Ángela de Miguel (Cepyme): «Pueden querer la luna, pero el tejido de las pymes no aguanta las 37,5 horas»
Ha pasado ya un tiempo desde que Ángela de Miguel lograra hacerse con la presidencia de Cepyme, y ahora se centra en exponer con claridad las principales preocupaciones de la patronal de la pequeña y mediana empresa: la creciente presión fiscal, la incertidumbre regulatoria, el aumento de los costes laborales y la amenaza de medidas impuestas sin diálogo social como la reducción de la jornada a 37,5 horas.
De Miguel defiende la necesidad de bajar impuestos, deflactar el IRPF, fomentar la innovación y proteger la industria. «Cada día desaparecen diez microempresas en España», alerta, y denuncia que la mayoría de las pymes están quedando fuera del reparto de los fondos europeos. Reivindica el papel de Cepyme como defensora del tejido empresarial más frágil y reclama un entorno más justo, estable y predecible para poder emprender y crecer.
P: ¿Cómo fue asumir la presidencia de Cepyme tras unas elecciones tan complicadas?
R: A nivel personal no fue nada agradable. Hubo situaciones dolorosas, porque cuando crees en una institución y ves que se cruzan ciertos límites, duele. Pero hay que seguir adelante con responsabilidad.
P: Justo llega en un momento complejo para las pymes, con costes disparados y reformas laborales en marcha. ¿Cómo lo valora?
R: La sensación es de absoluta inestabilidad. Cada día desaparecen diez microempresas en España. Aunque haya indicadores macroeconómicos positivos, la realidad de la pyme es otra. Si el eslabón más débil sufre, no se puede decir que España vaya bien.
P: ¿Entonces la macroeconomía va bien, pero la micro no?
R: Exactamente. Hay más recaudación fiscal que nunca, pero las más pequeñas están quedando fuera del reparto. Si no cuidamos a la pequeña empresa, no habrá medianas ni grandes en el futuro.
P: ¿Qué opina sobre la posible reducción de jornada a 37,5 horas?
R: Es una medida populista que no responde a la realidad empresarial. Estoy convencida de que no saldrá adelante, porque la sociedad no la respalda. La gente sabe que muchas empresas no pueden soportarla. No hay clamor social por ello.
P: ¿Las grandes empresas ya aplican jornadas inferiores gracias a los convenios?
R: Hay empresas y sectores que sí, pero se ha logrado mediante diálogo. Lo que no puede hacerse es imponerlo por decreto. El marco actual funciona: la media en España ya está en 38,3 horas. Si lo cambiamos por la fuerza, destruimos el diálogo social y debilitamos la negociación colectiva.
P: ¿Se ha improvisado con la subida del Salario Mínimo Interprofesional?
R: En zonas como Huesca, el 82% de los sueldos están absorbidos por el salario mínimo. El problema es que se cargan costes sin pensar. En España, de cada tres euros que se recaudan, uno lo pone la empresa. En Europa es uno de cada cuatro. Estamos compitiendo con un 50% más de presión fiscal.
P: Con tantos obstáculos como define, ¿vale la pena emprender en España?
R: Por supuesto. Es una experiencia fantástica si se hace con asesoramiento y planificación. Emprender es un ascensor social. Los indicadores de felicidad muestran que los empresarios son más felices que los funcionarios. Pero hay que tener en cuenta los riesgos y costes iniciales.
P: ¿Qué dificultades adicionales enfrentan?
R: La carga burocrática es asfixiante. El 60% de los empresarios cree que le resta competitividad, frente al 25% en Europa. Si además te suman más costes laborales y fiscales, el sistema se vuelve insostenible.
P: ¿La jornada de 37,5 horas podría tener efectos colaterales?
R: Sin duda. No es solo el coste, es el problema organizativo. En una empresa con pocos trabajadores, ¿quién cubre media hora al día? Se acabaría abriendo menos tiempo o cerrando. Y eso, al final, lo paga el ciudadano. Desde el Gobierno pueden querer la luna, pero el tejido de las pymes no aguanta, hoy por hoy, la jornada de 37,5 horas.
P: ¿Y el impacto en sectores como la logística?
R: Brutal. Las rutas están ajustadas al milímetro. Si cambian los horarios, se desmontan en 24 horas. Puede haber desabastecimiento de ciertos productos. En Reino Unido ya pasó. No hay suficientes conductores en España. No es sostenible.
P: ¿Para qué sirve Cepyme? ¿Por qué es necesaria una patronal?
R: Para defender a la pyme. Representamos sus intereses, estamos en el diálogo social, ayudamos a evitar conflictos laborales, trabajamos con más de 3.000 organizaciones en todo el país para mejorar la competitividad. La unión de la sociedad civil da fuerza.
P: ¿Cree que el Gobierno tiene legitimidad para seguir pidiendo esfuerzos al tejido empresarial, viendo los últimos escándalos?
R: La presión fiscal es insostenible. El esfuerzo que se nos exige es un 50% superior a la media europea. Cada día cierran diez empresas. No se trata de querer cerrar, sino de que no pueden más. Aun así, seguimos en el diálogo social y seguimos proponiendo. Lo que pase dentro del Gobierno, que se esclarezca. Nos centramos en nuestro trabajo.
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