El Atlético hizo un llamamiento a través de redes sociales. «Adelanta tu entrada al estadio para participar en el mosaico 360º». La afición rojiblanca, que lleva días respondiendo, acudió a la llamada. Los prolegómenos del derbi liguero contra el Real Madrid se vivieron bajo una atmósfera vibrante que se traslada al terreno de juego.
Todo el estadio levantó sus cartulinas para dibujar el antiguo escudo del Atlético de Madrid bajo el lema «un mito, una fe». El himno, atronador, dio la bienvenida a los 22 protagonistas más el cuarteto arbitral. Antes del entrar al estadio, la afición llenó las inmediaciones del feudo rojiblanco convertidas un hervidero de cánticos y bufandas al viento, como los días de las grandes citas.
La acción sobre el terreno de juego también alcanzó temperatura desde el inicio. Sorloth, la apuesta de Simeone, gozó de la primera ocasión del partido. Se quedó mano a mano con Courtois tras ganar la posición a Militao, sin embargo, el zaguero brasileño se rehizo y logró apagar el incendio antes de que se quemara su equipo.
Minutos después nadie pudo evitarlo al cabezazo de Le Normand que fusiló al meta belga y a continuación con el empate de Mbappé. El derbi que se vislumbraba a principio de curso como un duelo en la cumbre se ha transformado en uno de supervivencia para el Atlético y despegue definitivo para el Real Madrid.
A los blancos les han llegado antes los resultados que el juego, mientras que en el Atlético no termina de aterrizar ni lo primero ni lo segundo. Apenas dos victorias en lo que va de curso y la última, de manera agónica. Simeone llega necesitado de un trampolín en forma de triunfo y con incógnitas en la alineación del Atlético.