Fiel y devota

Isabel Pantoja, la gran ausente en Semana Santa

Isabel Pantoja en una imagen de archivo /Gtres
Isabel Pantoja en una imagen de archivo /Gtres

Isabel Pantoja fue la gran ausente del Jueves Santo sevillano. Todo apuntaba a que la tonadillera reaparecería en las calles hispalenses en su primer año en libertad desde que ingresara en prisión en noviembre de 2014, para cumplir condena de 2 años por blanqueo de capitales. Tras obtener la condicional en marzo de 2016, en octubre pasado Pantoja cumplió con la Justicia y desde entonces es una persona libre. Sin embargo, ha preferido permanecer en la finca Cantora, aquella que su propia hija también llamó ‘carcel’, lejos de la devoción que estos días se manifiesta en las calles de Sevilla y de muchas otras ciudades españolas.

Isabel Pantoja durante una Semana Santa sevillana en el 2010 /Gtres

Isabel Pantoja durante una Semana Santa sevillana en el 2010 /Gtres

 La cantante se ha confesado devota de la Esperanza de Triana y el Cristo de las Tres Caídas.  Su marido, Francisco Rivera ‘Paquirri’, sentía auténtica devoción por la Semana Santa.  De hecho, el recordado diestro lucía en su cuello un cordón de oro con la imagen del Cristo de las Tres Caídas. Fervor que transmitió a sus hijos. Francisco Rivera es desde hace varios años costalero de la hermandad de la Esperanza de Triana y tanto Cayetano como Kiko, asiduos a las procesiones.

Este año prometía ser diferente. Isabel, ya en libertad, intenta recuperar y normalizar su vida, sin embargo ha faltado a la cita en la que todo el mundo la esperaba. Su hijo Kiko ya declaró públicamente que deseaba que su madre saliera y comenzara a disfrutar cada día y recuperar el tiempo, una vez cumplida la condena que le cambió la vida a todos en la familia.

Isabel Pantoja y Kiko Rivera durante una Semana Santa Sevilla /Gtres

Isabel Pantoja y Kiko Rivera durante una Semana Santa en Sevilla /Gtres

Muchos han sido los años en los que se les ha visto en un balcón viendo los pasos y emocionarse con la Esperanza de Triana y su Cristo. Isabel que siempre se ha declarado devota, ha señalado esta cita como algo especial. La última tuvo lugar en 2012, cuando alquilaron un balcón en la calle Campana, por el que llegaron a pagar 4.000 euros. Ese mismo año ingresó en prisión. La anterior, en el año 2010, fue distinta a todas porque coincidió con Francisco Rivera, el hijo mayor de su marido y la desparecida Carmen Ordóñez. Pese a no tener una buena relación, se saludaron cordialmente. Ahora no parece que ese encuentro vaya a repetirse nunca más. Las relaciones son casi inexistentes.

Desde hace dos años, no ha vuelto asomarse a la Semana Santa. Este abril se la esperaba pero ella siempre sorprende. Quizá el ataque de gota del que aún se recupera su hijo Kiko y que, probablemente, le haya impedido moverse estos días, y el hecho de que su hija Isabel no haya aparecido por Sevilla tras protagonizar una entrevista exclusiva por su nueva casa en Madrid, haya influido en su ausencia de Triana. En el balcón siempre ha estado acompañada y verse sola en una cita tan importante no es la mejor opción.

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