Opinión
AZUL Y ROSA | MI SEMANA EN OKDIARIO

¡Aquel primer viaje de Estado de Felipe con 15 años!

  • Jaime Peñafiel
  • Periodista político y del corazón. Experto en noticias sobre la aristocracia y la familia real. Ex redactor jefe de la revista ¡Hola! y fundador del diario El Independendiente y La Revista. Escribo sobre la Casa Real.

El viaje oficial de la princesa Leonor con 18 años a Portugal, el pasado 12 de julio, me ha recordado el primer viaje de Estado y en solitario de Felipe, con 15, y entonces príncipe de Asturias, el 31 de mayo de 1983, con motivo de la celebración de los 450 años de la ciudad de Cartagena de Indias, en la lejana Colombia, viaje al que yo le acompañé.

Ese día y con aquel motivo, el príncipe Felipe estrenaba su primer traje de chaqueta cruzada de color azul marino. Vestido de tal manera y llevando, por primera vez, en el ojal de la solapa, el Toisón de Oro que le había concedido su padre como heredero. También fue la primera vez que pasaba revista a una compañía del Arma de Aviación, que le rendía honores militares de Jefe de Estado en el aeropuerto de Madrid-Barajas, donde había llegado en compañía de su madre, la Reina Sofía.

Estaba nerviosa, como toda madre que se dispone a despedir al hijo que emprende en solitario su primer viaje. Felipe, como un hijo que se sentía hombrecito, no disimulaba la contrariedad y el embarazo que le producían las zalamerías que la Reina, sin poderse dominar, le prodigaba delante de todo el mundo: ya le abrazaba, ya le acariciaba la cara, ya le miraba embelesada mientras comentaba en voz alta «Me gustaría marcharme con él». Porque Felipe no sólo era un niño todavía, sino un niño enmadrado que vivía, como muchos hijos varones únicos, bajo la falda protectora de mamá.

Como se trataba del heredero y del presidente, Felipe niño viajó en un Mystère que estrenaba, mientras que el otro Felipe lo hizo en un DC-9, ambos aviones de las Fuerzas Aéreas Españolas. ¡Qué diferencia con el viaje oficial de Leonor a la lejana Portugal! Mientras que a Felipe solo le acompañó a la lejanísima Colombia el Jefe de la Casa y el Secretario General, a Leonor, en un avión exclusivamente para ella, lógicamente, y sólo para unas horas, le acompañaba un numeroso séquito en el que no faltaban el Jefe de la Casa del Rey, el ministro de Asuntos Exteriores y colaboradores del ministerio, el director de Seguridad, el jefe de Protocolo y el de Comunicación, secretario, fotógrafo de la Casa, médico, enfermera y hasta estilista y peluquera. ¡Toma ya!

 España entre los dos Felipes

Ese día, en el seno de la Familia Real, era una jornada histórica. El Príncipe tenía que desenvolverse en su primer acto internacional, como heredero de la Corona española, representando a su padre, el Rey, en la celebración del 450 aniversario de la bellísima ciudad colombiana de Cartagena de Indias y en la que también estaría presente el presidente del Gobierno, Felipe González. Muchos pensaron que Felipe príncipe y Felipe presidente eran dos hermanos: el mayor, de 40 años; el menor, de 15. Un periódico colombiano tituló simpáticamente: «España, entre los dos Felipes».

Para este diario, El Tiempo, que era de Bogotá, Felipe, el príncipe, representaba a la más tradicional institución monárquica europea. Y el otro Felipe, el presidente de la democracia mezclada con el socialismo. El diario colombiano resaltaba que había sido posible reunirlos por primera vez fuera de su patria, precisamente en Cartagena de Indias, «la ciudad donde España se fusionó de la manera más hermosa y guerrera, con las Indias Occidentales, hacía 450 años».

Impresionó su personalidad

Durante éste su primer viaje oficial, el príncipe Felipe no se descompuso ni un solo momento, manteniéndose siempre con gesto serio, el rostro excesivamente hermético, casi severo, sin pronunciar una sola palabra, sin dejar entrever un gesto de adolescente. En ningún momento llegó a sonreír. Impresionó a los cartegeneros por su recia personalidad. Mamá se hubiese sentido muy emocionada y orgullosa si hubiera podido contemplar a su pequeño príncipe flanqueado por el presidente español socialista del país que un día él sería rey, un presidente conservador de un país que un día fue de España, 18 almirantes, 17 cancilleres y un Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez.

A sus quince años supo medirse con la dureza del protocolo y la incomodidad de los actos. Y es que aquel príncipe, aquel heredero, por muy príncipe heredero que fuera, tan sólo tenía… ¡quince años!

 Lejos de la familia y del país

El 5 de septiembre de 1984, toda la Familia Real se dio cita en el aeropuerto madrileño y también el presidente Felipe González. ¿Qué sucedía para tan importante despliegue? Simple y sencillamente, que el heredero de la Corona, el príncipe de Asturias, marchaba a Canadá para realizar sus estudios de COU.

Era la primera vez que abandonaba el hogar para vivir lejos de la familia y lejos de su país, salvo en dos ocasiones que había estado en el extranjero sin sus padres: en 1983, en un campamento de verano en la localidad norteamericana de Mayne con sus hermanas y primos, y el viaje oficial a Cartagena de Indias.

Aquella mañana de septiembre, la tristeza de la separación gravitaba en toda la familia. También en Felipe. Además, por si fuera poco, sufría un esguince en el tobillo que se había producido durante los últimos días de verano cuando jugaba en el palacio de Marivent. Por ello, se le veía cojear.

Chsss…

El trofeo del vencedor de la Eurocopa pesa ocho kilos de plata, dos más del que recibió Casillas en Viena en 2008.

Este viaje es, según la compañera Marina Pina, un entrenamiento «antes de que tenga que hacerlo por causa sobrevenida, por ejemplo sustituir a su padre en alguna honra fúnebre de alguna personalidad». No quiero ni pensar a la que puede referirse.

De los seis hijos del matrimonio, el primero fue adoptado en Camboya; el segundo, una niña, en Vietnam; y el tercero, otra niña, en Etiopía. Los otros tres, entre ellos dos gemelos, biológicos.

Su reciente muerte me ha recordado a su yerno y gran amigo de Felipe que recurría a él para sus encuentros con Isabel Sartorius, Gigi Howard, Eva Sannum y hasta Letizia, que le apodaba el compiyogui.

Son tan inseparables que ha acompañado a su hermana nada menos que a Atenas, en silla de ruedas.

El espectacular triunfo de la selección española de fútbol ha eclipsado su no menos espectacular triunfo en el tenis, desplazándolo de las portadas de todos los medios. ¡Una pena!

Y aunque prometió sumarse al homenaje público a la selección, al final, por motivos de agenda, tuvo que disfrutar de su triunfo casi, casi, en solitario.

La conocida actriz, modelo y colaboradora de la tele confiesa que el famoso seductor también le tiró los tejos a su madre.

«Querido marido: como estás ocupado con otras compañías, anuncio mi divorcio. Me divorcio, me divorcio, me divorcio. Cuídate. Tu ex mujer». ¡Alto y claro!