Marlaska, explicaciones o dimisión
El pasado sábado, lo que debería haber sido una fiesta con motivo de la celebración del Día del Orgullo – un homenaje especialmente dirigido a los mayores-, se convirtió en un espectáculo bochornoso en el que, entre intimidaciones y agresiones a los miembros de Ciudadanos, los de siempre, con ese sentido patrimonial y antidemocrático de la calle, volvieron a sembrar odio y confrontación.
Un día en el que pasaron cosas, a mi juicio, muy graves. Y siguen pasando. El ministro Marlaska, en una actitud irresponsable e impropia del cargo que ocupa, realizó unas declaraciones que, a la vista del desarrollo de los acontecimientos, deberían haberle conducido a su cese. Afeando a Ciudadanos su cercanía con Vox, el ministro del Interior advirtió que “si alguien no entiende que eso debe tener alguna consecuencia en un sentido o en otro podría calificarse de irresponsable”. Y tuvo consecuencias, como era de prever, en una calle de ánimos caldeados.
Pero lo más grave estaba por llegar. Algunos medios publicaban, días después, un informe de la Jefatura Superior de Policía de Madrid que trata de desmontar la versión del partido naranja (y la que tenemos todos los que vimos los sucesos en directo a través de La Sexta) emitida en directo todos por televisión), argumentando que allí no había pasado prácticamente nada.
Un informe con el sello de un Ministerio sin apellido, con el sello de la Jefatura Superior de Policía de Madrid con errata, sin firma, sin identificación de la unidad que lo realiza, fechado dos días después de los acontecimientos y con una carga valorativa muy excepcional y muy sospechosa en este tipo de escritos. Cualquier amante de las conspiraciones podría llegar a la conclusión de que estamos ante un informe encargado ad hoc para dañar la reputación de Ciudadanos y salvar al ministro Marlaska, pero eso supondría la instrumentalización de una Policía Nacional capaz de plasmar falsedades en un informe oficial. Y digo falsear porque han sido los sindicatos policiales los que, ante estas informaciones, han rectificado el relato de los acontecimientos recogido en el escrito policial, constatando que sí hubo agresiones y una situación de gran peligrosidad.
Como mi obligación es contrastar las informaciones, me he puesto en contacto con el Ministerio del Interior para saber si reconocen el informe como propio o, en el caso contrario, cuándo van a poner en conocimiento de la Justicia -como corresponde a cualquiera que tenga conocimiento de la comisión de un delito- la falsificación y difusión de un informe falso con el sello del Ministerio. “Ese informe no es del Ministerio (es de la Policía) y no vamos a hacer declaraciones de momento”, ha sido su respuesta.
Fuentes extraoficiales, aseguran que es un informe preliminar, en respuesta a las declaraciones realizadas por la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, sobre las deficiencias del operativo prevista para ese día y que será completado en otro informe posterior. Estamos ante un gran escándalo que precisa de aclaraciones inmediatas. Pero ustedes no se inquieten, cuando se trata de la izquierda, ni se habla de alcantarillas ni se piden dimisiones.
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