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Erupción del Etna y el Estrómboli: alerta máxima en Italia por sus dos volcanes más activos

Las erupciones de lava y la expulsión de cenizas ha provocado el cierre temporal del aeropuerto de Catania, en la isla de Sicilia

La erupción del Etna y el Estrómboli, dos de los mayores volcanes de Italia y los más activos del país transalpino, ha encendido la máxima alerta en el territorio. Ambos, situados en el punto en el que chocan las placas tectónicas africana y la eurasiática, están registrando erupciones de lava, además de expulsar cenizas. Por este motivo las autoridades no sólo han elevado el nivel de alarma, sino que también han decidido cerrar temporalmente el aeropuerto de Catania, situado en la isla de Sicilia, el más cercano a los puntos calientes.

A pesar de que los expertos llevaban días monitorizando la actividad volcánica, no fue hasta el jueves, día en el que los bomberos sobrevolaron la zona y comprobaron que se había derramado magma sobre el mar, cuando se estableció el plan de precaución.

Estrómboli es una pequeña isla ubicada en el mar Tirreno en la que viven cerca de 500 personas, al norte de Sicilia. Se le conoce por ser la cima emergida del volcán del mismo nombre -al que popularmente también se le llama el Faro del Mediterráneo-, con tres cráteres activos en la cumbre. Los expertos apuntan que la caldera natural se formó hace 13.000 años y que ha registrado desde entonces 5.000 erupciones. La última violenta se produjo en 1930 y, desde entonces, ha estado en vigilancia permanente. La isla forma parte del archipiélago de las Eolias, Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.

Ahora, el Servicio Nacional de Protección Civil ha elevado a rojo el nivel de alerta del Estrómboli. En los vídeos del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV) se aprecia el humo, las erupciones y las coladas de lava que bajan desde sus cráteres, a 700 metros de altura, hasta el mar.

En cuanto al Etna, se trata de otro volcán activo situado en la costa este de Sicilia, concretamente en la ciudad de Catania. Es uno de los volcanes más activos del mundo -es raro el año que no altere la vida de los vecinos, aunque no representa un peligro habitualmente-, el de mayor altura de toda la placa Euroasiática y, también, la montaña más alta de Italia al sur de los Alpes. El pasado mes de abril su cráter iluminó el cielo siciliano durante días, con el resplandor de la ardiente lava del cráter, aunque no había riesgo de explosión inminente. Anteriormente, en febrero de 2021, se registró una fuerte actividad explosiva desde el cráter sureste, que originó una gran nube de ceniza de lava.

«Mayor desequilibrio»

El alcalde de Lipari, en el mismo archipiélago que el volcán Estrómboli, ha explicado que éste está sujeto «a una situación de mayor desequilibrio», por lo que ha pedido a la población que siga las instrucciones de las autoridades locales y que se mantenga informada.

Asimismo, desde los cráteres del Etna también se pueden ver las impactantes erupciones del Estrómboli. Por su parte, las nubes de cenizas en esta caldera de Sicilia han alcanzado los cinco metros de altura, con fuentes de lava incandescentes y los temblores derivados de este aumento de actividad. De hecho, Catania ha sido testigo de la lluvia de ceniza que ha teñido sus calles y ha difuminado y el paisaje al dificultar la visibilidad.

La actividad volcánica en el sur de Italia evoluciona rápidamente. Los servicios de limpieza trabajan a destajo para que la actividad aérea recupere la normalidad, cuando se hayan retirado todas las cenizas. Igualmente, están listos los protocolos de evacuación por si surgiera la necesidad de activarlos, y se ha reforzado el número de efectivos.

Más allá de estos dos que se encuentran en la misma zona de actividad geológica, los volcanes, en general, son parte del carácter de Italia, que cuenta con cerca de 70. Eso sí, la mayoría de ellos son submarinos. El más reconocido junto al Etna es el Vesubio, que sigue activo, por dejar Pompeya sepultada en el año 79 d.C.