Los okupas de Colau amenazan las fiestas de Gràcia y los Mossos no le dan importancia

Per unes festes lliures de sexisme.

Per les companyes que ja no estan.

Per les companyes preses. pic.twitter.com/6bSrC0cDL1

— Banc Expropiat (@Banc_Expropiat) 9 de agosto de 2016

La primera de las manifestaciones está convocada para las 21:30 noche del domingo, con el lema “Disparo de salida a unas fiestas libres de sexismo para mujeres, lesbianas y trans. Mi cuerpo no se toca, no se viola, no se mata.» Al día siguiente, el colectivo okupa emplaza a sus seguidores a reunirse en una céntrica plaza del barrio bajo la convocatoria «Todos con Roger», en recuerdo al joven apuñalado por neonazis. Por último, el sábado 20 tendrá lugar una concentración convocada por el colectivo Rescat de apoyo a presos políticos catalanes: “Hasta el último rescate… Lucha. Solidaridad. Compromiso. 2001/2016. 15 años”, reza la convocatoria.

Las tensiones en el barrio de Gràcia vivieron su momento más virulento el pasado mayo, cuando el barrio sufrió varias noches de disturbios y manifestaciones a raíz del desalojo del edificio okupado por los activistas por parte de los Mossos d’Escuadra. A principios de junio, los agentes tuvieron que entrar de nuevo en el edificio haciendo un butrón, después de que un grupo de activistas intentasen volver a okupar el inmueble.

A pesar de los antecedentes de tensiones entre los vecinos del barrio y los okupas, el Ayuntamiento no prevé ningún dispositivo especial, y en palabras del concejal del distrito Eloi Badia ha asegurado que ha habido «colaboración absoluta» con el colectivo del Banco Expropiado en la organización de estas fiestas.

Complicidad entre Colau y los okupas

Ya desde el desalojo de la antigua sede bancaria okupada, la actuación del Ayuntamiento de Ada Colau se ha caracterizado por una gran complicidad con el colectivo conocido como Banco Expropiado. Ya durante los disturbios la alcaldesa de Barcelona ofreció a los okupas una nueva sede para realizar sus actividades, y descargó la responsabilidad en el anterior alcalde, Xavier Trías, al que acusó de pagar «cantidades desorbitadas» al propietario del local para evitar conflictos. Además, y ya en plenos disturbios, Colau llegó a proponer que fuesen las asociaciones de vecinos del barrio las que dialogasen con los okupas. Ahora, avisan de nuevas protestas a través de las redes sociales, mientras que los Mossos defienden que no incrementarán el operativo de seguridad.

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