El Real Madrid sólo vive por y para un pasillo, ese que le puede llevar directo a la final de la Champions que se disputará en París el próximo 28 de mayo. El resto de los pasillos, la realidad es que al club le importan muy poco. El que lo quiera hacer como gesto de deportividad y reconocimiento será muy bien recibido, mientras que el que prefiera evitarlo por la excusa que prefieran poner tampoco molestará en la entidad, que lo único que quiere es ganar por dos goles al Manchester City en el estadio Santiago Bernabéu para continuar manteniendo vivo el sueño de la Decimocuarta.
Los hombres de Carlo Ancelotti llegan a este partido con la moral por las nubes tras haber ganado el pasado sábado la Liga. Un mes de competición le ha sobrado a un equipo que ha mostrado una gran superioridad durante toda la competición. El Real Madrid venció al Espanyol y celebró junto a su afición tanto en el Bernabéu como en Cibeles. De hecho, los festejos continuaron, ya de forma privada, en Valdebebas. Aunque durante la celebración era inevitable pensar en la noche del miércoles.
“¡A por el miércoles!”, fue el último grito que lanzó Ancelotti en la fuente. El Real Madrid estaba de cuerpo junto a la diosa y el madridismo, pero su mente, como la de muchos de sus aficionados, estaba en el duelo contra el Manchester City. Los blancos tratarán de superar el último obstáculo ante uno de los mejores equipos del mundo para poder alcanzar una final de Champions cuatro años después.
Sin Alaba, pero con Casemiro
El Real Madrid se medirá al City sin la presencia de David Alaba, que no ha superado la lesión que padece en el abductor. El austriaco forzó para jugar la ida y recayó, por lo que se perderá la vuelta. Por otro lado, para este encuentro Ancelotti recupera a Casemiro, que no jugó en Mánchester, aunque sí estuvo en el banquillo, y será fundamental en el centro del campo madridista.
La ausencia de Alaba la suplirá Nacho, que va sobrado de experiencia para este tipo de partidos. El resto del equipo tiene sólo la duda de si Ancelotti apostará por Valverde, para reforzar el centro del campo, o por Rodrygo. El italiano aseguró en rueda de prensa que ya tiene la decisión tomada y lo normal es que sea el uruguayo el que parta de inicio.
En busca de otra final
El equipo inglés viene de golear al Leeds United y de defender su liderato en la Premier dando descanso a jugadores como De Bruyne, Bernardo Silva y Mahrez, y espera que el buen historial de su técnico les ayude a salir airoso del Bernabéu. Guardiola no ha perdido en ocho de sus nueve visitas al coliseo madridista, con seis victorias, la última con su actual equipo hace dos años en la ida de octavos (1-2), y sólo perdió en la ida de las semifinales de 2014 cuando dirigía al Bayern, con Ancelotti en el banquillo y con Benzema como ejecutor.
El técnico catalán tiene la buena noticia de la vuelta de Joao Cancelo, sancionado en la ida, y podría también contar con un jugador clave en el entramado defensivo como Kyle Walker, que viaja y al que esperará hasta última hora para tener un antídoto de mucha fuerza ante Vinicius.
Además, tendrá que decidir cómo configura su equipo de mediocampo hacia arriba, con la posibilidad de repetir con los seis que también lo hicieron en el Etihad o meter más músculo con Gundogan y adelantar a Bernardo Silva. El City podría optar por un partido más ‘tranquilo’, parecido al de su última visita y donde intentará defenderse con la posesión para no dejar los espacios que tanto le gustan a los de Ancelotti.