Opinión

Comienzan los pagos de Sánchez a Bildu

Las cesiones por parte del Gobierno socialista al mundo filo-etarra han comenzado; mejor dicho, continúan en aumento. Prueba evidente de ello es el desparpajo con el que dos terroristas fueron recibidos tras su excarcelación el pasado fin de semana por una multitud cómplice. Esta celebración de su actividad totalitaria y criminal repugna a cualquier demócrata y a toda persona con un mínimo de humanidad, y ha supuesto una clarísima exaltación del terror, así como una honda humillación a sus víctimas. Duele comprobar que en algunas partes del territorio español se puede conculcar la ley en asuntos tan serios con semejante impunidad; a plena luz del día y anunciándolo por Twitter. Sólo cuando las escandalosas imágenes ocupaban ya todos los televisores, la fiscalía anunció que finalmente tomaría cartas en el asunto. Pero Sánchez lleva en el poder más de un año y en este tiempo no se han abierto diligencias sobre un total de 179 actos muy parecidos a los que acabamos de ver. Quizás por ello, los filoterroristas se han venido arriba en sus homenajes y las alarmas del Estado de Derecho han terminado por saltar.

Lamentablemente, los amigos de los terroristas –no los demócratas– tienen más motivos para la celebración. María Chivite (PSN-PSOE) está a punto de ser presidente de Navarra gracias a la abstención de Bildu, quienes con desparpajo reconocen, a través de Bakartxo Ruiz, su portavoz en el parlamento navarro, que “esta abstención será la llave para condicionar las políticas del Gobierno”. Así de claro lo tienen.

De este modo, las deudas de Sánchez con los bilduetarras, que comenzaron el día que sacó la moción de censura adelante gracias a su apoyo, no paran de crecer. El negocio les sale a cuentas a los abertzales. Sánchez auxilia tanto sus políticas a nivel simbólico, evitando que los alcaldes navarros sean multados por poner ikurriñas y quitar banderas de España, como en el plano estrictamente jurídico y político, propiciando la Anschluss de Navarra, la creación en la comunidad foral de una mancomunidad de municipios que favorece descaradamente los intereses de Bildu o la configuración de un sistema judicial de facto independiente para el País Vasco.

Hay imágenes y gestos que condensan más cantidad de significado que mil palabras. Que la bandera de España haya desaparecido de la sede de los socialistas en Navarra es la síntesis perfecta de lo vivido en los últimos tiempos, y de lo que queda por venir.