El Santiago Bernabéu acabó rendido a Vinicius Junior, en una tarde en la que el brasileño sobresalió ante Osasuna. La estrella del Real Madrid hizo un hat-trick para sacar de la crisis al conjunto blanco, lo que llevó a la afición a estallar y cantar «Vinicius Balón de Oro» tras sus goles. Abrió la lata en la primera parte con un gol espectacular, mientras que condujo en solitario ante Herrera, tras un pase de Lunin para hacer el segundo. Fue entonces cuando el estadio coreó su nombre, recordando además el galardón que no le concedieron hace unas semanas.
El brasileño fue el protagonista del partido, con tres goles que permitieron al Real Madrid ganar cómodamente a Osasuna. El futbolista volvió a demostrar que es determinante y que, si hay alguien que no duda en echarse el equipo a su espalda, es él. Lo hizo de la mejor forma que sabe: con goles.
El primero de ellos llegó en el tramo final de la primera parte. Pasada la primera media hora de juego, el futbolista apareció para hacer una finta en el área con la que se hizo el espacio necesario para tener buen disparo. No falló y el balón acabó en el fondo de la portería.
Ya en la segunda parte terminaría de desatarse. Aprovechando un balón en largo de Lunin, tras un córner de Osasuna, se plantó ante Herrera al ganarle claramente la espalda a la defensa. Una vez más, mostró sus mejores cualidades, las del regate, y dejó sentado al meta, definiendo a portería vacía para hacer el tercer gol del Real Madrid.
Este gol desató la euforia de la afición, que comenzó a cantar «Vinicius Balón de Oro». En el madridismo, nadie duda de que el canarinho era el claro merecedor del premio, después de ser el más determinante del pasado curso, en el que el Real Madrid arrasó en España y Europa.
Minutos después, llegaría el tercero en su cuenta particular. Vinicius recibió de Brahim para marcar a placer. En un error de Osasuna en salida de balón, el malagueño robó el balón, cediéndole el esférico al brasileño, que estaba solo en el centro del área. De nuevo, Vini no perdonó, haciendo el tercer tanto.
Ancelotti le quitó instantes después del gol, llevándose la ovación del Bernabéu, que volvió a corearle. El delantero abandonó el terreno de juego antes de marcharse con su selección en el parón, dejando su hueco en el campo a su compatriota Endrick. Lo hizo tras pausar la crisis del Real Madrid con un hat-trick.