Ganó el Real Madrid y ganó bien. Hizo un primer tiempo brillante y una segunda parte solidaria y solvente para derrotar a un Villarreal que salió al Bernabéu sólo a defenderse. Vinicius logró un doblete (porque se lo permitió Mbappé) y el francés abrochó el triunfo al anotar el tercer gol. Mikautadze había acortado distancias pero sólo fue un espejismo. Los de Xabi Alonso, muy mejorados con la entrada de Bellingham en la segunda parte, vivieron una plácida media hora final de partido.
Jugaba Fede Valverde en esa posición para la que dice no haber nacido. Claro, a su mamá no le dijeron en el paritorio «señora, ha tenido usted un lateral derecho» pero el uruguayo, millonario por su polivalencia más que por su toque, era la mejor opción para ser el 2 de Xabi Alonso a falta de Trent y Carvajal. Todo sea por la patria madridista. A la alineación del Real Madrid para recibir al Villarreal también regresaban Militao y Carreras, ausentes en Champions, y se mantenían el resto de los que jugaron en tierras kazajas frente al exótico y débil Kairat.
Repetía Ceballos como titular porque Xabi Alonso se ha dado cuenta de que, mientras que Florentino no le compre un Kroos, no tiene otro futbolista en la plantilla del Real Madrid capaz gobernar el partido con la pelota. A su lado, por supuesto, Tchouaméni y por delante de ellos un Arda Güler que hoy, al menos hoy, es más titular que Bellingham. Arriba repetía la MVM –Mastantuono, Vinicius, Mbappé–, el tridente preferido de Xabi Alonso.
Enfrente el Villarreal de Marcelino, equipo bueno y de autor, equipo de los que atacan mejor que defienden. El Submarino Amarillo llegaba al Bernabéu a dos puntitos en la Liga del Real Madrid y con muy buenas sensaciones en el arranque de la competición pero el Bernabéu, aunque sea con un Madrid tocado tras el derbi, siempre es mucho Bernabéu.
El Real Madrid salió a toda mecha como Koldo cuando llevaba los sobres a Ferraz. Se quedó con la pelota y acogotó al Villarreal. Retrocedieron los de Marcelino más ordenados que la estantería de una farmacia. Mastantuono y Vinicius percutían por los costados porque por el centro no había sitio. Tocaban los de Xabi en una posesión inacabable e inacabada. Güler dio el primer aviso a los seis minutos tras una jugada coral del Real Madrid en la que Cuadra Fernández perdonó una amarilla clamorosa a Mouriño por un agarrón sin balón a Mbappé.
Manda el Madrid
Mandaba el Real Madrid mandaba más que Ayuso en el PP y el Villarreal se limitaba a guarecerse y perseguir sombras. Ceballos campaba a sus anchas y se ofrecía por todas partes. Poco a poco los de Marcelino se tomaban pequeños kit-kats de respiro con la pelota. En el otro lado apareció Mbappé a los 19 minutos para sembrar el pánico en la defensa villarrealense y hacer que se luciera Arnau Tenas. Un minuto después sí que vio la amarilla Mouriño por sujetar de la camiseta a Vinicius. Vamos, lo mismo que le había hecho a Mbappé ante la vista gorda de Cuadra.
La tuvo luego Tchouaméni en su despejada frente. Sólo tenía que embocar el centro de Vinicius y cabeceo fuera. Lo mismo, pero con el pie, haría Mastantuono tras una impecable asistencia de Mbappé dentro del área. El disparo del argentino, que era medio gol, lo sacó bajo palos Renato Veiga con un paradón con la rodilla. Y la tercera ocasión casi consecutiva del Madrid la firmó Tchouaméni con otro cabezazo alto en boca de gol tras asistencia tocadita de Mastantuono.
El Villarreal sólo veía a Courtois de lejos aunque su ejercicio defensivo era conmovedor. Había logrado Marcelino que su equipo sobreviviera a la primera media hora en el Bernabéu. El Real Madrid empezaba a desesperarse y fruto de esa desesperación atacaba peor. Probó fortuna Güler en sendos disparos que no alcanzaron la portería de Arnau. Vino después la mejor ocasión del partido en los pies de Oluwaseyi, que retrató en carrera a Huijsen y Militao. Se plantó delante de Courtois y, con el belga ya vencido y recostado, se la tiró al cuerpo. Thibaut sacó una mano milagrosa de las suyas para evitar el 0-1 al filo del descanso.
Respondió Mastantuono con una acción individual que finalizó con un disparo con la zurda que se fue por poco a la izquierda de la meta del Villarreal. Fue la última acción justo antes de que Cuadra señalara el camino de los vestuarios. Del que regresamos con dos cambios de artillería pesada de Marcelino: dentro de una tacada Pepe y Mikautadze. Sin cambios en el Real Madrid.
Resiste el Villarreal
Lo que sí encontró el equipo de Xabi Alonso por la vía rápida fue el camino del gol. Además con suerte. Corría el minuto 46. Prolongó Mbappé para Vinicius que sentó a Mouriño, se metió en el área y sacó un latigazo que se envenenó al tocar en el tacón de Comesaña para despistar a Arnau Tenas. Al Villarreal ya no le quedaba más remedio que echarse arriba. El Real Madrid iba a empezar a tener espacios para correr. Calentaban Camavinga y Bellingham.
El Real Madrid empezó a enredarse en una guerra de guerrillas contra el Villarreal. Y los cambios sin hacer. Esperó Xabi Alonso al 60 para meter de golpe a Camavinga y a Bellingham. Salieron del campo Ceballos y Güler. El Submarino se había adueñado del centro del campo y los blancos necesitaban piernas frescas.
En el 67 Rafa Marín se llevó por delante a Vinicius dentro del área. El penalti era innegable y hasta Cuadra lo vio de inmediato. Mbappé, primer tirador, volvió a ser generoso y le cedió la pena máxima a Vinicius. El brasileño la tiró raso, flojo y mal, pero tuvo la suerte que a Arnau Tenas, que había adivinado el sitio, se le coló por debajo de la mano derecha. Qué quieren que les diga, a mí estos enjuagues me parecen mal. Si el tirador es Mbappé, lo tiene que tirar Mbappé. Esto es fútbol profesional, no una pachanga de compañeros de curro.
Aparece Vinicius
El caso es que el Real Madrid se había puesto 2-0 y la entrada de Bellingham y Camavinga había insuflado energía al equipo de Xabi Alonso. El inglés incluso perdonó dos ocasiones muy claras que le sacó Arnau Tenas in your face. El Villarreal, ya de perdido, se echó al monte y rápido acortó distancias. El golazo lo metió Mikautadze, que recibió solito en la frontal, armó la diestra y batió con un tiro raso y ajustado a Courtois. Respuesta de Xabi: Brahim por Mastantuono.
Cuadra Fernández echó en el 76 a Mouriño por ponerle la mano a Vinicius después de habérsela perdonado en la primera mitad. Pues esta era más que rigurosa. Perdonó Vinicius el tercero pero no perdonaría Mbappé. El francés agradeció una asistencia generosísima de Brahim en una jugada que nació de una recuperación alta de Bellingham. Lo malo es que, de resultas del gol, cayó lesionado en el tobillo el francés. Entró en su lugar Rodrygo, que ha quedado para sentarse a la mesa no ya a los postres sino a los chupitos.
El partido ya estaba acabado, Cuadra se comió otro penalti sobre Rodrygo y el Real Madrid sólo tuvo que certificar un triunfo solvente y plácido ante un Villarreal que es de los visitantes más temibles que tendrá que recibir en el Bernabéu. Vamos, que se nos viene una Liga de 100 puntos. O casi.