El Real Madrid es una piña. Los jugadores blancos organizaron en la noche del miércoles su habitual cena de Navidad, ésta en el prestigioso restaurante el Filandón. Acudieron prácticamente la totalidad de la plantilla a la cita, incluso el galés Gareth Bale. Los únicos que se ausentaron fueron Toni Kroos y Karim Benzema, por diversos motivos. El resto, presentes y haciendo piña en una ambiente bastante simpático, donde organizaron incluso un amigo invisible en el que no faltaron las bromas y el humor.
La cena solo fue un reflejo de lo que es este Real Madrid a día de hoy, pura unión. La plantilla está más unida que nunca tras el complejo inicio de temporada en el que costó conectar a las nuevas piezas, algo que conllevó a críticas en torno a los jugadores e incluso a Zinedine Zidane. Eso quedó atrás, el juego del equipo ha ido hacia arriba, así como su solidez y los resultados que se han ido cosechando. Como ejemplo, la versión del grupo en el Parque de los Príncipes y la que mostró en el Santiago Bernabéu ante el mismo rival, el Paris Saint Germain.
Ante el Alavés en la última jornada, una muestra más. Zidane tiró de algunas rotaciones, por ausencias y descanso, y el equipo funcionó de la misma manera sobre Mendizorroza al que le caía una tromba de agua que no hizo sencillo el encuentro. La respuesta de los jugadores cuando los vitorianos logran el empate tras un penalti provocado por el capitán Ramos fue de equipo serio, centrado y unido, lo que llevó a la victoria para seguir disputando el liderato. Todos reman a una, nunca mejor dicho.
«Sabemos que los jugadores son muy buenos, son 25. Cada uno de los nuestros si salen fuera juegan, esto es muy importante. Necesito que todos los jugadores aporten su granito de arena», explicaba Zinedine Zidane tras aquella cita en Vitoria. Los necesita a todos, lo hace ver a sus jugadores y estos responden. Si el once del Madrid ya es serio, más es su plantilla cuando todos los jugadores están enchufados y las rotaciones no merman el espíritu competitivo que suelen desarrollar, ni siquiera el juego desplegado: atacar, atacar y atacar. El entrenador francés ha logrado que todos remen hacia la misma dirección.