El duelo estilístico de Donald y Melania Trump en la cena de los Gobernadores

Melania Trump siempre ha sido halagada por sus looks, pero desde el nuevo mandato de su marido Donald Trump como presidente de los Estados Unidos, cada uno de los estilismos que ha elegido en sus actos oficiales ha dado mucho de qué hablar. Sin ir más lejos, el último con el que ha sido vista en la cena y recepción anual con los gobernadores del país. Ha elegido para la señalada cita un esmoquin y, no uno cualquiera, ni más ni menos, uno muy similar al de su esposo. ¿Estamos frente a un duelo de trajes?

Desde el inicio de año Melania se ha dejado ver poco, solo en momentos muy puntuales y limitando el habitual círculo cromático con el que suele vestir y cambiándolo por el blanco y el negro. La mujer del presidente llevaba ausente cuatro semanas desde el 25 de enero cuando se unió a su marido en el viaje a Carolina del Norte y California por los desastres naturales causados en dichos estados. Quitando esa fecha, la primera dama ha pasado poco tiempo en Washington, siendo el 20 de enero el día más destacable cuando Donald Trump firmó su cargo.

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Al igual que ese día cuando la modelo posó ante la cámara de la fotógrafa belga Regine Mahaux para su retrato oficial como primera dama, en la cena de gobernadores ha mostrado una gran presencia y un aire de autoridad. En esa ocasión eligió también un esmoquin negro de Dolce & Gabbana combinado con una camisa blanca de traje y el correspondiente fajín. Ese, a diferencia del seleccionado para la gala de este 23 de febrero de terciopelo, era de un tejido satinado. Eso sí, con ambos se muestra regia y segura, tanto por las posturas que toma, como por la forma de llevar el tuxedo.

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Duelo de esmóquines

Es más que evidente que Melania Trump es una mujer con estilo y con carácter. Dos cualidades que ha reflejado en su estilismo para la gala y recepción de los gobernadores de la pasada noche. En ella parece que marido y mujer se baten en un duelo estilístico. Ambos ataviados con esmoquin negro. Ambos siguiendo el protocolo, pero con ciertas licencias. Donald Trump con un look completo, tuxedo negro, camisa blanca almidonada, fajín a la cintura y pajarita. Todo ello sumado a los zapatos de vestir negros.

Por su parte, su mujer ha querido ir más allá. Ha defendido un esmoquin de Dolce & Gabbana y, en lugar de elegir un tejido tradicional de este tipo de traje, ha preferido optar por el terciopelo. Este cohesiona a la perfección con el satén que conforman las solapas y los bolsillos de la chaqueta. Además luce una camisa blanca con babero plisado firmada por Ralph Lauren, la cual ha optado por llevar desabrochada, dos botones concretamente, y prescindir de la pajarita tradicional. Un look que ha rematado con unos stilettos negros.

La elección de Donald Trump no ha sorprendido demasiado, pero sí la de Melania. El estilismo masculino contiene sus líneas marcadas y cortes rectos a los que acostumbra, pero en esta ocasión puede ser interpretado de diversas maneras, como un desafío frente a su esposo o una forma de transmitir unión y coordinación, es decir, de mostrar que, tanto en lo personal como en lo profesional: son un equipo. Sea como fuere, un esmoquin siempre es un acierto y Melania no suele fallar en estilo.

El estilo de Melania Trump

La primera dama se ha ido construyendo a lo largo de los años una imagen con la que se muestra al mundo como una mujer con un estilo sofisticado, de elegancia clásica y que emula los códigos de vestimenta de la década de los 50. Su pasión por la moda viene desde hace ya varias décadas y es que la nativa de Eslovenia cambió los desfiles por los paseos por la Casa Blanca. Fue precisamente en las pasarelas donde conoció a su marido, durante una fiesta en la Fashion Week de Nueva York. Tras ese primer encuentro, todo lo demás es historia.

En todas sus apariciones en público transmite su identidad. Lo hace gracias al uso de cortes limpios y estructurados, con los que resalta las formas de su cuerpo. Es común ver cómo combina vestidos, faldas lápiz y trajes de chaqueta con abrigos de diversos materiales y formas, y por supuesto con zapatos de tacón alto y fino. Cada uno de ellos con sus tonos sólidos y neutros, pero sin miedo a usar toda la paleta de colores. Aunque eso ahora ha cambiado. ¿Volveremos a ver su habitual estilo colorido o, por el contrario, estamos frente a una nueva Melania? Lo que está claro es que la mujer del presidente de los Estados Unidos dista mucho de las anteriores primeras damas y que, al igual que ha hecho hasta ahora, seguirá regalando looks que darán mucho más que hablar.