Día Internacional del Libro

Estos son los beneficios para la salud de la lectura para pequeños y adultos

Estos son los beneficios para la salud de la lectura para pequeños y adultos
Leer con niños @Istock

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Hoy se celebra el Día Internacional del Libro y ¡regalar lectura siempre es una magnífica idea! No sólo porque sea un regalo enriquecedor, sino porque, además, tiene una serie de beneficios que todos debemos tener en cuenta a la hora de pasar parte de nuestro tiempo sumergidos en libros, independientemente de la temática, ya que todos podemos tener gustos muy distintos.

Tal y como dice Stefan Zweig en ‘Encuentros con libros’, «desde que existe el libro nadie está ya completamente solo, pues tiene al alcance de su mano el presente y el pasado, el pensar y el sentir de toda la humanidad». En esta línea, Francisco Lara, jefe de servicio de Psicología Clínica del Hospital Quirónsalud Córdoba, explica, por ejemplo, que «encontrar un buen libro que nos transporte a otro lugar activa la imaginación y, además, nos permite alejarnos de la rutina. Por ello, leer se convierte siempre en una actividad muy recomendable que reduce la ansiedad y mejora el estado de ánimo».

Detalla también, y es algo a tener en cuenta, que «el proceso de lectura garantiza la adquisición de conocimientos útiles para desempeñar actividades propias de la vida cotidiana, ya que permite socializar mejor, desarrollar la empatía o incluso aporta seguridad y autoconfianza».

Desde el punto de vista cognitivo, según este especialista, «cuando leemos se ponen en marcha en el cerebro una serie de procesos y se estimulan determinadas capacidades con la finalidad de interpretar signos que activan esquemas de conocimiento que finalmente generan emociones». Y añade, además, que «en el curso de la lectura están implicados procesos cognitivos como la  atención, concentración o memoria, que al ser ejercitados ofrecen atención y cuidado a la salud mental».

Por otro lado, señala que utilizar la lectura como inductor al sueño «no es lo más oportuno, pero no cabe duda que un momento de inmersión en una apacible lectura en soporte papel o en cualquier dispositivo que no radie luz azul, para que no interfiera en la liberación de la melatonina, puede ser sumamente efectivo para desdeñar la ansiedad acumulada durante el día».

El Dr. Lara tiene varias lecturas favoritas, pero en esta jornada lectora, propone a los lectores tres títulos, los dos primeros relacionados con la salud mental: ‘El arte de no amargarse la vida’ de Rafael Santandreu, ‘Los renglones torcidos de Dios’ de Torcuato Luca de Tena y, finalmente, un libro de ficción: ‘El viejo y el mar’ de Hemingway.

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Por su parte, y en la misma línea que su colega, el Dr. Daniel Martín-Fernández Mayoralas, neuropediatra del Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo, explica que leer es importante siempre para activar el cerebro, pero es importante, detalla, para todos, tanto para los niños como para los adultos. «Leer podría contribuir al adecuado desarrollo de las emociones (evitando hasta cierto punto los trastornos interiorizantes, como la depresión o la ansiedad) y además estimula el juego y la imaginación», matiza.

Pero es que, además, y se trata de un detalle a tener en cuenta, «está establecido que los niños con lectura pobre tienen problemas emocionales y un riesgo importante de ansiedad y en menor grado, de depresión o distimia». Expone, en este sentido, que «un estudio demostró mejoría de ésta cuando se utilizaba una intervención que abarcaba las dificultades lectoras y las interiorizantes».

De hecho, añade, «aquellos niños a quienes sus padres les leen en voz alta de forma regular (por ejemplo, compartiendo tiempo de lectura en voz alta por las noches antes de dormir) aprenden a leer antes que sus coetáneos, mejoran su rendimiento en matemáticas, alcanzan una mayor riqueza de vocabulario y obtienen mejor éxito académico. Además, esta actividad compartida favorece el vínculo afectivo entre padres e hijos».

¿Y a largo plazo qué beneficios tiene la lectura en las personas? El especialista explica que «es posible que la lectura regular reduzca el riesgo de demencia y otros tipos de afectación cognoscitiva en la vida posterior. Se ha sugerido que alentar la lectura podría ser una valiosa estrategia de prevención primaria, también en los niños».

En este caso, el libro recomendado por el Dr. Martín-Fernández Mayoralas es ‘Centuria libro de poemas’, obra de varios autores.

Divulgación científica

Por su parte, Paloma Méndez de Miguel, neuropsicóloga infantil del Hospital Quirónsalud San José y del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, destaca que «la lectura es una habilidad que ofrece una ventana a un mundo de posibilidades casi infinitas». Una razón por la que, entre otras cosas, y viendo cómo las nuevas tecnologías desplazan a los libros en el interés de niños y adolescentes, «es imprescindible cuidar y desarrollar hábitos lectores adecuados, para no soterrar un hábito con innumerables ventajas a nivel cognitivo, creativo y emocional».

Porque, explica, tal y como sucede con otros hábitos, «el gusto por la lectura no surge de manera espontánea y es algo que hay que “instrumentalizar”. Los niños necesitan un manejo eficaz del recurso (la lectura) para poder llegar a disfrutar, y eso en muchas ocasiones requiere esfuerzo». Por ello, defiende la Dra. Méndez de Miguel, «forzar el hábito puede ser contraproducente, hay que saber tener paciencia y ofrecer contenidos que sean atractivos, asumibles y sencillos para que puedan desarrollar el disfrute por la actividad».

¿Cómo? El consejo de la especialista es que al inicio es irrelevante que lean recetas, comics, tebeos, cuentos para cursos inferiores al suyo, o elijan lecturas con muchos dibujos para tener menos texto. «Lo realmente importante será automatizar los procesos lectores, generar hábito y mejorar el vocabulario y la comprensión. Después de ese momento, iremos ajustando los contenidos a los intereses del niño y con una buena motivación, la resistencia a la lectura será cada vez menor», explica.

En este caso, las recomendaciones de la Dra. Méndez de Miguel es ‘El emocionómetro del Dr. Nilo’ de Susanna Isern y Mónica Carretero, así como ‘Cuentos para educar niños felices’ de Begoña Ibarrola y ‘Las emociones de Nacho’ de Liesbet Slegers.

Para el Dr. Rafael Hernández Estefanía, cirujano cardiovascular del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz y escritor de la novela ‘No reanimes a mi padre, Frederic Larsan’, la lectura es uno de los tratamientos «más curativos que los médicos podemos prescribir a los pacientes a lo largo de su vida».

Por ello, indica, «en la fase de desarrollo leer un libro al mes crea hábito de lectura, estimula la imaginación, potencia desarrollo cerebral del adolescente y favorece el aprendizaje de vocabulario; mientras que, en la edad adulta, la lectura mantiene el cerebro activo, fortalece las conexiones neuronales y aumenta la reserva cognitiva necesaria para garantizar su buen funcionamiento en el futuro». Por último, «en la tercera edad, los beneficios de la lectura son aún más evidentes, puesto que mejoran tanto la concentración como la memoria y evitan la temida soledad».

También el Dr. Hernández Estefanía hace su recomendación para el Día Internacional del Libro, aunque esto suponga «un ejercicio de infidelidad a muchos otros maravillosos que te han acompañado en tu vida, pero me quedo con La montaña mágica’ de Thomas Mann. Como lector te gusta que te cuenten buenas historias, pero como escritor lees para aprender cómo los genios escribieron. Este es el libro que me gustaría haber podido escribir».

Por último, el Dr. Josep Maria Farré, psiquiatra del Servicio de Psiquiatría y Psicología del Hospital Universitari Dexeus de Barcelona, defiende que, efectivamente, hay muchos y excelentes libros de divulgación que «colaboran en los esfuerzos de los  profesionales de la Salud Mental  para  que los afectados recobren  el equilibrio  perdido, la armonía emocional, el afrontamiento al estrés».

Expone, además, que «al salir del bucle de las preocupaciones y del dolor de los  pensamientos intrusos, ésto nos ayuda a liberarnos de las sombras depresivas y a  recuperar las ilusiones disipadas, a vencer nuestros miedos y restablecer la autodirección perdida, incrementando la  seguridad y la autoestima».

Pero, es que, además, los libros «nos transportan por los caminos de la aventura y la sorpresa de los descubrimientos, por la nostalgia, y las raíces de nuestras vidas  a través de historias que evocan esperanzas, sueños y fantasías, amores y desamores y que navegan  por siete mares hacia horizontes y viajes sorprendentes». Y concluye: «El libro verdadero, el que no podemos soltar, el que nos enamora, es el que  exige que nos entreguemos al placer de leerlo». 

¿Qué beneficios tiene la lectura según los especialistas?

Creatividad: la lectura es una ventana al mundo que favorece la imaginación y la creatividad. Uno puede inventar un mundo a través del contenido que está leyendo y eso siempre es estimulante para el cerebro.

Ortografía y vocabulario: por otro lado, leer de forma regular favorece el vocabulario y la ortografía. Para que amplíe el vocabulario es importante que el texto que lea el niño sea comprensible e inducirle a que nos pregunte aquellas palabras que no entiende. Inicialmente nosotros daremos esa respuesta, pues si le mandamos remitimos al diccionario supondrá un esfuerzo extra que favorecerá que deje su duda sin resolver.

Favorece la capacidad de concentración: no obstante, para que eso suceda debemos ofrecer un contenido que les motive, pues si les supone mucho esfuerzo se desconectarán y se resistirán a la lectura

Mejora la asimilación e integración de información: indudablemente, cuanto más leemos mayor facilidad desarrollamos ara hacerlo de manera rápida y eficaz, y eso mismo sucede cuando los niños estudian contenidos académicos, por tanto, leer les ayudará a mejorar su rendimiento escolar.

Válvula de escape y afición saludable: la infancia y la adolescencia es el periodo en el que construimos nuestra identidad personal, nuestros valores, y también nuestros intereses. La lectura es una afición saludable que aporta la posibilidad de desconectar y favorece la satisfacción personal. Tiene el beneficio de ser una actividad que se puede desarrollar en solitario, en cualquier lugar y en cualquier momento

Por todos estos motivos, es aconsejable promover este hábito en los menores, no olvidando que los adultos también somos modelos, y será más sencillo para los niños desarrollar el gusto por la lectura en un contexto en el que esta ocupa un lugar importante.

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