Ahora sí, el cumpleaños más amargo de la mujer de Antonio David Flores
Las cosas siempre pueden ir a peor y algo así debe estar pensando estos días Olga Moreno, la mujer de Antonio David Flores. No hay motivos para soplar velas, cuando en un principio podría haber sido diferente. Esta sevillana que hoy cumple 44 años (1975) lleva junto a David Flores casi 20 años, los últimos 10 de casados. 20 años de feliz relación, pero de continuas demandas por honor e intimidad y un sin vivir de viajes a los juzgados acompañando a su marido. Desde el 2017 se han enfrentado, hasta justo ahora, a la que había sido la embestida más fuerte de Rocío Carrasco, una demanda por presuntos malos tratos continuados durante 18 años. Tras la fase de instrucción hace unos meses se archivó definitivamente en el Tribunal Supremo y Antonio David pudo comenzar su resurrección volviendo a la tele por la puerta grande como el fichaje estrella de GH VIP.
Olga Moreno y Antonio David en imágenes de archivo / Gtres
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Pero ese renacer le ha durado poco. Tendrá que salir de la casa, si no es expulsado antes, para recoger la citación de apertura de juicio oral por presunto alzamiento de bienes, entregar 80 mil euros en concepto de depósito y preparar una buena defensa ante la acusación del fiscal y de su ex, que le piden 3 y 5 años de cárcel. Un panorama muy poco favorable según los expertos.
Olga se ha mostrado muy tranquila en su última entrevista en la revista Semana. Es más que probable que reciba las felicitaciones tras las cámaras de Telecinco, pues acompaña a Rocío Flores cada martes y jueves a las galas del reality. Viajan juntas desde Málaga. Allí deja con la familia y los amigos que le ayudan a su hija Lola de 6 años, la única hija que tienen en común con Antonio David, y la auténtica alegría de la casa.
Antonio David Flores y Olga Moreno en una imagen de archivo /Gtres
Puede que reciba un regalo a modo de dedicatoria de Antonio David Flores desde la casa, donde el ex Guardia Civil no se ha enterado que tanto ella como su hija han comenzado a manifestar públicamente el deseo de que Rocío Carrasco llamen a sus hijos. Una especie de guerra no invasiva, donde han declarado que han hecho todo lo posible para que la relación entre madre e hijos no llegara a este punto y que no han perdido la esperanza de que en un futuro se arregle. Todo depende ahora de la hija de La más Grande.