Juventus y Bayern de Múnich han tanteado a Odegaard. Tanto el club italiano como el alemán han preguntado por el noruego al Real Madrid y ambos se han llevado la misma respuesta por parte del club blanco: “Martin no se toca”. La entidad presidida por Florentino Pérez tiene claro que parte del futuro del club para por las botas del noruego.
El Real Madrid no se ha planteado nunca desprenderse de Odegaard. Por este motivo, no ha escuchado las propuestas de clubes como Juventus o Bayern y dijo “no” a la oferta de 18 millones de euros que puso encima de la mesa la Real Sociedad el pasado mes de enero. La idea del club es que Martin aterrice en el Santiago Bernabéu en los próximos meses para comenzar a escribir su historia como jugador madridista, aunque el deseo del conjunto vasco es que cumpla un segundo año de cesión en San Sebastián, algo que está prácticamente descartado en estos momentos.
El Real Madrid está cerca de ver recompensado todo el trabajo y esfuerzo empleado en la formación de Odegaard. Desde que fuera presentado un ya lejano 22 de enero de 2015 en la sala de prensa de Valdebebas, los técnicos del club se han esforzado en hacer de Martin un jugador de primer nivel. Calidad tenía de sobra, pero era un diamante en bruto que había que pulir para confirmar lo que ya apuntaba a sus 16 años.
Odegaard se ha centrado durante todo este tiempo en jugar al fútbol y crecer hasta convertirse en el referente de su selección y en una de las sensaciones de la Liga, gracias al rendimiento que ha ofrecido en la Real Sociedad. Pero es que se puede decir que el niño que aterrizó aquel día en Valdebebas poco tiene que ver con el futbolista que ha causando sensación y que ha impresionado al propio Real Madrid. Martin ha crecido mental, física y futbolísticamente durante este tiempo.
Actualmente, Odegaard es un jugador muy maduro que desde muy joven está acostumbrado a convivir con los medios, las críticas y la presión. Esto le ha curtido y le ha servido como aprendizaje para enfrentarse actualmente a cualquier situación con el poso de un deportista mucho más mayor. También destaca su fortaleza mental, la que le ayuda a seguir cuando las cosas no salen como quiere. El noruego sufrió en el Castilla jugando en Segunda B, una categoría que está muy por debajo de su calidad, y le costó aclimatarse a Holanda, pero siempre supo resistir y consiguió salir adelante. Ahora está muy cerca de cumplir su deseo: jugar en el Real Madrid.