Opinión

Los cuentos y cuentas de Nadia Calviño

Pese a que el Gobierno va dejando caer a quien quiera escucharle que lo de Nadia Calviño y su presidencia en el Banco Europeo de Inversiones está poco menos que hecho y que Pedro Sánchez ya anda buscando sustituta para encargarle el timón de los asuntos económicos de su futuro Ejecutivo, lo cierto es que las cosas no pintan tan de color rosa, hasta el punto de que los observadores más cualificados consultados por OKDIARIO coinciden en señalar que el cargo al que aspira está a punto de descarrilar. Y es que Calviño tenía como asunto clave a resolver el de la reinstauración de las reglas fiscales en la UE, un tema que permanece encallado sin que la presidencia española haya servido para darle un empujón. Todo lo contrario.

Las discusiones se van retrasando y la posibilidad de fraguar un consenso básico está cada día más difícil. Tanto que el expediente más importante que tenía entre manos la presidencia rotatoria de la UE es muy improbable que sea aprobado antes de final de año, como era la intención del Gobierno español. Estamos ante un asunto crucial para el futuro europeo, ya que supone volver a la exigencia de que los países reduzcan el déficit público hasta el 3% del PIB e impulsen planes de consolidación fiscal a fin de ir recortando la deuda del Estado hasta el entorno del 60%.

En el Ministerio de Asuntos Económicos ya asumen que el asunto podría cerrarse antes de las elecciones europeas de junio, «aunque según se aproxima esta fecha, la tarea va a ser complicada». Esto, entre otras razones, no juega a favor de Calviño en su intento de hacerse con la presidencia del BEI, cargo para el que le ha salido una rival de armas tomar: la liberal danesa Margrethe Vestager, que es la actual vicepresidenta de la Comisión Europea y que se ha labrado un notable prestigio en los círculos de Bruselas. La próxima semana se celebra un nuevo consejo europeo de ministros  de economía y las expectativas de que se produzcan avances en los dos asuntos pendientes, el expediente crucial de las nuevas reglas fiscales y la elección de la presidencia del BEI, son escasas. Y es que entre la propaganda  del Gobierno y la realidad hay un trecho muy largo.