Liga Santander: Real Madrid - Getafe

El Madrid se moja por la Liga

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El Real Madrid se impuso 2-0 al Getafe.

Ganando bajo la lluvia. Así podría resumirse la victoria del Real Madrid, trabajada que no sufrida, ante el Getafe bajo el intenso diluvio en Valdebebas. Los blancos fueron muy superiores aunque tardaron casi una hora en encontrar el camino del gol por obra y gracia de Benzema. Luego marcó Mendy, que suena a errata pero es verdad. Los de Zidane, lo que son las cosas, duermen a cinco puntos del Atlético. Eso sí, con dos partidos más.

Zidane tenía un marrón con la alineación, que rima y todo. No por overbooking de efectivos sino por una escasez sin precedentes por mor de las bajas. Al Real Madrid le faltaban jugadores en todas las líneas de diferentes edades, tamaños y colores como para hacer un anuncio de Benetton. Ni Carvajal, ni Odriozola, ni Ramos, ni Militao (bien), ni Kroos, ni Valverde, ni Rodrygo, ni Hazard, ni los ya cedidos Jovic y Ödegaard. Con menos gente se han invadido países, desde luego.

Así que Zizou debía hacer de la necesidad virtud. Y lo hizo. Su mensaje en el once iba directo a Isco. Antes jugaba un canterano (Marvin) que él. No es que sea el último de la fila, es que ya va detrás de los del filial. El resto del equipo se componía con facilidad debido a las ausencias, igual que un puzzle con tres piezas. El intocable Courtois era el portero; Mendy lateral diestro de emergencia y Marcelo, vuelto de entre los muertos, ocupaba el siniestro. Varane y Nacho eran los centrales. Por delante Casemiro y Modric en el centro con el canterano Marvin en la derecha y Vinicius por la izquierda. Arriba Asensio y Benzema.

Y enfrente el Getafe, ese equipo que rasca como los calzoncillos del Carrefour. Un equipo rocoso, incómodo, peleón, ordenado, que no hace prisioneros y que está más trabajado que los abdominales de Marcos Llorente. Mérito de Bordalás, un técnico imponente que tiene el don de crearse muchos enemigos y caer mal a demasiada gente.

El Real Madrid pronto se hizo con los mandos del partido. Dominaba la pelota ante un Getafe que se cerraba en un repliegue intensivo que blindaba el área de Soria. Vinicius trataba de mostrarse entre el vértigo y el ataque de nervios. Y Varane volvió a ser protagonista al tener en su cabeza la primera ocasión del partido que sacó bajo palos un defensor azulón.

Dominio blanco

Repitió ocasión a balón parado el Madrid con un cabezazo de Benzema que se estrellón contra el travesaño del Getafe. A falta de huecos en el juego dinámico bien estaba encontrar el peligro en la estrategia. El Geta fiaba su juego a la velocidad del ubicuo Cucurella, tan reconocible con ese pelazo Pantene. Los de Zidane echaban en falta a un Asensio invisible, quizá demasiado emboscado entre camisetas azules.

Los blancos eran más de izquierdas que el Gobierno de Pedro Sánchez. La dupla Marcelo-Vinicius era capaz de causar estragos en ambas áreas. Hasta Marvin se mostraba por el otro costado para poner algún centro medido que no encontraba rematador. El Madrid seguía yendo camino Soria aunque muy despacito.

Tuvimos que esperar a la media hora para encontrar otra ocasión para los de Zidane. La cocinó Marcelo, que asistió a un Varane disfrazado de delantero centro. El central remató de zurda con tan mal estilo que su tirito lo hubieran firmado Higuaín o Vinicius.

Soria apareció para meter no sin fortuna un pie que salvó al Getafe en un disparo de media distancia de Modric. Frisábamos el 38 y el Real Madrid, aunque fuera a los puntos, empezaba a merecer la victoria. Siete tiros de los de Zidane por ninguno de los de Bordalás, demasiado centrados en defenderse como para pensar siquiera en atacar.

Se atasca el Madrid 

Y así nos fuimos al descanso con un 0-0 como una catedral. Mereció más el Real Madrid pero sin alardes tampoco. En el inicio de la reanudación de nuevo los de Zidane llevaron el cántaro a la fuente de Soria, que evitó el tanto de Benzema con una meritoria mano abajo.

En pleno diluvio en Valdebebas el Real Madrid exhibía una pertinaz sequía. Bordalás metía tres cambios de golpe, uno de ellos Kubo, ese muchacho que no tiene ficha en el Madrid por culpa (entre otros) de Militao. También movía ficha Zidane, que se cepillaba al canterano Marvin para sacar al canterano Arribas.

El Madrid recompuso con una especie de zaga de tres centrales (Nacho, Varane y Mendy) con Vinicius y Marcelo como improvisados laterales. Esa zaga inédita y casi suicida era una invitación a que el Getafe atacara. Sin embargo, a Zidane le salió bien el plan al filo de la hora de partido. Centro (y bien) Vinicius, la pelota voló al área y allí emergió Benzema, que le ganó la porfía a Cabaco, cabeceara a la red. Respiraba Zidane.

El gol tranquilizó a un Real Madrid que se había merecido, de largo, ir por delante en el marcador. Y luego llegarían los fenómenos paranormales a Valdebebas. Marcó Mendy. Lo juro. Mendy. La pelota la puso Marcelo. Era un buen centro, que se envenenó con un bote en el área pequeña. ¿Qué hacía Mendy en posición de falso nueve? Científicos de todo el mundo han tratado de explicarlo pero han confesado que la ciencia no siempre tiene respuesta para todo.

Al Madrid, ya con el partido resuelto, sólo le quedaba dejar pasar el tiempo para sellar su victoria. Isco entró por Asensio para jugar los minutos de la basura, que transcurrieron bajo el intenso diluvio que arreciaba en Valdebebas. Al final, el Real Madrid logró tres puntos trabajados, que no sufridos, ante el Getafe que le permiten acostarse a cinco puntos del Altético. Vale que con dos partidos más, pero a cinco.

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