Otro imputado en la Púnica confiesa el pago en b de un acto del PP madrileño en 2007
El propietario de Waiter Music, José Luis Huerta, confesó el pasado miércoles ante el juez del caso Púnica el pago en negro y a través de facturas falsas por importe de 50.000 euros de un acto electoral del PP madrileño en 2007, año en el que fue candidata la ex presidenta regional Esperanza Aguirre.
Huerta es otro de los imputados en este caso de corrupción que ha decidido confesar a petición propia el cobro irregular de facturas al PP madrileño y el pago de sobornos a ex dirigentes del partido, como ya han venido haciendo en los últimos meses otros ex directivos de Cofely -empresa de eficiencia energética investigada en la trama-.
Esta vez, el propietario de la empresa de organización de eventos directamente relacionada con la red se centró, a preguntas de la Fiscalía, en el acto final de campaña celebrado en el Palacio de los Deportes de Madrid el 25 de mayo de 2017 para las elecciones municipales y autonómicas, han informado a Efe fuentes jurídicas.
Según la versión del imputado, que negó en otras comparecencias haber hinchado contratos en ayuntamientos madrileños, Edelmiro Galván (entonces asesor de prensa del exconsejero madrileño Francisco Granados) le solicitó que buscase artistas que actuasen en el acto y él consiguió a Iguana Tango y al dúo Azúcar Moreno.
Sin embargo, no fue hasta 3 años después -según Huerta- cuando el PP madrileño a través de su entonces gerente Beltrán Gutiérrez que había costado la organización del acto. Gutiérrez -dijo- le pidió que hiciese dos facturas para enmascarar el pago y le citó para pagarle con un talón de 30.000 euros y el resto se lo dio en efectivo dentro de un sobre.
La Fiscalía le preguntó por un correo entre su mujer y el exgerente del partido Guillermo Mayoral -cesado el año pasado por sus vínculos con la Púnica- en el que se fijaba en 20.000 euros el presupuesto del acto, si bien Huerta explicó que finalmente el coste fue el triple del reflejado en las comunicaciones.
Huerta también explicó sus trabajos para la trama en el municipio de Valdemoro, regido entonces por Granados, donde le pedían ampliaciones de actos fuera de contrato y luego le decían que tenía que facturarlos incrementando las facturas de otros encargos, el único sistema por el que, según él, se podía cobrar la deuda del PP.
Confesó que nunca le pagaron todos los actos que organizó para el PP de Valdemoro y que en una ocasión el sucesor de Granados en la alcaldía, José Miguel Moreno Torres, le dijo: «Luis, tengo el despacho lleno de regalos, no puedo ni pasar, pero no tengo ninguno tuyo».
Entonces, según comentó, se vio «forzado» a hacerle a él, a Granados, a su secretaría y a otros cargos del Ayuntamiento regalos durante dos Navidades para intentar cobrar así el dinero que le debían y para compensar que le hubiesen concedido la organización de las fiestas del municipio.
Una revelación que, según dijo el magistrado en Sala, le dejó «impactado» y lo asemejó a los asuntos de corrupción que vio en Sicilia cuando fue juez de enlace en Italia.
Moreno Torres es otro de los imputados en la Púnica y, según los investigadores, recibió regalos de la trama a cambio de favores urbanísticos, entre los que figura un chalé en Marbella (Málaga), obras de arte o algún arma.
«Bueno tío, pues nada, que me voy de vacaciones. Prepárame pasta», le dijo en una conversación pinchada al presunto conseguidor de la trama David Marjaliza, y añadió que estaba «tocándose los huevos» porque para eso se había hecho parlamentario.
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