Enrique de Sussex y Catalina de Gales: Historia de un ‘desengaño’
Hasta la llegada de Meghan Markle a la Familia Real, los entonces duques de Cambridge -hoy príncipes de Gales- y el príncipe Enrique formaban un equipo perfecto. Una tríada bien avenida con una sintonía que traspasaba lo puramente institucional y que quedaba perfectamente reflejado en los actos que compartían. Jóvenes, guapos y con una clara vocación de futuro, que conectaban con las nuevas generaciones. Eran lo que la monarquía necesitaba para mejorar su imagen después de unos años complicados, marcados por las polémicas derivadas de la relación entre los príncipes Carlos y Diana y entre los duques de York, Andrés y Sarah Ferguson.
El príncipe Enrique con su cuñada en un acto. / Gtres
En aquellos años, nada hacía presagiar la crisis de reputación que sufriría la institución tiempo después, no solo a raíz del compromiso del príncipe Enrique con Meghan Markle, sino también con el escándalo que puso en la picota al duque de York. Eran momentos de ‘relativa’ tranquilidad, en los que Guillermo y Catalina representaban el contrapunto perfecto a un Enrique ‘gamberro’ que, a pesar de que no encontraba en amor, sí que había dejado atrás su etapa más polémica. Esta calma duró hasta el año 2017.
Pero más allá del cambio de escenario que trajo consigo la boda de Enrique y la llegada de Meghan Markle, lo cierto es que, lo más llamativo de todo es que para Catalina supuso un antes y un después. La princesa de Gales dejó de ser la protagonista de un trío que encarnaba el futuro de la Corona y que, a día de hoy, está más distanciado que nunca. La complicidad entre la esposa del príncipe Guillermo y su cuñado era mucho más que evidente y ha quedado registrada en fotografías y vídeos de los numerosos actos que ambos han compartido.
El príncipe Enrique hablando con la mujer de su hermano. / Gtres
La entrada en escena de Meghan Markle supuso la ruptura de ese equilibrio entre el trío. Dos parejas que, en principio, debían repartirse las responsabilidades fundamentales como herederos directos del que entonces era el futuro rey, aunque finalmente no fue así. La cordialidad del principio dio paso a numerosos titulares que ponían en tela de juicio la relación entre ambas cuñadas y que, a día de hoy, sigue generando polémicas, hasta el punto de que, cada cierto tiempo, salen a la luz episodios desconocidos sobre desencuentros entre la duquesa de Sussex y la nueva princesa de Gales.
Pero más allá del cambio de escenario que trajo consigo la boda de Enrique y la llegada de Meghan Markle, lo cierto es que, lo más llamativo de todo es que para Catalina supuso un antes y un después. La princesa de Gales dejó de ser la protagonista de un trío que encarnaba el futuro de la Corona y que, a día de hoy, está más distanciado que nunca. La complicidad entre la esposa del príncipe Guillermo y su cuñado era mucho más que evidente y ha quedado registrada en fotografías y vídeos de los numerosos actos que ambos han compartido.
La princesa de Gales en un acto con el príncipe Enrique. / Gtres
Miradas, gestos, risas y confidencias que evidencian la buena relación que existía entre Catalina y Enrique y que ahora ha quedado relegada a eso, al recuerdo. La historia de una relación que ha pasado de la complicidad al olvido, marcada por un desengaño que va más allá de lo personal. Es más, a pesar de que en un principio se habló de los duques de Sussex y los entonces duques de Cambridge como los ‘Cuatro Fantásticos’, la muerte de la Reina Isabel y la estocada definitiva de Enrique a su familia a través de sus memorias -que se pondrán a la venta en unas semanas-, han acelerado la transición a una nueva era en la que el futuro solo contempla a la estirpe de los príncipes de Gales.