El botiquín ideal para el verano: todo lo que necesitas para viajar seguro y sin contratiempos
Vendas, antisépticos, protector solar y medicamentos básicos son imprescindibles
Con la llegada del buen tiempo, los días al aire libre se multiplican y las escapadas se convierten en rutina. Pero también aumentan las posibilidades de sufrir pequeñas heridas, quemaduras solares, picaduras de insectos o incluso golpes de calor. Por eso, preparar un botiquín específico para el verano es una medida práctica, sencilla y altamente recomendable para disfrutar de unas vacaciones seguras.
Según la Asociación Española de Pediatría (AEP), un botiquín es “un conjunto de medicinas y otros utensilios que sirven para tratar dolencias comunes o practicar los primeros auxilios en caso de lesiones”. En el caso de los viajes, explican que es muy importante tener a mano un kit que te permita actuar de inmediato ante una emergencia menor. La clave está en la prevención, la accesibilidad y el conocimiento de los elementos que debe contener un botiquín bien equipado.
También es bueno contar con algunos remedios naturales, sobre todo si se viaja con niños, tal y como detalla a OKSALUD el presidente de la Asociación Nacional de Profesionales y Autónomos de las Terapias Naturales, COFENAT, Roberto San Antonio Abad: “Se puede llevar un surtido de infusiones, decocciones, cremas o ungüentos, cataplasmas, hidrolatos, oleatos, etc. para pequeñas afecciones que se pueden tratar fuera de casa”.
Un botiquín en casa… y otro para el camino
Lo ideal es disponer de dos botiquines: uno fijo en casa, completo y bien organizado, y otro portátil que podamos llevar en viajes o excursiones, tal y como indican desde la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SEMFYC). En ambos casos, el lugar de almacenaje debe ser accesible y conocido por todos los adultos del hogar, pero siempre fuera del alcance de los más pequeños. Una caja hermética, ligera y fácil de transportar será suficiente para mantener los productos en buen estado y listos para usarse.
En el entorno doméstico, el botiquín debe centrarse en atender las urgencias más habituales: cortes, quemaduras, golpes, pequeñas hemorragias o contusiones. No es un dispensario de medicamentos, sino una herramienta de primeros auxilios. Por tanto, es recomendable separar el botiquín de otros productos como termómetros, tensiómetros o medicinas, que pueden almacenarse aparte.
¿Qué debe incluir el botiquín ideal para el verano?
Según los expertos de la Cruz Roja, debe incluir:
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- Material de protección individual
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- Mascarillas de protección facial, útiles si se requiere hacer respiración boca a boca.
- Guantes de látex o vinilo, para evitar el contacto directo con sangre o secreciones al realizar curas.
- Toallitas con alcohol, para desinfectarse las manos antes de manipular heridas (no deben aplicarse sobre la herida directamente).
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- Material para curas y control de hemorragias
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- Vendas hemostáticas de varios tamaños, para frenar hemorragias o sujetar apósitos.
- Suero fisiológico, indispensable para limpiar heridas oculares o cutáneas.
- Antisépticos como povidona yodada para prevenir infecciones.
- Gasas estériles, esparadrapo, tiritas y apósitos adhesivos.
- Tijeras de punta redondeada y pinzas sin dientes, muy útiles para cortar gasas o extraer astillas.
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- Protección frente a traumatismos y quemaduras
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- Pañuelo triangular, versátil para hacer cabestrillos, cubrir heridas o improvisar un vendaje.
- Bolsas de frío instantáneo, ideales para reducir inflamaciones por golpes, caídas o picaduras.
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- Productos esenciales en verano
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- Protector solar de amplio espectro, preferiblemente FPS 30 o superior, tanto en formato crema como en stick.
- Aftersun o cremas hidratantes para calmar la piel tras la exposición solar.
- Repelente de insectos, indispensable si vas a zonas húmedas o rurales.
- Pomadas para quemaduras leves, con ingredientes como aloe vera.
- Medicamentos básicos recomendados por el médico: analgésicos, antitérmicos, antihistamínicos, antiinflamatorios, antidiarreicos, rehidratantes orales o laxantes suaves, según las necesidades del entorno familiar.
La importancia de la prevención
Contar con un botiquín completo y actualizado es mucho más que una precaución sanitaria tal y como detallan desde AEP. Es una forma de cuidar a los nuestros y de estar preparados para actuar con rapidez y eficacia. También es una excelente herramienta educativa: enseñar a los niños a identificar los materiales del botiquín, a usar tiritas o comprender la importancia del protector solar les hará más autónomos y responsables.
En definitiva, no hace falta ser experto en emergencias para prevenir riesgos. Bastan algunos conocimientos básicos y un botiquín bien preparado para transformar una situación incómoda en un simple incidente sin importancia.
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