El nuevo Bernabéu ha adquirido velocidad de crucero y parece que nada va a poder detener a la obra más ambiciosa que hay a día de hoy en la capital de España. Esta semana se han comenzado a instalar los railes y el sistema de desagüe para el césped retráctil que está previsto que quede colocado antes del próximo 12 de septiembre.
Tras tapar con éxito el túnel del tren de cercanías que pasaba por el estadio y avanzar en el hormigonado de la cueva donde se ocultará el césped para organizar todo tipo de eventos, el club blanco ha empezado realizar la instalación que impedirá que el césped crezca de manera natural en el terreno de juego al ponerse cemento en todo el suelo del campo.
El nuevo césped vendrá montado en planchas que posteriormente se ocultarán en la cueva del estadio, pero esa actuación no se terminará hasta el verano de 2022. Este año, por lo pronto, se va a jugar sobre la nueva superficie, aunque la posibilidad de acoger otro tipo de eventos ha quedado por el momento descartada al no poder usarse la cueva ni cuidar del verde.
Más de 150 operarios se encuentran trabajando esta semana para poner una marcha más en los trabajos después de que el Real Madrid solicitase a la Liga jugar los cuatro primeros partidos de la temporada fuera de casa. Así, el Celta será el primer equipo en visitar la novedosa cancha merengue para esta próxima temporada.
Los trabajos en el estadio se suceden a velocidad del rayo con continuas novedades cada semana. Se espera que las gradas bajas, actualmente derruidas la mayoría, empiecen a ser reconstruidas durante el mes de agosto, al mismo tiempo que se icen las cerchas número 3 y 4 para despejar la explanada del Bernabéu con la Castellana y se terminen por desmontar las dos viejas torres B y C que daban acceso al estadio antes de la reforma.