Si el Real Madrid pudiera jugar todos los partidos del año contra el Girona sería feliz. Los blancos siempre dan su mejor versión frente a equipo de Míchel y así lograron un triunfo cómodo y solvente que se sustentó en la figura de Jude Bellingham. El inglés hizo el primero y asistió en el segundo a Güler. Luego Mbappé trató de sacudirse su gafe particular al marcar el tercero en la ocasión más difícil que tuvo. Partidazo de Tchouaméni de central, la única demarcación en la que puede tener futuro en un Madrid que vuelve a ponerse a dos puntos del Barcelona con un partido menos.
Ancelotti volvió a cambiar de idea. Ya le picaba tantos partidos con un canterano de titular y decapitó a Asencio. En su lugar metió a Tchouameni, mediocentro defectuoso pero central solvente. También recuperó para la causa al indescifrable Mendy, marciano con pasaporte francés capaz de perpetrar cosas impensables con una sonrisa.
Colocó en el doble pivote al dúo sacapuntas, Valverde y Modric, y los escoltó por delante con Güler, Brahim y Bellingham, tres tenores para cantarle al oído a un Mbappé que es (hasta ahora) ciego, sordo y mudo. Entre ausencias y cambios, el once que presentaba el Real Madrid para medirse al Girona era el compuesto por Courtois; Lucas, Tchouaméni, Rüdiger, Mendy; Valverde, Modric; Güler, Bellingham, Brahim; y Mbappé.
Apretó de salida el Girona, que ahogaba la salida de balón del Real Madrid como Aldama ahoga a Pedro Sánchez. Los de Ancelotti buscaban a Modric para la misión imposible de sacar la pelota. Costaba. Bellingham volvía a estar demasiado lejos de la jugada, casi de palomero, sólo por detrás de un Mbappé otra vez perdido de nueve.
Partido partido
El dominio local se topó con el orden de un Real Madrid dispuesto a apretar las filas para resistir. Avisó Bryan Gil con un disparo desviado al que respondió Mbappé con un mano a mano en la que, para variar, controlaría mal en balón el mano a mano. El equipo de Ancelotti seguía siendo tan inofensivo como siempre, a pesar de una cierto interés en hacer las cosas bien.
Asprilla se asomó al partido con un par de acciones venenosas que sembraron el desconcierto en las huestes blancas. No es Savinho pero hace daño. El partido iba decayendo y esa falta de ritmo, esa balada futbolística, le venía bien a un Real Madrid que es diesel como un camión viejo. Pero las ocasiones seguían siendo para un Girona que picaba de pascuas a ramos. El partido era un poco tostón. Un poco mucho.
En el 33 Gazzaniga sacó un mano prodigiosa a un disparo desde la media luna de Brahim. Paradón. Era el primer aviso de un Real Madrid que parecía afeitado en sus pitones. Sólo lo parecía, porque en el 38 una jugada que dibujaron entre Modric, Valverde, Bellingham y Brahim, acabó en un mal despeje de Miguel Gutiérrez que cayó en los pies del propio Bellingham para que el inglés fusilara con el exterior el 0-1.
Bellingham encarrila el triunfo
Atrás al Real Madrid le sostenía un imponente Tchouaméni. El francés despejaba balones a diestro y siniestro. Así fueron pasando los minutos hasta llegar al descanso. Antes Jesús Gil (Manzano) amonestó a Ancelotti y a Mbappé por protestar. Y luego, con el equipo blanco con una ventaja pírrica y valiosa, se inició la segunda mitad. No cambió en nada el guión: dominio del Girona y repliegue del equipo blanco.
En el 47 Gil Manzano la lio. Mbappé arrancó en campo propio e inició una carrera en solitario para plantarse solito ante Gazzaniga. Gil Manzano le pilló y pitó que Kylian se la había llevado con la mano, pero obvió la amarilla. igual que dos minutos después se la perdonó a Oriol Romeu por levantar patas arriba al propio Mbappé.
En el 50 tuvo Tchouaméni en su cabeza la sentencia del partido pero su cabezazo a bocajarro lo sacó con una mano mágica Gazzaniga. No podría ya el portero del Girona evitar una acción en la que Bellingham encontró un pase imposible para el desmarque de ruptura de Güler, que se coló por el centro del área y la puso en la esquina del palo izquierdo para hacer el 0-2. Pues eso, partido encarrilado para un Real Madrid serio y solidario.
Mbappé, a la tercera
La victoria estaba encarrilada para los blancos, pero la mala noticia para os blancos fue la lesión de Bellingham, tocado muscularmente, que hizo entrar al campo a Ceballos. Un minuto después Modric encontró a Mbappé, que se desmarcó con el pico del área y batió por bajo a Gazzaniga. Era el 0-3 y el Real Madrid casi abrochaba una meritoria victoria en Girona.
Tuvo después Mbappé la ocasión de hacer el cuarto, pero su disparo a bocajarro lo repelió Gazzaniga en línea de gol. El francés sigue siendo una escopeta de feria. Aún le quedaba alguna bala al Girona en las botas del incisivo Asprilla, que dobló la cintura de Mendy e hizo lucirse a un Courtois que siempre está de guardia.
En ese momento Ancelotti quitó al lesionado Mendy y a Mbappé para meter a Fran García y Endrick. El partido ya estaba resuelto y entonces Ancelotti metió a Rubén Yáñez, con 17 añitos, para dar descanso a un fundido Güler. Al final, el Real Madrid sacó los tres puntos en Montilivi y acabó la jornada a dos puntos de un Barcelona que pinchó en el Villamarín y que se empeña en seguir dando emoción a una Liga que está más abierta que nunca.