Sánchez durmió en un hotel de gran lujo en Dubái mientras los azafatos se hacinaban en un arrabal

• Joan Guirado @joanguirado
• DUBÁI
• Enviado Especial
• Corresponsal de Gobierno y Casa Real. Siguiendo la actividad del presidente y líder del PSOE, Pedro Sánchez, y del Rey de España. También política catalana.
• • 03/02/2022 06:48
  • Actualizado: 03/02/2022 09:21

El presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez, viajó a Dubái donde presidió los actos del Día de España en la Expo 2020, que se celebra desde el pasado mes de octubre en la ciudad turística por referencia de los Emiratos Árabes Unidos. Y para su estancia eligió ni más ni menos que el hotel Dukes The Palm, uno de los más lujosos de la zona, en la isla artificial de Palm Jumeirah, donde se alojó una noche junto a su esposa, Begoña Gómez. Nada que ver con el arrabal con cucarachas en el que malviven hacinados los azafatos del pabellón español, a las afueras de la ciudad, como ha revelado OKDIARIO en exclusiva.

El exclusivo Dukes The Palm se encuentra a unos 30 kilómetros del recinto de la Expo, lugar en el que se desarrolló toda la agenda del presidente a lo largo de la mañana del miércoles, antes de viajar hasta Abu Dabi y regresar a España. En concreto, el presidente tardó unos 25 minutos en coche desde el Dukes The Palm Hotel hasta el recinto ferial. A primera hora también tuvo un acto con empresarios organizado por el ICEX.

El complejo hotelero, gestionado por la cadena hotelera española Barcelótras su acuerdo con la compañía Seven Tides International, está situado en la exclusiva zona de Palm Jumeirah, una de las islas artificiales del emirato, donde cuenta con unas vistas panorámicas espectaculares a los rascacielos de la Marina de Dubái y el Golfo Pérsico, además de una playa privada de ensueño. Con 279 habitaciones y suites y 287 apartamentos de hotel, todas las estancias disponen de estas vistas únicas y deslumbrantes.

El precio de una noche en este establecimiento de cinco estrellas ronda los 250 euros con desayuno incluido. Sin embargo la habitación en la que se alojó el presidente español y su esposa, una de las mejores suites, asciende a más de 300 euros sin contar los impuestos. Además de Sánchez, en el mismo hotel se hospedó todo el séquito que le acompañó en este viaje oficial. Fue el caso del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, o la titular de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, además de secretarios y directores generales, asesores y escoltas.

Alrededor de las ocho y cuarto de la mañana del miércoles una docena de vehículos oficiales, la mayoría coches de alta gama y furgonetas, trasladaron a toda la delegación española desde el hotel Dukes The Palm hasta el recinto de la Expo, donde Sánchez visitó el pabellón progre de España. Un minibús con los periodistas, hospedados en el cercano Fairmont The Palm, había partido minutos antes para captar la llegada del presidente al foro empresarial España-Emiratos Árabes Unidos organizado por ICEX en el marco de la exposición universal.

La mejor cocina

El hotel Dukes The Palm ofrece una «combinación exclusiva de lujo cosmopolita conjugado con el encanto y la tradición británicos». Además, dispone de la galardonada cocina del Great British Restaurant, el West 14th Steakhouse de inspiración neoyorquina y la mejor gastronomía india de Khyber. Antes que Sánchez -como publicó OKDIARIO-, el Gobierno alojó en este mismo hotel de gran lujo a la arquitecta que se encargó de la supervisión del montaje del pabellón de España, Eva Castiñeira Fernández. Esta asesora se hospeda ahora en los apartamentos que tiene contratados Acción Cultural Española en Expo Village, según las fuentes consultadas.

Y, mientras, los azafatos que trabajan en las instalaciones españolas de la Expo tienen que pagar 575 euros mensuales por un apartamento de cuarta categoría a las afueras de la ciudad emirato. La mayoría con sueldos de 1.500 euros al mes, por lo que apenas sacan limpios 925 tras pagar el alquiler a la misma subcontrata emiratí del Gobierno español que los tiene empleados. En cambio, los azafatos de otros países viven con las máximas prestaciones en la flamante Villa de la Expo y sus Estados les cubren las estancias.