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Golpe de la DGT al carnet de conducir para mayores de 65: estos son los nuevos cambios

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

La seguridad vial es una de las principales preocupaciones de la Dirección General de Tráfico (DGT), y es que el organismo trabaja constantemente con el objetivo de reducir los accidentes en las carreteras. A lo largo de los años, se han puesto en marcha diversas medidas y reformas para garantizar que los conductores cumplan con los requisitos físicos y psicológicos necesarios para circular manera segura. Uno de los temas más debatidos en los últimos tiempos ha sido la capacidad de los conductores mayores, especialmente los mayores de 65 años, para seguir al volante.

Este debate se ha vuelto aún más relevante a medida que la población envejece, y las nuevas propuestas de la DGT han dejado claro que no se trata de una cuestión de edad, sino de capacidad psicofísica. La modificación más destacada en las nuevas políticas es la reducción del plazo de renovación del carnet de conducir. Los conductores de menos de 65 años deben renovar su permiso de conducir cada 10 años. Sin embargo, aquellos que superan los 65 años deben hacerlo con una frecuencia de cinco años, lo que implica una evaluación más constante de sus capacidades para garantizar que cumplen con los requisitos necesarios para conducir de manera segura. Además, las pruebas psicofísicas se han vuelto más estrictas e incluyen evaluaciones de visión, audición y reflejos.

Carnet de conducir para mayores de 65

A raíz de estas nuevas medidas, la DGT también ha aclarado rumores sobre la posible retirada automática del carnet a los mayores de 65 años, una idea que había generado preocupación. Según la DGT, no existe una edad máxima para conducir en España. La clave no es la edad del conductor, sino su estado psicofísico. Es decir, un conductor de 70 años, por ejemplo, podría seguir conduciendo si sus pruebas psicofísicas son satisfactorias. Sin embargo, en caso de que los exámenes indiquen alguna limitación, se podrían aplicar restricciones adicionales, como la prohibición de conducir por la noche o la limitación en la distancia que puede recorrer el conductor desde su domicilio.

Esta reforma también tiene en cuenta los aspectos económicos. A pesar de que la renovación del carnet de conducir tiene un coste de 24,58 euros, los conductores mayores de 70 años están exentos de este pago. No obstante, este beneficio no incluye los gastos asociados al reconocimiento médico, que ronda los 50 euros y es gestionado de manera independiente a la DGT. Esta medida pretende facilitar la renovación del carnet a las personas mayores, aunque no elimina los costes relacionados con las pruebas médicas necesarias para determinar su aptitud para conducir.

El objetivo de la DGT es el de prevenir accidentes y minimizar riesgos en las carreteras. Aunque la nueva normativa no implique la retirada masiva de carnets, sí es cierto que algunos conductores mayores podrían enfrentarse a restricciones si los resultados de sus pruebas no son favorables. Estas medidas buscan adaptarse a las capacidades de cada conductor para garantizar su seguridad y la de los demás usuarios de la vía.

Enfermedades y fármacos

Por otro lado, la DGT ha implementado nuevas medidas que exigirán un informe médico tanto para la obtención como para la renovación del carné de conducir. Esta iniciativa tiene como objetivo aumentar la seguridad vial, al identificar y prevenir riesgos derivados de ciertas patologías que pueden afectar las capacidades de conducción. La DGT ha identificado 35 enfermedades que, dependiendo de su gravedad, impedirán a las personas afectadas obtener o renovar su licencia.

Estas patologías incluyen desde trastornos neurológicos como el Alzheimer hasta enfermedades cardíacas y respiratorias graves, pasando por condiciones como la epilepsia o la apnea del sueño. La lista tiene en cuenta afecciones que, en su mayoría, tienden a agravarse con la edad.

La implementación de estas medidas responde a la creciente preocupación por los riesgos que ciertos problemas de salud pueden representar al volante. Por ejemplo, enfermedades como la diabetes mellitus insulinodependiente o las arritmias pueden generar episodios de pérdida de consciencia o desorientación, aumentando el riesgo de accidentes. Además, trastornos como la depresión o la demencia pueden afectar la capacidad cognitiva, lo que pone en peligro la capacidad para tomar decisiones rápidas y adecuadas en situaciones de tráfico.

Otra de las preocupaciones de la DGT está relacionada con los medicamentos que ingieren los conductores. Algunos fármacos pueden alterar las capacidades necesarias para una conducción segura, como la somnolencia, mareos o visión borrosa. La DGT ha recordado que los conductores deben ser especialmente cuidadosos con los prospectos de los medicamentos que consumen, sobre todo aquellos que incluyen símbolos que indican que el fármaco puede afectar la capacidad al volante. Medicamentos como los analgésicos, ansiolíticos, antidepresivos, antihistamínicos y anticonvulsivantes pueden tener efectos secundarios que incrementan el riesgo de sufrir un accidente.

La DGT también ha subrayado la importancia de utilizar los medicamentos de manera responsable, evitando combinarlos sin la supervisión de un médico y absteniéndose de consumirlos junto con alcohol.