Yolanda Enfurruñada Díaz
Se enfadó muchísimo Yolanda Díaz el día que Pablo Iglesias anunció en un vídeo que la había elegido para ser su sucesora como vicepresidenta del Gobierno de Pedro Sánchez y candidata de Podemos a presidenta. Así se lo confesó a Évole el domingo. Como uno de los ejemplos del comportamiento machista del que hasta entonces era el líder de Podemos. «Me enfadé muchísimo, se lo dije a él, lo escribe él en su libro. En fin, es que es una falta de respeto». «Él me designó a dedo». «No sólo le llamé cabrón, hice algo mucho peor que no voy a contar». «Me enfadé mucho, mucho, mucho». «Yo tuve una disyuntiva brutal. Recordarás. Tardé un montón de horas en poner un tuit. Y tuve una disyuntiva que era irme del Gobierno o… en fin… hacer lo que hice. Ya está, lo pensé mucho y di un paso adelante. Pero él sabe muy bien que lo pase muy mal». «A mí no se me respetó».
El vídeo que Pablo Iglesias grabó anunciando que se iba a presentar contra Isabel Díaz Ayuso como candidato de Podemos a la Comunidad de Madrid, renunciando a sus cargos en el Gobierno y designando a dedo a Yolanda Díaz como su sucesora, lo subió a Twitter a las 12:26. Yolanda Díaz tiene un tuit ese mismo día seis horas más tarde, exactamente a las 18:54. En su mensaje, ella asume una vicepresidencia que dice acepta como «un honor» y lo ilustra con una fotografía en la que, todavía morena, dirige una mirada arrobada, entre el éxtasis y la más profunda admiración, a un Pablo Iglesias con corbata. Seis horas fueron suficientes para pasar del «yo me enfadé mucho, mucho, mucho» a esta sincera muestra de cariño, agradecimiento y adoración.
La cartera de vicepresidenta del Gobierno se la pasaron de manos 15 días después en un acto público en el que la emoción le entrecortaba la voz. Franqueada por Pablo Iglesias la nueva líder de Podemos en el Gobierno, tuvo palabras de agradecimiento para ese que la designó a dedo. «Hay alguien a quien quiero expresar mi gratitud, a mi querido Pablo Iglesias», de quien también dijo que está «muy por encima de recelos y manipulaciones», posando tan sonriente y llena de satisfacción, que cuesta mucho adivinar lo mal que lo estaba pasando y enfadada que estaba, en el fondo. Y es que, por muy, muy, muy enfadada que esté, Yolanda Díaz no puede olvidar que hasta ahora no ha conseguido nada por ella misma y todo lo que tiene se lo debe a un Pablo Iglesias por el que hasta traicionó a sus viejos amigos de Izquierda Unida, abandonando la militancia en el partido con el que hasta entonces había medrado.
La Fashionaria del Piolet es una trepa de libro que ha aprendido sobreponerse a lo mucho que le enfada que la ayuden a ascender, con la mejor de sus sonrisas. Debió enfadarse mucho con el ultranacionalista gallego Xosé Manuel Beiras, que la promovió de concejala de pueblo a diputada en el Parlamento de Galicia. Tanto como tuvo que irritarse con Cayo Lara, el coordinador federal de Izquierda Unida, al que traicionó después de que, siendo coruñesa, la hiciera diputada por Pontevedra en abril de 2019. Lo mismo que tuvo que disgustarse con el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, mientras lo abrazaba melosa cuando se lo estaba camelando para que le permitiera colgarse la medalla de la reforma laboral. Mujer sufrida donde las haya Yolanda Enfurruñada Díaz, ha tenido que aprender a poner su mejor sonrisa cuanto más le enfada que la ayuden a trepar.
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