «el fascismo es alegría». Asimismo, ha indicado que el 88 incluido en su nickname -número de simbología nazi asociado a las letras HH, Heil Hitler- era el que usaba para «jugar al fútbol», junto con el 99.
El encartado también ha aludido al carácter «privado» de los grupos de WhatsApp en los que participaba y en los que se comentaba, según ha detallado, asuntos de actualidad nacional, con algunos comentarios «desfasados» y «en caliente» por los que ha pedido «perdón», pero que ha encuadrado en una «opinión personal», sin «atacar a nadie».
Cabe recordar que el juicio se dirige también contra otros dos varones a los que se acusa, junto con el presunto cabecilla, de participar en la agresión a una persona durante una fiesta organizada por el Día de la Hispanidad, el 12 de octubre de 2019, en la Era del Lugar de Antas. Según El Sangre, organizaron una barra para destinar parte de los beneficios a «familias necesitadas rumanas, inglesas, marroquíes… sólo de Antas, porque no había medios para hacer más». El acusado también se ha desligado de esta agresión.
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