Madrid en agosto es una mezcla curiosa: la ciudad se vacía, el asfalto arde, pero los placeres gastronómicos siguen tan vivos como siempre. ¿Lo mejor? Aprovechar esa calma para sentarse en alguno de los grandes templos del marisco y darse un homenaje sin necesidad de veranear en Galicia o pisar la costa. Porque sí: en pleno centro de la meseta también se puede comer marisco como si uno estuviera a orillas del Cantábrico. Aquí va una ruta por los mejores restaurantes de Madrid para disfrutar en agosto del mejor marisco —con aire acondicionado, sin prisas y con la mejor materia prima posible.
- De Tokio a Madrid: las barras de sushi más de moda de la capital
- Estas son las barras más castizas de Madrid
- Los 13 restaurantes de moda en Madrid
O’Pazo: la aristocracia del mar
Entrar en O’Pazo (Reina Mercedes, 20) es como aterrizar en un club exclusivo de amantes del marisco. Fundado en 1969 y con producto que llega a diario desde las lonjas gallegas, aquí el mar sabe a lujo discreto y servicio impecable. Su bogavante es un clásico, pero también lo son los percebes, las navajas y la centolla gallega que sirven como quien ofrece una joya. El chef Isaac Camporro mantiene la tradición con mano de orfebre.
Marisquería Rafa: tradición castiza con alma marina
En pleno barrio de Salamanca (Narváez, 68), el restaurante Rafa lleva más de 50 años sirviendo mariscos y pescados con una fidelidad religiosa al producto. Aquí no hay fuegos artificiales: las gambas rojas de Denia se sirven apenas cocidas, las cigalas llegan enormes y jugosas, el salpicón de marisco refresca con la honestidad de lo sencillo. Si puedes, siéntate en su barra, pide una caña bien tirada y empieza el festín con unas ostras.
El Señor Martín: el mar en clave contemporánea
¿Puede un restaurante de pescados y mariscos tener alma de bistró contemporáneo y seguir siendo fiel al producto? En El Señor Martín (General Castaños, 13) demuestran que sí. Su estética minimalista y su carta corta pero precisa son pura elegancia marina. Aquí se puede empezar con unas almejas a la sartén con fino, seguir con un rodaballo salvaje o unas cigalas a la brasa y terminar con una tarta de queso que roza el delito.
La Paloma: discreción y producto top en el Retiro
En la zona de Ibiza, muy cerca del Retiro, La Paloma (Manuel Fernández y González, 3) es uno de esos secretos bien guardados. Con un servicio de los de antes y una cocina de fondo clásico, aquí las almejas a la marinera, el pulpo a feira o las gambas blancas brillan por su frescura. Aunque no es una marisquería al uso, su carta del mar es digna de los mejores locales gallegos.
El Pescador: el alma del Cantábrico en el barrio de Salamanca
Desde hace más de 40 años, El Pescador ofrece marisco traído directamente de las lonjas del norte. En agosto, cuando el calor aprieta, su terraza cubierta es un oasis de sabor. Aquí triunfan las almejas a la sartén, las gambas de Huelva y las ostras Guillardeau, aunque si quieres darte el homenaje definitivo, pide el bogavante del Cantábrico a la plancha, una experiencia que roza lo místico.
Estimar Madrid: el arte del mar firmado por los Roca
En pleno barrio de Las Letras, Estimar Madrid (Marqués de Cubas, 18) es una joya donde el marisco se convierte en alta cocina. Capitaneado por Rafa Zafra —discípulo de Ferran Adrià y colaborador de los hermanos Roca—, este restaurante es una oda al producto marino tratado con técnica impecable y respeto absoluto. Aquí las ostras se sirven con caviar, las gambas rojas se preparan casi crudas para destacar su dulzura natural, y los erizos llegan acompañados de una seductora espuma de cava.
El Doble: mar en formato tapa y con caña perfecta
Si hay un bar donde el marisco y el vermuteo se dan la mano con alegría castiza, ese es El Doble. Con dos locales imprescindibles (en Ponzano, 58 y José Abascal, 16), este templo del tapeo es famoso por servir una de las mejores cañas de Madrid: fría, con crema y en vaso helado. Pero lo que realmente convierte a El Doble en lugar de peregrinación veraniega es su vitrina de mariscos y conservas, que compite en calidad con muchas marisquerías de alto copete. Nuestra barra favorita de Madrid para degustar el mejor marisco.
Desde 1911: la catedral del producto
El nombre ya es un guiño a la historia, pero el concepto es puro presente. Desde 1911 (Calle Vivero, 3), impulsado por el Grupo Pescaderías Coruñesas, es probablemente el restaurante de producto más potente abierto en los últimos años en Madrid. No es una marisquería clásica, sino algo aún más radical: un templo donde cada pieza de pescado o marisco es tratada como una obra de arte. No hay carta: lo que llega de la lonja esa mañana dicta lo que se sirve ese día.
La Chalana: marisco sin postureo y con raíces asturianas
En pleno Paseo de la Castellana (número 179), La Chalana es el tipo de sitio que parece hecho para quienes aman el marisco de verdad, sin florituras ni pretensiones, pero con materia prima de calidad y raciones generosas. Nacida en Asturias, esta casa sabe lo que se hace: cigalas que crujen de frescura, gambas blancas que se deshacen con sólo mirarlas, y un pulpo a la brasa que no tiene nada que envidiar al de una taberna de Cudillero.
