No queda nadie en Madrid que no conozca este restaurante: «Nunca consigo reservar»
El mejor puesto que se sitúa en el mercado de Vallehermoso
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En Madrid podemos encontrar restaurantes de moda que de repente dejan de estarlo, mientras otros resultan inalcanzables al bolsillo, pero pocos logran ofrecer calidad, ser tendencia, incluso ser virales en redes y además sin necesidad de pagar una fortuna por ello. De hecho, la propuesta que te ofrecemos no es ni siquiera un restaurante de Madrid al uso. En realidad, se trata de un puesto del mercado de Vallehermoso que sorprende a todos, no sólo por su propuesta gastronómica, sino por la experiencia que ofrece. Con apenas veinte asientos, dos turnos y un menú cerrado de ocho platos, ha pasado de ser un secreto bien guardado a convertirse en uno de los lugares más deseados de la capital.
Su popularidad se ha disparado en gran parte gracias a las redes sociales. La cuenta de Instagram @madridfoodmap, lo deja claro en su vídeo: «No queda nadie en Madrid que no conozca este sitio». Y no le falta razón, todo el mundo habla de este puesto que combina lo mejor de la gastronomía peruana con la asiática. Encontrar reserva es complicado, pero una vez la consigues, y pruebas el menú, te sientes como si hubieras triunfado. El encanto está como decimos, en que no es un restaurante de Madrid convencional. Aquí se come en una mesa corrida, compartiendo espacio con desconocidos con los que seguramente, al cabo de un par de platos, ya estarás comentando la experiencia. Todo envuelto en el ambiente vibrante del mercado, con risas, aromas y un menú sin duda irresistible.
El restaurante de Madrid que todos conocen
Por 60 euros, el menú ofrece un recorrido de ocho platos que combina lo mejor de la cocina peruana con matices asiáticos. Uno de los momentos más esperados es el ceviche caliente de mejillones al wok, que desde la mencionada cuenta definen con gracia como «un bocata de calamares» elevado a la categoría gourmet. No es casualidad que este plato se haya convertido en un icono del local: tiene la capacidad de sorprender incluso a los paladares más exigentes.
El responsable de esta propuesta es Rober, que junto a su equipo imprime a cada plato pasión y una precisión técnica que hace que el resultado sea tan redondo que muchos comensales repiten, incluso sabiendo que la reserva es difícil de conseguir.
No es extraño que, tras verlo en redes, muchos quieran comprobarlo por sí mismos. Y, aunque a veces cuesta encontrar reserva, lo cierto es que con ganas y paciencia es posible comer en este local.