El Real Madrid deberá afrontar lo que resta del mes de enero con la seriedad que se merece. Si hasta hace no tanto, desde Valdebebas hablaban en un arrebato de sinceridad de la Copa del Rey como un torneo prescindible, en estos momentos, caer eliminado hasta de la competición copera sería un gran problema, ya que la forma de perder contra el Barcelona la Supercopa de España ha hecho mucho daño.
Si bien es cierto que desde la cúpula se lo toman con cierta filosofía, la preocupación está encima de la mesa. El Real Madrid se mostró tremendamente inferior a su rival hasta el punto de que el 2-5 se quedó corto. La goleada podría haber sido mucho mayor, de esas que hacen daño y pasan factura para el futuro. Y ese futuro pasa por lo más inmediato, que es el primer mes del año.
El Real Madrid tiene tres retos importantes en este mes de enero en tres competiciones diferentes. Primero, deberá seguir ganando en Liga para mantener el pulso a un Atlético de Madrid imparable que ya ha asaltado la primera plaza hasta el punto de coronarse como campeón de invierno. Los blancos buscarán estar al acecho de cualquier fallo de los de Simeone, quienes tienen un punto de ventaja.
En segundo lugar, el Real Madrid está obligado a cerrar de la mejor manera posible la fase de liga de la Champions. Meterse entre los ocho primeros parece muy complicado, pero acabar lo más arriba posible es su deber. Los de Ancelotti deben ganar, y bien, al Salzburgo en el Santiago Bernabéu y al Brest a domicilio. Con la máxima competición continental no se juega, y Ancelotti lo sabe.
Y, por último, deben seguir adelante en la Copa del Rey. En enero se celebran los octavos de final de la Copa del Rey, y el Real Madrid está obligado a estar en cuartos. Para ello, deberá ganar al Celta de Vigo en el estadio Santiago Bernabéu.
En definitiva, el Real Madrid tiene una cuesta de enero que se ha empinado notablemente por el cómo perdieron la final de la Supercopa de España. Hay formas y formas, y la que eligieron los de Ancelotti en Yeda fue la peor.
