Corría el minuto 75, apenas habían pasado cuatro del gol de Vinicius Junior con el que el Santiago Bernabéu había gritado de júbilo al compás del joven brasileño que ponía al Real Madrid por delante. Aún se estaba con ese gusanillo de ir por delante ante el eterno rival cuando Frankie De Jong iniciaba una contra, encontraba mucho espacio por delante y filtraba un pase hacia Messi que le permitía al argentino tirar de zancada y encarar solo a Courtois.
Con esta premisa, el 95% de los casos, el resultado habría sido obvio, fácil de resolver. Leo Messi pocas veces erra una de esas, en las gradas del Bernabéu ya se contenía el aliento… y aparecía Marcelo. El brasileño era junto a Varane la última oposición, ambos iniciaron la carrera a la par con el argentino pero fue el ’12’ blanco el que desarboló la opción más clara de los culés en el tramo final del partido. Marcelo realizó posiblemente una de sus mejores carreras de la temporada –a tener en cuenta el desgaste físico durante los 75 minutos previos–, se lanzó al suelo y tocó lo justo el esférico con la puntera de su bota.
El balón se desviaba de la órbita de Messi y Varane termina por conducir el cuero a los guantes de Courtois. Marcelo celebraba la acción como si de un gol se tratara, con una rabia contenida que seguro tiene mucho que ver por cómo se está dando su temporada con el Real Madrid. El Santiago Bernabéu emuló prácticamente la celebración del brasileño, que gritó como si de otro gol se tratase. Y es que evitar un claro mano a mano con el portero con el 10 blaugrana a los mandos, debe ser tratado como tal.
Marcelo volvió a ser Marcelo y la apuesta por él de Zinedine Zidane volvió a tener sentido. Es cierto que no completó su mejor partido de blanco Mendy ante el Manchester City, pero el brasileño no venía de buenos partidos esta campaña y si titularidad estaba muy en entredicho, de ahí que sorprendiera su nombre en el once titular. El brasileño contuvo bien las ofensivas de Semedo por su carril cuando más apretó el Barça en el primer tiempo y fue el arma que habitúa ser ofensivamente una vez más. Marcelo resucita en el Bernabéu.