¿Qué es la misofonía?: causas, síntomas y tratamiento
La misofonía es un término que se suele atribuirse a la sensibilidad selectiva al sonido. Es una especie de trastorno neurológico que se basa en la intolerancia a los sonidos cotidianos producidos por el cuerpo de otras personas o bien que son cotidianos. Veamos en qué consiste este término, cuáles son sus causas y síntomas.
Estos ruidos son percibidos en gran forma por las personas que lo sufren y acaba siendo un trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad que debe tratarse si la personas afectada no puede desarrollar correctamente su vida diaria.
¿Quiénes desarrollaron y descubrieron este problema?
Esta palabra está compuesta por miso (odio) y fonía (sonido), y fueron los científicos Pawel y Margaret Jastreboff quienes en el año 2000 la usaron por primera vez para asimilarla a aquella alteración psicológica que tiene que ver con la no tolerancia a determinados sonidos. Es por tanto un problema que se ha descubierto hace relativamente poco y debe ser más estudiado para ver sus efectos, síntomas y también tratamientos.
¿Cuáles son sus causas?
Según Gaes, el tipo de sonido que desencadena la reacción es específico de cada individuo y puede (aparentemente) desencadenar reacciones injustificadas de ira, ansiedad o incluso pánico.
Así tales ruidos pueden llegar a desarrollar reacciones emocionalmente violentas en las personas que padecen misofonía son muy numerosos y dependen estrictamente de la persona a la que afecta.
De igual forma que sucede con muchos otros problemas psicológicos, una de las causas más indicadas de la misofonía está ligada a un probable trastorno neurológico derivado de la experiencia negativa, del pasado o de la infancia, que uno ha percibido o ha tenido con un sonido específico.
Los síntomas de la misofonía
Las personas que tiene este problema y que se convierte, en el tiempo, en un trastorno psicológico como hemos visto, pueden tener toda clase de malestares fruto del sonido que oyen de las cosas de forma exagerada.
Así, Centro del Audífono da a conocer que tales personas tienen diversos síntomas como ira, enfado, temor y pánico solo al imaginar lo que les puede producir aquello que oyen.
Aparecen entonces aquellos síntomas más propios de la ansiedad, como son la sudoración, el temor, las palpitaciones, las conductas de evitación que están relacionadas con no ir a determinados lugares o quedar con personas. La persona tiende a aislarse y entonces es cuando surgen los problemas.
En casos graves, tal como relata Centro del Audífono, la situación puede ser tan intolerante que se pueden presentar comportamientos violentos hacia objetos, personas o animales involucrados.
Cuando se enfrenta a un sonido que no puede soportar, aquellos que tienen misofonía severa lo manifiesta con una ira extrema, acompañada de síntomas físicos como sudores fríos y un ritmo cardíaco acelerado, calambres, irritación, agresividad, irritabilidad, etc. que es algo más propio de la ansiedad y el estrés que supone esta situación.
El tratamiento a este problema
En este caso hay un tratamiento doble porque hay que acudir a un especialista del oído para ver de qué se trata y establecer posibles causas.
Pero si se demuestra que ya se ha desarrollado un problema psicológico, entonces también está la figura del psicólogo y psiquiatra que deben encauzar el tratamiento adecuado según cada paciente.
En este caso pueden convivir varios tratamientos como son la terapia cognitivo-conductual para afrontar lo que nos producen estos sonidos. Pues no está claro que los síntomas puedan desaparecer del todo o parte de ellos, por lo que debemos afrontar el problema para que no disturbe nuestra vida diaria para hacer que sea más complicada ni que nos aísle porque esto produce problemas mucho más psicológicos.
En todo caso, el afectado debe tener la voluntad de seguir adelante y de contar con el apoyo de su familia.
Diferencia entre misofonía e hiperacusia
Gaes explica que este concepto suele confundirse con la hiperacusia, que es la sensibilidad general al ruido versus un sonido que no es particularmente fuerte. Pero hay que destacar que la hiperacusia no es una excesiva sensibilidad a determinados ruidos, sino del nivel de ruido. Las personas con hiperacusia reaccionan con gran sensibilidad al ruido a niveles de volumen que otras personas encuentran completamente normales.
Ahora que ya sabes en qué consiste este concepto es importante que uno tenga comprensión hacia las personas que sufren este problema porque no es imposible que nos pueda pasar a nosotros. Hay ciertos grados y puede convertirse en un problema psicológico mayor si uno no hace frente a esta afección para poder tratarse adecuadamente.
Para esto hay diversos pasos, especialistas y tratamientos para que las cosas sean más fáciles de llevar.
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