País Vasco
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El pequeño pueblo más bonito del País Vasco a media hora de Bilbao: paraíso de surferos y rodeado de naturaleza

Algo tienen los pueblos del País Vasco que atraen siempre el interés de aquellos que buscan paz, armonía y como no, naturaleza, pero ¿y si te decimos que existe un pueblo del País Vasco en concreto que resulta el ideal para los amantes del surf? Se trata de Sopelana ( o Sopela en euskera) y es sin lugar a dudas, el destino ideal tanto en verano como en otoño (y de hecho en cualquier estación) para encontrar belleza, bonitos paisajes y como no, playas con las mejores olas para surfear.

Este pueblo de 13.000 habitantes se encuentra a tan sólo media hora de Bilbao, lo que lo convierte en una escapada perfecta ahora en otoño, cuando muchos todavía buscan las mejores olas, y como no, en primavera y verano. En él puedes encontrar acantilados, una costa salvaje y una ambiente relajado que provoca que muchos además de visitarlo, lo elijan como refugio de fin de semana o incluso para quedarse a vivir. Y es que aquí la vida transcurre a otro ritmo, entre el sonido de las olas, los paseos al atardecer y la buena comida que nunca falta en Euskadi. Descubramos más sobre este bonito pueblo del País Vasco, cómo son sus playas, su gastronomía, todo lo que ofrece y cómo llegar.

El mejor pueblo del País Vasco a media hora de Bilbao

Sopelana forma parte de la comarca de Uribe, en Bizkaia, que está delimitada por Getxo, Barrika, Berango y Urduliz. Su ubicación, mirando directamente al mar Cantábrico, ofrece un paisaje costero de acantilados, colinas y playas que parecen sacadas de una postal o de una película. Desde sus senderos se puede recorrer toda la costa hasta Getxo o Barrika, disfrutando de panorámicas que mezclan mar y verde en una armonía perfecta.

Pero Sopelana destaca también por sus playas. En concreto son cuatro, los arenales principales que dan vida a su costa: Barinatxe o La Salvaje, Arrietara, Atxabiribil y Meñakoz. Todas diferentes, todas espectaculares.

Las playas de Sopelana

La Salvaje es probablemente la más conocida. Situada entre Getxo y Sopela, esta playa de 750 metros de largo está protegida por grandes acantilados y rodeada de un entorno natural impresionante. Es un lugar de ambiente joven, que tiene además zonas donde se practica nudismo. Por otro lado, desde esta playa despegan también parapentistas cada día.

Arrietara y Atxabiribil, que se unen formando una extensa franja de arena dorada, son las más frecuentadas por surfistas. En ellas se imparten clases, se alquilan tablas y se vive el surf en todas sus formas. En verano recibe muchas visitas, sobre todo de surfistas pero también de grupos de jóvenes y de amigos, que pasan el día y disfrutan también de partidos de voleibol.

Por último, Meñakoz es la más salvaje y tranquila. Menos accesible y más pedregosa, es el secreto mejor guardado de los surfistas expertos. Sus olas, potentes y grandes, no son aptas para cualquiera, pero sus vistas merecen cada paso del camino.

Historia, cultura y gastronomía de Sopelana

Más allá de la playa, Sopela guarda un pasado interesante. Uno de sus rincones más curiosos es el Cinturón de Hierro, una línea defensiva construida durante la Guerra Civil para proteger Bilbao. Hoy se conservan restos en zonas como Urkomendi o Arene, testigos silenciosos de aquella época.

El centro del pueblo conserva también su encanto. La iglesia de San Pedro, del siglo XVI, marca el corazón de este pueblo del País Vasco, junto a pequeñas ermitas como Santa Marina o San Andrés. Y, como en todo rincón vasco, la gastronomía es parte del viaje. En la zona costera destacan El Peñón y La Triangu, ideales para comer algo frente al mar. En el pueblo, Laiak Taberna, la Cervecera Sopela o la pizzería Totó son opciones muy populares entre los locales. Si apetece una comida más especial, el restaurante Regi, en Urduliz, es una apuesta segura. Y a pocos kilómetros, en Bakio, se puede visitar el Txakolingunea, el museo del txakoli.

Cómo llegar y dónde alojarse

Llegar a Sopela es fácil y rápido. Desde Bilbao basta con coger el Metro Bilbao, línea 1, hasta las paradas de Larrabasterra o Sopela. En coche, las carreteras BI-637 y BI-634 conectan directamente con la localidad. Durante el verano, el Sopelbus facilita el trayecto desde el centro del pueblo hasta las playas principales, una opción práctica y barata para olvidarse del aparcamiento.

Para quedarse unos días, tienes por ejemplo el Hotel Modus Vivendi, la Casa rural Telleri, el Hotel Goizalde o el camping de Sopela, muy popular entre quienes viajan en autocaravana. El ayuntamiento incluso ha habilitado un área especial cerca del polideportivo de Urko, con servicios básicos y buena ubicación.

Por último si hay algo que define a este pueblo del País Vasco son sus atardeceres. Cada tarde, vecinos y visitantes se acercan al aparcamiento de La Salvaje o a los miradores de los acantilados para ver cómo el sol se esconde tras el mar. El cielo se tiñe de naranja y el sonido de las olas pone el broche final al día. Es un momento sencillo, pero tiene algo que deja huella y que convierte a Sopelana en uno de los mejores destinos desde Bilbao.