España
La era Marlaska

Hasta 40 grados en comisarías de Policía Nacional porque Interior no arregla el aire acondicionado

Ante las quejas, la respuesta oficial es que "cuesta mucho dinero" arreglarlos

Los agentes sufren "mareos, bajadas de tensión y golpes de calor"

El Ministerio del Interior tiene a los policías nacionales de gran parte del territorio sin aire acondicionado, porque los aparatos de numerosas comisarías no funcionan y «cuesta mucho dinero» arreglarlos. Ésa es la respuesta oficial de la Administración ante las quejas. La solución por la que opta Interior es poner aparatos de aire acondicionado portátiles, conocidos como pingüinos, pero los agentes tildan la medida de «totalmente insuficiente», ya que continúan «asados de calor», sudando la gota gorda.

Esta problemática se produce en varias comisarías de Madrid, Valencia, en Elche y Orihuela (Alicante), Zaragoza, Granada, Sevilla, Marbella, Barcelona, Baleares o Torrelavega (Cantabria), entre otras, y la sufren tanto agentes como los ciudadanos que acuden a ellas, entre ellos ancianos. Así lo denuncia en OKDIARIO el Sindicato Unificado de la Policía (SUP), destacando que «cientos de agentes se ven obligados a trabajar soportando temperaturas muy por encima de los 30 °C, incluso superiores a los 40 °C, en espacios cerrados sin ventilación suficiente ni climatización funcional».

Una situación que «se repite año tras año», pese a que el Real Decreto 486/1997 establece que en oficinas ha de estar entre 17 y 27 °C. Y no es una recomendación, sino una obligación. «La Policía Nacional sufre de nuevo este año la dejadez de una Administración que ignora las más elementales condiciones de seguridad en los centros de trabajo», reprocha el SUP al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, magistrado de profesión, que lleva siete años sin vestir la toga, los siete que acumula al frente del Ministerio. El sindicato exige a Marlaska «soluciones inmediatas, y no parches», que «deje de mirar para otro lado».

«No podemos permitir que nuestras comisarías sean hornos y que nuestros agentes trabajen en condiciones que vulneran la ley», recalca el SUP, lamentando que sus compañeros sufran un «infierno» en el trabajo. También lo padecieron, pero por frío, en la galería de tiro de la Comisaría Local de Alcalá de Henares (Madrid), donde este pasado invierno tuvieron que soportar «temperaturas extremas por debajo de los 9 grados», según denuncia este sindicato. Misma problemática de frío se da en Galicia, en las instalaciones de la Comisaría Local de Vigo-Redondela.

Otro caso: en Sevilla no funciona el acondicionado en las comisarías de Blas Infante, San Juan de Aznalfarache, Coria del Río y Alcalá de Guadaíra. Asimismo, el SUP pone el foco en los perros de las unidades de guías caninos de la capital hispalense, cuyas casetas «tampoco se encuentran en condiciones óptimas dadas las altas temperaturas que se alcanzan» en esta provincia.

 

Comisarías «tercermundistas»

«La situación es insoportable. Cada verano, sin excepción, los policías nacionales volvemos a enfrentarnos a temperaturas extremas en nuestras comisarías. No hablamos de incomodidad, sino de calor asfixiante, de sudor empapando los uniformes, mareos, falta de concentración, de bajadas de tensión y de compañeros que acaban en el centro de salud por golpe de calor o deshidratación, como ha ocurrido otros años», declara a OKDIARIO Carlos Prieto, secretario de Riesgos Laborales del SUP.

Prieto alude también a «salas de espera sin ventilación, sin climatización, donde las víctimas de delitos tienen que aguantar temperaturas de más de 35 o 40 grados, sudando, esperando durante horas».

Además, critica la «vergonzosa imagen» que se en muchas ciudades turísticas se da a «miles de turistas» que vienen a renovar su DNI o pasaporte, con «colas interminables, sudor, malestar, quejas y tensión». «Es una cuestión también de imagen internacional: ¿esto es lo que España quiere proyectar al mundo? ¿Comisarías tercermundistas en pleno siglo XXI?», agrega.

«Esto no es ciencia ficción, es lo que pasa en el día a día de muchas comisarías en España, y lo sabe el Ministerio del Interior. Lo peor es que no hace nada para solucionarlo», apunta indignado, destacando que «la excusa» para no poner fin a esta situación «es siempre la misma: no hay dinero», pero vemos que, en cambio, sí hay dinero para muchas otras cosas.

Mientras tanto, el Gobierno encarga un catering «halal y sin alcohol» para militares marroquíes que entrena Navantia, en el que se gastará 113.000 euros, la ministra de Sanidad, Mónica García, prevé gastar 70.000 euros en una campaña contra Trump y su Gobierno antivacunas; y Marlaska gasta 66.000 euros en pendientes de tricornio y tazas para «mantener el prestigio» de la Guardia Civil. Por ejemplo.

«Lo que no hay es voluntad para proteger a quienes velan por la seguridad de todos», reprueba el responsable de riesgos laborales del SUP. Frente a esta situación, este sindicato reclama «un plan nacional urgente de revisión, reparación y sustitución de todos los sistemas de climatización en dependencias policiales», el cumplimiento estricto del Real Decreto 486/1997, «como en cualquier otro entorno laboral», así como «inversión real y prioritaria en salud y seguridad, no excusas presupuestarias».

Madrid: más de 40º en varias comisarias

En cuanto a la Comunidad de Madrid, el SUP informa a este diario que «en la Jefatura Superior de Policía, que abarca varias comisarías de distrito, se alcanzan temperaturas «de más de 40 °C, al igual que el año pasado», porque «la climatización sigue sin funcionar, pese a reformas puntuales en Carabanchel o Centro».

En la Comisaría de Arganzuela, en el distrito madrileño de Acacias, «sólo hay un aire acondicionado portátil por planta y es del todo insuficiente», denuncia el SUP, mientras que en la Oficina de Denuncias y Atención al Ciudadano (ODAC) de Ciudad Lineal «el aparato es viejo y no funciona». 

Tampoco funciona «correctamente» el sistema de climatización en las dependencias de la Comisaría local de Getafe. En las de Tetuán y Alcobendas «ocurre lo mismo, se han solicitado medios, pero la Administración responde que no hay dinero», critica este sindicato.

Añade que el Puesto de Seguridad de la Comisaría de Pozuelo de Alarcón (Madrid) es «otro ejemplo de abandono: sin climatización, con paredes rotas e instalaciones eléctricas expuestas, lo que provoca riesgo de contacto eléctrico, un entorno indigno para trabajar», condena el SUP, que ya ha reclamado la restauración integral de esta dependencia.

En el complejo policial de Canillas (Madrid), en el madrileño barrio de Hortaleza, también sufren incidentes de climatización. Recientemente, ha habido una avería en la climatización que afecta al edificio de seguridad, ante ello se han instalado diversas máquinas de aire acondicionado y se está a la espera una posible reparación del sistema de refrigeración del edificio.

Peor suerte han corrido los más de 890 trabajadores del complejo policial de La Verneda, en Barcelona, donde la instalación lleva años averiada y no se ha conseguido reparar, alcanzándose en el interior los 31,5 °C en verano. «Se han colocado dispositivos portátiles, pero no son suficientes», apunta el SUP, que en mayo de 2023 ya presentó una denuncia ante la Inspección de Trabajo sobre este centro, donde los compañeros de la Brigada Provincial de Información están expuestos a «condiciones ambientales que provocan, además de incomodidades y molestias, un riesgo grave para la seguridad y salud».

Golpe de calor en Zaragoza

La situación también afecta a «las comisarías de Zaragoza», que «están que arden desde hace años, con sistemas de climatización obsoletos y averiados por un deficiente mantenimiento». De hecho, «hace unos días, una ciudadana sufrió un golpe de calor en una comisaría «, indica.

Ante ello, el SUP ha presentado un escrito formal al Comité de Seguridad y Salud de la Jefatura Superior de Aragón alertando de las «condiciones inseguras y del incumplimiento reiterado de la normativa legal» y exigiendo un plan de renovación progresivo de los sistemas de climatización.

El SUP también denuncia condiciones de trabajo «inseguras» en distintas dependencias policiales de la Jefatura Superior de Aragón a causa de los «graves fallos» de los sistemas de climatización, donde en invierno, «muchos funcionarios tuvieron que trabajar sin calefacción, soportando temperaturas extremas y condiciones deplorables y en verano en muchos despachos las temperaturas superan los 33ºC».

Además, «en la Jefatura Superior, sólo funciona uno de los tres compresores y los ventiladores están averiados, mientras que en San José, los distribuidores de aire no funcionan desde hace años, provocando temperaturas extremas y condiciones inestables». Más aún, «en otros centros, como la oficina del DNI en el Paseo Teruel, carecen de aire acondicionado».

Por su parte, en la Comisaría de Delicias (Valladolid) «fallan dos máquinas que requieren sustitución inmediata y mientras tanto se han instalado unidades pingüino que ante la falta de extracción adecuada también generan acumulación de calor y humedad, poniendo en riesgo la salud de los trabajadores», detalla este sindicato.

En Elche y Orihuela, años sin aire

La Comisaría de Elche también es «un horno», según informa a este diario el SUP, debido a el aire acondicionado está estropeado desde el año pasado y se superan dentro los 31 °C. En Orihuela el panorama es el mismo: «climatización inoperativa, riesgo para la salud y ninguna solución a la vista», indica.

En Granada tenemos la misma estampa: «sin aire acondicionado desde hace años». Por su parte, en la Jefatura Superior de Policía de Baleares, las máquinas del sistema centralizado «operan al 20 o 30 % de su capacidad, no hay piezas para repararlas y sustituirlas es demasiado caro, según la Administración». El SUP sostiene que en la sala de expedición de DNI de Baleares no se puede atender al público en condiciones». Apunta que en 2023 los conductos lanzaban partículas de suciedad al aire por falta de mantenimiento y que el remedio fue tapar las salidas «y así siguen».

También cita como ejemplo que en Torrelavega (Cantabria), sólo los calabozos tienen aire acondicionado, mientras que la calefacción depende de una caldera de gasoil que apenas se enciende unas horas. «El resto del edificio depende de aparatos eléctricos insuficientes», apunta este sindicato. Además, señala con ironía que las puertas supuestamente cortafuegos son de madera. El SUP destaca que «se necesita una reforma integral o una nueva comisaría» en el municipio.

«¿Cómo puede una víctima relatar con claridad lo que ha vivido si no puede ni respirar bien? ¿Cómo puede un policía tomar una denuncia con la camisa empapada, sin aire, con la cabeza embotada? No estamos hablando de confort, hablamos de derechos básicos, de salud, de dignidad», concluye el secretario de Riesgos Laborales del SUP.