Sociedad

El Papa no tiene coronavirus: el test echa por tierra los rumores de contagio

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La prensa italiana, concretamente el diario ‘Messagero’, ha confirmado que el Papa Francisco ha dado negativo en coronavirus tras varios días aquejado de un resfriado que había levantado las sospechas del mundo entero. Todo comenzó el pasado jueves, tras la multitudinaria misa de Miércoles de Ceniza oficiada por el Santo Padre en el Vaticano, cuando el Papa Francisco decidió cancelar un encuentro con la curia romana por una «indisposición».

Las fotografías del Papa besando cabezas y estrechando manos en la icónica plaza de San Pedro, en pleno brote de coronavirus en Italia, dieron la vuelta al mundo. El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, no respondió el martes por la mañana a la pregunta sobre el posible contagio de coronavirus que registró la agencia de noticias AFP.

San Pedro sin mascarillas

El Papa argentino goza, en general, de buena salud. De joven perdió parte de un pulmón debido a una enfermedad respiratoria y sufre de ciática, lo que le supone alguna dificulta al caminar.

Durante la audiencia del miércoles, el Santo Padre también se acercó al público, donde besó cabezas y tocó rostros de varias personas en un gesto de amabilidad. Asimismo se mostró solidario con aquellos que padecen coronavirus.

El país italiano se encuentra en medio de un brote del nuevo coronavirus Covid-19, cuyo origen se encuentra en la provincia china de Huberi.

Solo unos pocos de los aproximadamente 12,000 fieles que acudieron a verlo en la Plaza de San Pedro llevaban máscaras faciales. Pero Francisco no rehuyó darle la mano a los miembros de la congregación, e incluso besó a algunos de los niños presentes.

Se sabe que el papa Francisco abraza a los fieles o acepta besos en la mejilla o la frente. Sin embargo, hace un año explicó su reticencia a permitir que la gente besara su anillo, explicando que la práctica podría propagar gérmenes.

En su homilía del Miércoles de Ceniza que marca el comienzo de la Cuaresma, el Papa exhortó a los 1.300 millones de católicos del mundo a «apagar la televisión y abrir la Biblia». Instó a los seguidores a que dejen de molestar a las personas en plataformas de redes sociales como Twitter y Facebook para la Cuaresma.