Eduardo Camavinga es uno de los futbolistas del planeta que más ha crecido esta temporada en todos los sentidos. Esa evolución es algo que se refleja en su valor de mercado, que ha aumentado de manera descomunal hasta los 85 millones de euros, 25 kilos más que en la anterior actualización del portal alemán Transfermarkt.
Un alza que se debe, especialmente, al enorme final de temporada que ha cuajado el centrocampista del Real Madrid. Este curso empezó desempeñando un rol similar al del año pasado, el de su debut en España, siendo el jugador número ’12’ para Carlo Ancelotti, su primera alternativa siempre que tocaba refrescar el once.
Sin embargo, poco a poco se fue haciendo un hueco en los esquemas del italiano que, sin importar dónde, comenzaba a incluirle como titular en la mayoría de encuentros. Tras el Mundial de Qatar, el francés se devoró a su compatriota Aurélien Tchouaméni en el puesto más retrasado de la medular, donde rápidamente se afianzó. Pero, las lesiones de Ferland Mendy obligaron a Ancelotti a mover al carril izquierdo a su hombre comodín, una posición desde la que maravilló a toda Europa por su gran desparpajo.
Con tan sólo 20 años, Camavinga se ha convertido en un futbolista total, que perfectamente podría ser titular en cualquier equipo. Pese a que su posición favorita es la de centrocampista, ya sea de pivote o de interior, el subcampeón del mundo con Francia es una clara alternativa en el costado zurdo por si falla Mendy o, a partir de agosto, Fran García.
Es por ello que ese subidón de nivel y de valor le ha colocado como uno de los jugadores más valiosos del mundo y, por supuesto, de la Liga de nuestro país. Desde que llegó a España a finales del verano de 2021, Camavinga ha visto cómo su precio de mercado se ha incrementado hasta los 30 millones de euros. Una evolución en todos los aspectos que, sobre todo, ha quedado demostrada en los terrenos de juego, donde esa mezcla de físico y calidad que le caracteriza ha enamorado a todos los aficionados madridistas.