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Seis encuentros que marcaron el rumbo de Juego de Tronos

Esta semana hemos sido testigos de uno de los encuentros más esperados de la historia de Juego de Tronos. Por fin hemos podido ver a Jon y Daenerys frente a frente, en una reunión para muchos descafeinada, pero que promete grandes momentos en el futuro. Sobre todo tras conocer el verdadero vínculo que existe entre ellos. Este tipo de escenas son uno de los principales reclamos de Juego de Tronos, un rayo de luz y esperanza frente a tanta muerte y desolación. ¿Quién no sueña con que todos los hermanos Stark se reúnan, de una vez por todas, en Invernalia? ¿O con el momento en el que Tyrion vuelva a verse las caras con su hermana? ¿ Y cuándo Arya sepa que el Perro no murió en aquella colina? Estos breves, aunque emocionantes, instantes son los que mantienen viva la llama de la ficción.

Desde el comienzo de la primera temporada, son muchos los reencuentros que hemos presenciado a lo largo y ancho de los Siete Reinos. La mayoría de ellos llegaron para dar un giro radical al desarrollo del argumento y cambiar el destino de sus protagonistas. A continuación, los más recordados

¡CUIDADO, CONTIENE SPOILERS!

Jon y Sansa

Tras huir de las garras del malvado y cruel Ramsay Bolton, Sansa acude al Castillo Negro en compañía de su fiel escudera, Brienne de Tarth. Allí, vivirá uno de los reencuentros más emotivos de Juego de Tronos. Jon Snow observa con asombro la llegada de su hermana, con la que en el pasado tuvo algún que otro desencuentro. Rencillas de juventud que quedan en el olvido con un intenso y conmovedor abrazo. El norte comienza a recomponerse a partir de esta escena.

Tyrion y Daenerys

Dos de las figuras más queridas de Juego de Tronos se conocieron finalmente en los reñideros de Meereen. Dando como resultado una de las parejas más afianzadas de todo el reparto. En aquel momento, Tyrion se mostró ante la reina como el prisionero de Jorah Mormont, quien buscaba con tal ofrenda el perdón de su amada. Este primer encuentro estuvo marcado por la desconfianza y el temor. Recordemos que los Lannister y los Targaryen son enemigos desde tiempos inmemoriales.

Brienne y Jaime

¿Amor platónico o simple amistad? La relación entre Jaime Lannister y Brienne de Tarth siempre ha estado marcada por esta débil línea. La guerrera es la única capaz de sacar la bondad que el amante y hermano de Cersei posee en su interior. Así pudimos comprobarlo en esta inesperada reunión. Ambos coincidieron de nuevo en el hogar del Pez Negro, liderando bandos enfrentados. Rodeados de una inminente batalla, Jaime permite a su amiga la entrada al reino, a pesar de ser enemigos naturales.

Sansa y Bran

El último capítulo emitido hasta la fecha nos regaló otro de los reencuentros más esperados por los fans. Tras la ausencia de Jon en tierras norteñas, Sansa es la encargada de liderar Invernalia. Un puesto al que se enfrenta con total desamparo. Al menos hasta ahora. Bran y Meera llegan por fin al hogar de los Stark, una escena que demuestra la transformación que el ahora Cuervo de Tres Ojos ha sufrido desde su huída. ¿Cuándo llegará el turno de Arya?

Daenerys y Drogon

A pesar del poder y la influencia que caracterizan a Daenerys Targaryen, Drogon siempre se ha mostrado reacio a seguir los designios de su madre. El dragón más poderoso de los Siete Reinos manifestó su rebeldía desde el principio, a través de una personalidad violenta e indomable. Una actitud que acabó con la huída de esta majestuosa criatura. Durante varios capítulos, Drogon estuvo en paradero desconocido. Un retiro que se vio interrumpido por el peligro de muerte que amenazó a su progenitora en el estadio de Meereen. Los Hijos de la Arpía planificaron el asesinato de su reina, quien acabó la contienda a lomos de su querido vástago.

Jon y el Rey de la Noche

Jon Snow no fue consciente del inmenso poder de los Caminantes Blancos hasta la Batalla de Casa Austera. Tras perder a la mayor parte de su ejército, el ahora Señor del Norte se ve obligado a huir ante el ataque de los no-muertos. Es en ese preciso momento cuando el Rey de la Noche demuestra a su adversario el oscuro futuro que asolará los Siete Reinos, pues él posee el poder de convertir a todo aquel que exhale su último aliento. Siendo el vidriagón la única arma capaz de acabar con tan peligrosa amenaza.