De diestro y conquistador a padre ejemplar: la evolución de Francisco Rivera en su 46 cumpleaños
Costalero del Cristo de las Tres Caídas de Sevilla, torero de raza y de sangre, empresario, marido de Lourdes Montes, padre de Aitana, Carmen y Francisco, hermano y amigo. Aunque no necesariamente en ese orden, Francisco Rivera Ordóñez es todas esas cosas -y más-. Así se define y le definen. Su sonrisa sigue causando estragos y hoy, que cumple 46 años, no se le borra de la cara.
El diestro está de celebración. Sopla las velas en uno de los momentos más dulces de su vida: el amor y la salud rodean a su familia y también los éxitos profesionales. Francisco Rivera ha comenzado la nueva década con un entorno paradisíaco y de la mejor manera posible: en familia, pidiendo salud y «mucho arte para todos».
Y es que si algo caracteriza al torero es su desparpajo y su alegría. Algo que no cambia pase el tiempo que pase. Pero, más allá de esa sonrisa pícara y ese estilo inigualable, poco queda de aquel conquistador que levantaba pasiones allá donde iba. El diestro heredó la belleza y el temple de sus padres, Carmen Ordóñez y Francisco Rivera ‘Paquirri’.
Camren Ordóñez y Francisco Rivera ‘Paquirri’ en el nacimiento de su primer hijo Francisco Rivera (Foto: Gtres)
Siempre divertido y muy familiar, Francisco Rivera nunca se ha separado de su familia, a quien siempre ha protegido como el hermano mayor de todos.
Francisco Rivera junto a sus hermanos Cayetano Rivera y Julián Contreras (Foto: Gtres)
La personalidad arrolladora de Francisco sigue intacta: casi medio siglo de vida eclipsando con el brillo de sus ojos. Seductor nato y conquistador ‘insaciable’, no hay nadie que se resistiera a un adolescente Francisco que ya desprendía una personalidad arrolladora heredada de sus dos grandes figuras.
Francisco Rivera en una imagen de archivo, en 1990 (Foto: Gtres)
Se crió en los ruedos y siempre tuvo claro que quería seguir los pasos de su padre. Su madre, Carmen Ordóñez, siempre vigiló las andaduras en el mundo del toreo de su primogénito y, aunque le doliese en el alma como madre, siempre apoyó los sueños de Francisco Rivera. Acaparó titulares antes de su alternativa, que tuvo lugar en el que hoy en día es uno de los años más importantes de su vida: 1995.
Francisco Rivera durante su alternativa en 1995 (Foto: Gtres)
Su salto a la fama como torero le convirtió en uno de los hombres más deseados de España en plena adolescencia. Tardó pocos años en pasar por el altar, donde se dio el ‘sí quiero’ con Eugenia Martínez de Irujo. Fruto de este matrimonio, nació su primera hija Cayetana. Su primer amor verdadero.
Francisco Rivera junto a su hija Cayetana (Foto: Gtres)
Años después se divorciaron y Francisco Rivera siguió levantando pasiones mientras se dedicaba a su verdadera pasión: los toros. Los romances pasajeros dejaron paso a la mujer que volvió a llevarlo al altar: Lourdes Montes. La abogada y diseñadora de moda con espectaculares ojos verdes se quedó con el corazón del diestro y juntos tuvieron a sus dos hijos, Carmen y Curro.
Francisco Rivera junto a su mujer Lourdes Montes (Foto: Gtres)
Desde hace años Francisco Rivera se ha convertido en el espejo donde sus hijos se miran. Más allá de los ruedos, el torero ha dado rienda a su creatividad y a su faceta empresarial y, ahora, está inmerso en diferentes retos profesionales. Eso sí, siempre liado al mundo taurino: entre otros frentes, gestiona la conocida Plaza de Toros de Ronda (Málaga).
Apoya a empresas, productos rurales y siempre está dispuesto a arrimar el hombro cuando confía en algo. Pero, la felicidad del torero tiene nombre y es la familia. Hoy cumple casi medio siglo de vida con esa sonrisa que sigue absolutamente intacta.