Liga EA Sports: Real Madrid-Celta

El Madrid sobrevive al apagón

Victoria sufridísima del Real Madrid, que casi dilapida un 3-0 a favor, ante un Celta que nunca se rindió

Güler y Mbappé, que firmó un doblete, fueron lo mejor del equipo de Ancelotti que volvió a diluirse tras el descanso

Arda Güler es cosa seria: así fue su golazo para abrir el camino del triunfo del Real Madrid

Real Madrid, Celta de Vigo
El Real Madrid ganó al Celta.

El Real Madrid sobrevivió a un apagón que pudo haberle costado muy caro. Después de tener el partido ganado ante el Celta con 3-0 a favor, los de Ancelotti acabaron pidiendo la hora con una imagen de equipo roto y futbolistas extenuados. Gran primera parte de Güler, con gol y asistencia, y nuevo doblete de Mbappé. Iago Aspas le cambió la cara al Celta en 20 minutos y estuvo a punto de dar el golpe definitivo a una Liga que se decidirá el próximo domingo en el Clásico.

Y eso que el Real Madrid ya no está a la Liga sino a la reconstrucción. Que si Xabi Alonso, que si los que se van, que si los que vienen. Su entrenador tampoco. Ancelotti está más pendiente de saber si mete la camisa de palmeritas o el turbante en la maleta de la próxima temporada. Brasil, Arabia o Benidorm, ésa es la cuestión. ¿Y los futbolistas? Pues ídem. Unos que se operan, otros que se borran, otros que miran los yates disponibles en Ibiza. Ya saben, el veraneo que se viene.

En ese contexto llegaba al Bernabéu el Celta, un equipo que estuvo en un tris de eliminar al Real Madrid de la Copa y que también le hizo pasar las de Caín al Barcelona. Un equipo organizado, divertido y bien entrenado. Vamos, lo contrario que el Madrid. Y hablando de entrenadores Ancelotti trató de coser su defensa con su solución habitual: Tchouaméni de central. El francés, el jugador más regular del equipo desde enero, formaba pareja con Asencio en el centro de la zaga, con Lucas y Fran García en los laterales. La alineación empezaba a mejorar desde el doble pivote, ocupado por Fede Valverde y Ceballos. Por delante de ellos y por detrás de Mbappé formaba la línea de tres mediapuntas con Güler, Bellingham y Vinicius.

A eso de las dos de la tarde, hora más de vermú en Ponzano que de fútbol en La Castellana, comenzó el partido. Salió enchufado el Real Madrid, que tuvo la primera ocasión a los tres minutos en una maniobra de Vinicius por la izquierda que abrochó con una media volea alta Arda Güler. Lo celebraba el Bernabéu. Respondió mandón el Celta con dos ocasiones. La primera, un cabezazo de Marcos Alonso que se marchó algo por poco. La segunda, un mano a mano de Borja Iglesias que se durmió en el control y le robó la cartera Asencio. Luego llegaría la tercera, otra vez de Marcos Alonso en un cabezazo que sacó con una mano prodigiosa Courtois.

Intercambio de golpes

Pues ya era oficial: el Celta había tenido tres ocasiones en los primeros seis minutos. El Real Madrid lo fiaba todo a las contras y al balón parado. Así llegaría una ocasión calcada al gol que marcó Tchouaméni en la final de Copa. La pelota la puso Güler desde la esquina y el francés encogió el cuello al rematar. Su cabezazo se marchó fuera. Los blancos asumieron el intercambio de golpes confiados en su mayor pegada.

Los vigueses se dieron cuenta de que no iban a aguantarle al Real Madrid un combate a campo abierto, así que replegaron a su propio campo. Decayó el ritmo y hasta la pelota se echó la siesta. Hubo apagón en las áreas que desaparecieron misteriosamente como los mensajes del móvil de García Ortiz. El balón era del equipo de Ancelotti, que lo transportaba como si fueran de Correos: con eficacia pero sin gracia. Y así llegamos a la media hora de partido.

real madrid celta
Güler y Mbappé celebran el 1-0 en el Real Madrid-Celta. (Getty)

Faltaban dos minutos para que Arda Güler armara su zurda para dibujar un gol maravilloso. Fue un córner botado en corto, el turco dejó correr la pelota por el pico del área grande, sentó a su par con una elegante finta de cintura y sacó a pasear su pierna siniestra para que la pelota, tras peinar el flequillo de Marcos Alonso, se colara por la escuadra derecha de Guaita.

Trató de responder el Celta con una contra de Borja Iglesias. Su disparo lo envenenó Tchouaméni en su intento de despeje pero ahí estaba, siempre de guardia, la mano incorrupta de Courtois. La parada del belga inició una contra que, traspasar por las botas de Bellingham, cayó en las de Mbappé. El francés corrió, se escoró y sacó un disparo cruzado cuando ya estaba medio caído para colársela a media altura a Guaita. Pues nada, 2-0 en dos zarpazos y el Real Madrid otra vez enchufado a la Liga.

Dos zarpazos de Mbappé

El tanto de Mbappé y una coz postrera de Bellingham que se quedó en amarilla fueron las dos acciones que abrocharon el primer tiempo que el Real Madrid resolvió con un par de sopapos que mandaron al Celta a la lona. El tercero llegaría nada más volver del descanso. La mano la cargó Mbappé, que aprovechó un pase en ventaja al espacio de Arda Güler para correr, correr y correr y metérsela a Guaita con un tiro cruzado. Partido finiquitado por la vía rápida.

Claudio Giráldez metió de golpe dos cambios en el Celta para intentar frenar la sangría. Pero Güler y Mbappé habían decidido constituir una sociedad ilimitada. Trenzaron en el 56 una jugada de dos paredes dentro del área que finalizó el turco con un disparo raso que desvió a córner Guaita. Ambos estaban iluminando el juego del Real Madrid.

En el 62 Kylian se plantaba sólo cuando Yoel Lago le agarró sin balón. Cinco minutos después Ancelotti sacó a Jacobo Ramón para dar descanso a Asencio. Eso sí, dejó sobre el campo al apercibido Tchouaméni, que estaba a una amarilla de perderse el Clásico. En el 68 marcó el Celta de resultas de un córner que no fue tal. La asistencia sin querer la dio Lucas Vázquez, el gol lo marcó Javi Rodríguez y se durmió el joven Jacobo, que acababa de salir.

Ancelotti decidió entonces sacar del campo a Ceballos, otra vez fundido, y meter a Modric. En el 75 el Celta le metió emoción al partido. El pase lo dibujó Iago Aspas rodeado de contrarios, el agujero (otra vez) lo dejó Jacobo Ramón y el gol en el mano a mano ante la salida de Courtois lo hizo Williot. El runrún se desataba en el Bernabéu. Que pudo haber sido pánico si la pelota no se hubiera frenado casi mágicamente sobre la línea después de que Courtois rechazara un mano a mano con el culo.

Con el Real Madrid ya en pleno sufrimiento metió Ancelotti a Brahim por Güler. Era el 85 y el Celta, con un Iago Aspas en trance, buscaba (casi merecía) el empate en el Bernabéu. El madridismo la tomaba con Gil Manzano. Con razón. Aspas en el 87 la tuvo con un disparo desde la frontal que le salió demasiado blando y centradito, fácil para Courtois.

Apretó hasta el final el Celta. Retrocedió el Real Madrid para proteger un resultado que al menos impedía el alirón del Barcelona en el Clásico. El equipo de Ancelotti estaba sonado y sólo podía salvarle la campana. Por suerte para el Madrid y para la Liga, los blancos acabaron ganando con un sufrimiento máximo y, con los números en la mano, llegan vivos al Clásico. Pero los números no siempre dicen la verdad.

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