Ramón tenía razón

Valverde: un jugador entre la excelencia y la entrega

Valverde

Hay futbolistas que representan la excelencia, y otros que simbolizan la entrega. Pocos, muy pocos, logran reunir ambas cosas. Fede Valverde pertenece a esa minoría. Desde que aterrizó en el Real Madrid, su carrera ha sido una demostración continua de generosidad y adaptación. Lejos de reclamar protagonismo, Valverde ha entendido siempre lo que el equipo necesitaba de él. Fue pulmón cuando faltaba energía, lateral cuando no había piernas, y centrocampista todoterreno cuando la era de Kroos y Modric pedía acompañantes de recorrido y sacrificio. Quizás eso provocó que muchos le minusvaloraran, pero probablemente eso nunca le pasó a alguien que compartiera vestuario con el charrúa.

Durante años, el uruguayo fue el sostén invisible del equilibrio madridista. Mientras los focos se fijaban en sus compañeros del centro del campo, él compensaba los desajustes, cerraba líneas, y ofrecía esa intensidad que el juego posicional no siempre puede producir. Junto a Casemiro, fue el obrero dentro de un equipo de artistas. Su disciplina táctica, su inteligencia y su humildad le convirtieron en un jugador indispensable, aunque raramente en protagonista.

Con la marcha de Kroos y Modric, muchos intuían que había llegado su momento. El relevo parecía lógico: Valverde como líder del nuevo centro del campo, con energía, jerarquía y llegada. De hecho, su rendimiento en el pasado Mundial de Clubes pareció confirmar esa evolución. Fede apareció más cerca del área, pisando posiciones de gol y con mando en plaza en lo que planteaba Xabi Alonso para una competición que invitaba a pocas propuestas nuevas en un equipo ya muy formado.

Sin embargo, el fútbol se reinventa cada temporada, y con la llegada del primer proyecto de Xabi Alonso en el banquillo del Real Madrid el tablero ha cambiado. El técnico vasco ambiciona un centro del campo más técnico, de circulación corta y control sostenido, un espacio donde brillan perfiles como Bellingham o Güler. En ese nuevo ecosistema, Valverde puede verse desplazado hacia zonas menos centrales, o reinterpretado como un comodín táctico. Y ahí surge la gran incógnita: ¿qué hará Xabi Alonso con Fede Valverde?

Las circunstancias actuales ofrecen dos caminos. El primero, ubicarlo como lateral derecho ante las bajas de Carvajal y Trent Alexander-Arnold, posición en la que ya ha rendido a un nivel sobresaliente por su zancada, disciplina, golpeo de balón y capacidad de ida y vuelta. Él dice desconfiar de sí mismo en el lateral, pero su rendimiento dice lo contrario. El segundo, situarlo en la banda derecha del centro del campo, ese territorio que domina y desde el que ayudó al Madrid a conquistar Europa hace tres años. Desde ahí, puede coexistir con Bellingham y Güler, ofreciendo equilibrio y profundidad a la vez.

Lo cierto es que Valverde no suele perder. Donde lo pongas, cumple. Pero esta vez el desafío no será solo físico o táctico, sino identitario: encontrar su papel en el nuevo Madrid de Xabi. Su historia siempre ha sido la de un jugador que se adapta, me temo que esta será la enésima vez que le toque.

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