Opinión

Brutus y Mata Hari entran en barrena

Que dos infradotados con aires de grandeza caigan en la tentación del delirio, debería preocuparnos, sobre todo, porque la pareja a la que se alude está formada por Brutus Sánchez y Mata Hari Gómez, dúo de traidores tristemente célebres. Tales ególatras que se relamen el penacho por el mero hecho de okupar La Moncloa, cuentan los días que les quedan para seguir siendo los horteras más zafios que albergó la Presidencia, otra espectacular mención a añadir a la tesis cum fraude de Brutus. Este pájaro va de ave esplendorosa y es filfa pura. Nació para mentir y mentirá hasta que las urnas, a las que se resiste como ganso panza arriba, le nieguen el alpiste. Su Mata Hari le imita, alardea y pretende competir en elegancia, nada menos, con la reina Letizia, siendo la Gómez, una impostora de mercadillo.

La contundente victoria en Andalucía de la alianza Ciudadanos, PP y VOX, ha roto en pedazos las veleidades futuras de Brutus y Mata Hari. Ya no hallan estúpidos sueños en los que depositar sus carencias. Como mucho les quedan tres fotos y una en relieve. Por eso Sánchez acaba de largarse a Mali, a bordo de un Falcon, para no dar la cara. Por eso Gómez anula el afán de encontrar un peluquero que la peine para que no parezca una loca. El biorritmo de dichos monclovitas, no pasa la ITV sin enchufe. Brutus y Mata Hari entran en barrena. Hablan los datos: Europa, S. XXI, ningún matrimonio de presidentes del Gobierno hizo el ridículo. Pero este par de tramposos, arruina la estadística, pues Brutus Sánchez y Mata Hari Gómez, pasan de la soberbia al desfase y allí donde van, no dan el pego.

Rajoy alzó su copa y entre vapores etílicos, le brindó el gobierno de la Nación a un bello cisne dispuesto a nadar junto a todo tipo de miserables que le dejaran cumplir sus fantasías de pequeño burgués. El ganso amarró la oferta, voló en el Falcon y se erigió en el primer presidente español sin luces. Satisfizo sus ambiciones de volar alto a costa de hundir al PSOE durante años. Que se lo pregunten a Susana, que vio arder su cortijo. Los barones históricos también reconocen que el guapo trae buena suerte a raudales. Aunque sólo lo digan hoy, 28 de diciembre, Día de Inocentes e inocentadas.

Lo impensable, el magnetismo fake de un cisne chungo, dura poco. Brutus creyó que domar a otro traidor de la talla de Torra sería coser y cantar. Meter en razón a un socio que odia a España e insiste en teorías demenciales, obedeciendo mandatos que le dicta su lunático amo Puigdemont desde Bruselas, habiendo perdido de vista sus objetivos, como hacen los lazis, presagia el fin del botarate. Dios lo quiera, pues no hay mejor guiso en cazuela que aquel que reúne a todos los esquizofrénicos necesitados de hervor.

A los millones de personas que respetan al Rey y a la Constitución les auguro buenas nuevas en 2019 y excelentes tiempos para España. Bastarían sus millones de votos para sacar al títere de La Moncloa, aprovechando que Brutus, su álter ego desleal, no tiene otra salida que convocar elecciones. Los votos de los demócratas minarían las columnas separatistas que sostienen el palacio donde se atrincheran Polichinela y su bailarina de cómic. Dinamitar la sede con votos, no es sólo una imagen poética, sería la justa manera de mandar a la mierda a esos chacales que ultrajan a un país que les dejó medrar en él. Como España es mucha España, quien la vende a terroristas, ya sabe lo que le espera. O como diría el Premio Nobel español Camilo José Cela: “Que les apliquen órdenes y reglamentos”. ¡Feliz año!