Los Iglesias, del victimismo a las barricadas
Sánchez se cortó las venas, en sentido figurado, para que Iglesias no tuviera que dar la cara en el Congreso. Prefirió suicidarse antes que admitir que el partido socio de coalición está requerido por la justicia. El presidente fake se equivocó nombrando vicepresidente a un tipejo de risa que farda de transparencia, cuando todo en él es confuso. ¿Qué podría esperar el lacio de un zarrapastroso que hoy va de víctima y mañana de matón? ¿No encontró nada mejor en El Rastro, zoco de prendas en desuso, para disfrazar a dicho gañán de vicepresidente? ¿Qué amordaza a Sánchez, qué sombría razón le impide cesar, de modo inmediato, a este alborotador de Valllecas, transformado en nuevo rico de Galapagar? ¿Acaso el poder le vuelve a uno estúpido? Parece ser que sí.
Sánchez eligió suicidarse políticamente ubicando a los Iglesias en el Gobierno. Los muy pocos socialistas cuerdos que quedan en Ferraz le aconsejan que los sacrifique. González, Guerra, Leguina y otros sabios barones son de la misma opinión. Y la mayoría de sus atónitos ministros están hartos de que un chisgarabís, infectado de rabia, insulte a la Monarquía, lanzando a sus trolls a proclamar una III República bolivariana que entorpezca las negociaciones con la UE, la única capaz de rescatar a España de la ruina a la que condena el virus. La pasividad de nuestros gobernantes, yéndose de vacaciones, multiplicó el riesgo de los contagios. Aun así, sobrevivimos, con el agua al cuello. Si Sánchez no reacciona, los Iglesias nos meterán en su manicomio. La gente merece otra alternativa para ser feliz.
Vaya una muestra de los aforismos de Nietsche, que tanto veneran los revolucionarios de pacotilla, como los Iglesias. “Uno raramente se equivoca, si explica la razón extrema a la que lleva su vanidad”. Tal par de oportunistas aún no ha aclarado las razones de su súbito enriquecimiento. ¿Cómo un agitador de causas perdidas y una cajera del súper se han convertido, en tiempo récord, en millonarios? Dejo la solución para quienes lo entiendan. “No hay peor mentiroso -según Nietsche- que el hombre que aparenta estar indignado”. De donde deducimos que Iglesias y su pareja van de farol. Apenas pretenden recaudar millones de euros, pues la revolución que proponen les importa un bledo. Ellos quieren ver el dinero, contante y sonante, para seguir viviendo como nuevos ricos horteras. Lograr pertenecer a la casta les tiene obnubilados.
La genial Rosa Villacastín retrató en Diez Minutos a la pareja de la hiena, que cree ser la reencarnación de la Preysler. Con políticos de medio pelo, como los citados, Sánchez saldrá de La Moncloa. Si quiere seguir gobernando, tendrá que prescindir de estos fatuos y muy falsos comunistas.
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