Eden Hazard regresaba a titularidad con Bélgica, en la que era su primer partido en el once belga en más de un año y medio. Contra Finlandia tenía la oportunidad de recuperar sensaciones y lo hizo. Tras una mala primera parte de su equipo, tuvo una buena oportunidad que acabó encendiendo las alarmas. Ya en la segunda, lideró la mejora de su selección, aunque en los minutos finales, en los que llegaron los goles, el protagonismo lo llevaron Lukaku y, una vez más de Bruyne.
Hasta el momento, el madridista había participado durante algo más de 40 minutos en total en los dos partidos de su selección en esta Eurocopa y, en la última jornada, buscaba probarse de cara a las rondas eliminatorias. Aguantó todo el partido sobre el césped, otro hecho que no se repetía desde el 23 de noviembre de 2019, cuando disputó los 90 minutos en Liga con el Real Madrid, frente a la Real Sociedad.
No han sido fáciles las dos últimas temporadas para Hazard. Las lesiones han marcado su rendimiento y han provocado que haya perdido su condición de indiscutible en su selección. Aún sin estar al cien por cien, como avisó en los prolegómenos del último partido de la fase de grupos, Roberto Martínez confiaba en él de inicio.
El seleccionador del conjunto belga sabe de la importancia que puede tener su capitán. De cara a los octavos de final, para los que consiguieron la clasificación ante Dinamarca, y a las posibles eliminatorias venideras, le interesa al español tenerle en un buen estado de forma. Por ello, pese a jugarse la clasificación y la primera plaza, ante Finlandia le dio la titularidad.
Su presencia en el once era más que reseñable. Una situación que en un pasado era habitual, pero que lo ha dejado de ser. De hecho, no se producía desde noviembre de 2019. El último encuentro de Bélgica con Hazard de inicio se remonta a la última jornada de la fase de clasificación para esta Eurocopa. En ella, golearon a Chipre por 6-1. Desde entonces, las lesiones han marcado profundamente su desempeño con la selección y, sobre todo, con el Real Madrid, lo que le ha impedido gozar de continuidad en ambos sitios.
Pero Hazard quiere ayudar a los diablos rojos en esta Eurocopa y, además, quiere ser importante. Sabe que será muy difícil pararles si, a la calidad de los De Bruyne, Lukaku, Mertens o Witsel, se le suma que consiga alcanzar un estado óptimo de forma. Su objetivo era llegar bien a octavos, donde se medirán a una tercera en Sevilla, pero para ello era necesario seguir haciendo rodaje ante los fineses.
Susto antes del descanso
El partido era propicio, en principio, para el futbolista del Real Madrid. La llamada a ser cenicienta del grupo, Finlandia, apuntaba a renunciar el balón, encerrarse y esperar su oportunidad al contragolpe o en una jugada aislada. Una oportunidad para que Hazard encarase, tratase de desbordar y fuese protagonista.
Comenzó por otros derroteros el encuentro, con un equipo que quería morder y discutirle la pelota al potente combinado flamenco. Lo consiguieron, evitando el despliegue ofensivo al que nos tienen acostumbrados los de ‘Bob’ Martínez. Aunque Hazard lo intentó moviéndose por los dos costados y por el centro, sus primeros 45 minutos fueron, como los de su selección, desdibujado.
Sí que arrancó en la última acción de la primera mitad, que acabó en susto. Combinó con Lukaku para entrar al área conduciendo el balón y, cuando se disponía a encarar la portería de Hradecky, tropezó con la pierna de un defensor y reclamó penalti. No lo consideró el colegiado y parece que acertó, pero la estrella del Real Madrid se dolía en el suelo, esta vez de su tobillo bueno, el izquierdo.
Volvió a encender las alarmas justo antes de encarar el túnel de vestuarios, en la única acción en la que se le vio soltarse. Se marchó con evidentes gestos de dolor y, lo que es peor, cojeando, pero volvió sin problemas tras el descanso. De hecho, protagonizó la primera acción de la primera mitad, al iniciar una contra en su campo y salir en velocidad. Volvió a ser derribado y, una vez más, el colegiado no pitaba nada.
Mejora notoria en la segunda parte
Se recuperó bien del golpe sufrido y en la segunda parte se empezó a encontrar cada vez mejor. En los primeros minutos comenzó a asociarse, sobre todo tocando de cara con compañeros que se sumaban al ataque desde atrás. Como en los viejos tiempos, Hazard recuperó el papel de líder de su selección y estuvo a punto de marcar en dos ocasiones, pero el meta le robó el protagonismo. Primero, al atrapar un disparo que no fue certero, tras aprovecharse de un despiste de la defensa finesa a la salida de un córner y, después, sí que la pegó bien, apareciendo de nuevo por dentro, pero sacó de nuevo el portero.
Bélgica consiguió romper el muro en el tramo final del partido, con Hazard merodeando el área, pero sin participar directamente en ellos. Probó suerte de nuevo, con un colocado disparo que buscaba la escuadra, en la que condujo y finalizó la contra, pero se le volvió a negar el gol. La buena noticia es que completó los 90 minutos sobre el césped y, pese al susto del primer tiempo, los detalles y la implicación que dejó el futbolista del Real Madrid fueron buenos.